Capítulo 3

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Elizabeth.

Mi celular empezó a sonar a no sé qué hora, y lo agarré sin abrir los ojos, alguien me estaba llamando. Al abrir los ojos vi que mi amigo era quien me estaba llamando. Solté un suspiro un poco cansada porque no tenía ganas de hablar con mi amigo pero le había dicho que a la tarde iba a ir a visitarlo así que era una obligación atenderlo. Charlie era muy ansioso y eso me molestaba por momentos porque él no llegaba a entender todos los movimientos de mi vida que era bastante ocupada. Atendí la llamada sabiendo que si no lo hacía Charlie iba a insistir hasta que lo atienda y no tenía ganas de soportar el celular.

-Hola. -dije.

-¿Cuándo piensas venir?

-A la tarde, te dije.

-Primero, no me dijiste nada de que ibas a venir a la tarde y tercero son las cuatro y media de la tarde.

-¿Cómo?

-Lo que escuchaste, ¿estabas durmiendo?

-Si, estuve muy cansada esta semana.

-Me imagino. -susurró Charlie.

-Dijiste primero y luego tercero, ¿te diste cuenta?

-Sí. Es que nunca llego al tercero así que saqué el segundo.

-Eres un idiota.

-Lo sé. -ambos reímos. -Dale, levanta tu hermoso cuerpo de la cama y ven a mi departamento.

-En un rato voy.

-Te espero.

Corté la llamada y salí de la cama. Fui directo al baño donde primero me peine y luego me lave los dientes. Salí del baño y fui a mi habitación. Me saqué el pijama y me puse un jeans con una remera azul marino. Me puse las zapatillas, agarré el celular y la cartera donde guardé el cargador. Fui a la cocina, agarré un paquete de galletitas Oreo y salí del departamento. Me acomode un poco el pelo en el ascensor y luego salí de éste. En la puerta había un taxi como siempre ya que era una zona bastante transitada porque a dos calles había una clínica muy grande e importante.

Subí al auto y le di la dirección al señor quien empezó a conducir. El celular de hizo un sonido corto, lo agarre del bolsillo y vi que era de Facebook. Eran comentarios de las fotos y Me Gustas de las mismas. Leí los comentarios que eran bromas entre Sebastián, Marco y Daniel. Cuando fui al inicio tenía una solicitud de amistad de:

Christian Heaston.

Abrí la boca y los ojos mucho más grande por la sorpresa de que él me haya mandado la solicitud de amistad. Tenía su perfil privado por lo que nadie, excepto sus amigos, podía ver sus fotos, estado o más información. No lo acepté, ni elimine la solicitud. No sabía qué hacer y era mejor pensar antes de equivocarme como solía hacer siempre. Guardé el celular en el bolsillo nuevamente y a los pocos minutos había llegado a la casa de Charlie. Le pagué al hombre y bajé del auto, busqué las llaves de la casa. Tenía una copia de su casa como él tiene una de mi departamento.

Entré a la casa y fui al living donde su tiempo a solas era ahí , nos saludaron con un abrazo. Fuimos a la cocina donde Charlie estaba haciendo café para los dos con galletitas dulces. Me senté en la silla de madera esperando a que mi amigo me de una taza con café que tanto quería.

-¿Cómo estas?

-Bien. A ti se te nota muy descansada.

-No puedo creer que dormí tanto. -reí negando con la cabeza. -Nunca había podido dormir tanto, fue hermoso.

-¿Tan hermoso como dejar a tu mejor y único amigo almorzando solo? -preguntó Charlie llevando la taza a su boca. -Ya sé que no soy el único pero la castaña no cuenta.

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