Capítulo 47

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Elizabeth.

Mi celular empezó a sonar a las siete de la tarde ya que había puesto la alarma a esa hora porque había quedado con Christian en ir a un bar para tomar algo juntos. Al principio no me había gustado la idea de que él tome alcohol pero después de que hablamos y él me aseguró que nos íbamos a ir cuando yo lo dijera, acepté. Sabía que podía confíar en su palabra así que por eso fue la razón por la que acepté. Me quedé en la cama media hora para tratar de organizar mis siguientes horas ya que salir con Christian me alteraba y tenía un problema con la confitería. Agarré el celular y le mandé:

«¿Cómo te fue en el cumple de tu sobrina?»

Ese día le festejaban el cumpleaños de la sobrina de Christian y me había dicho que estaba nervioso ya que lo iban a festejar en la casa de sus padres e iba a ir toda su familia además de que ese era el primer cumpleaños que festejaba junto a ella porque antes no lo habían invitado pero que para su familia y lo que más le molesta, para su sobrina, sí estaba invitado pero no iba.

Me quise ofrecer a ir para acompañarlo pero él antes me dijo que no porque no quería que yo respire el mismo aire que ellos. Cuando me hablaba del cumpleaños se notaba nervioso y sabía cuánto le dolía pero no quería decepcionar a su sobrina. Yo por un lado también estaba nerviosa porque no quería que este con personas que lo lastimaban demasiado, al punto de querer consumir drogas y morir mientras lo hacía.

Salí de la cama y abrí el cajón de mi mueble de donde saqué ropa interior negra con encaje. Esa noche quería tomar y disfrutarla junto Christian. Agarré la bata y salí de mi habitación para meterme en el baño. Abrí la canilla y hasta que no estuvo a la temperatura que me gustaba no me desnude. Al ponerme debajo del agua, sentí que mi cuerpo se relajó un cien por ciento.

Cubrí mi cuerpo con la bata y después que me seque el cuerpo, me puse la ropa interior. Caminé hasta mi habitación y busqué una remera blanca y un jeans suelto de tiro alto. Me puse la ropa y fui al living con el celular en la mano. Me senté en el sillón, subí los pies y desbloquee el celular. No había inguna respuesta de Christian lo cual me pareció bastante raro pero traté de no empezar a imaginar cosas negativas como había hecho toda la semana si tardaba más de viente minutos en contestarme.

Sentí que la puerta se abrió y miré hacia atrás para observar a mi mejor amigo sonriendo. En sus manos tenía dos bolsas de papel madera, se acerccó a mí y me dio un beso en la mejilla y se sentó a mi lado.

-¿Cómo estás?

-Cansada, ¿tú?

-Un poco mejor que tú, no tanto pero mejor. -me sonrió Charlie. -¿Hoy sales con Christian, no?

-Supongo que sí.

-¿Sucede algo grave?

-No me contesta el mensaje que le mandé hace un rato largo. -contesté mientras me paraba.

Ignoré lo que me dijo mi amigo y me puse el celular en el oído cuando marqué el número de Christian. La primera llamada no contestó, la segunda y tercera fue igual. La cuarta no sonó y a la quinta me mandó directo al buzón de mensaje de voz. Había dos opciones; o me cortó o apagó el celular. No importaba cuál de las dos era, ambas me preocupaban de igual manera. Me acerqué al sillón.

-¿Sabes dónde está? -preguntó Charlie.

-No, no sé, Charlie. Me siento mal.

-¿Crees que esté haciendo algo que no debe hacer?

-Sí, no confío en él todavía en ese aspecto. -contesté agarrando mi celular. -Me duele no confíar pero no puedo hacerlo cuando hace una semana empezamos a salir y lo conozco más drogado que normal.

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