Capítulo 17

710 64 5
                                    

Elizabeth.

Entré a mi departamento, me saqué los zapatos en la puerta y dejé la cartera en la mesa que tenía ahí. Vi dos cabezas en el sillón y las reconocí rápidamente . Daniel y Sebastián estaban hablando. Me acerqué a ellos y pude notar la cara de pocos amigos de Daniel. Los saludé a los dos con una sonrisa.

-Me cambio y vuelvo.

Ellos asintieron y yo me fui a mi habitación donde me saqué el traje que tenía puesto para ponerme un pantalón de ejercicio con una remera negra. Me até el pelo con una gomita que tenía en la mesa de luz. Salí de mi habitación y me fui a la cocina donde agarré una botella con agua, fui al living y me senté en el sillón al lado de ellos.

-¿Por qué están acá? -pregunté sonriendo.

-Elizabeth, necesito hablar contigo. -me dijo mi hermano. Sebastián lo miró extrañado.

Mi hermano nunca me llamaba por mi nombre. Siempre me decía Beth y que me diga Elizabeth y que quiere hablar conmigo me ponía nerviosa y me alteraba un poco. Cualquier cosa podía salir de su boca y viendo su cara podía pensar que estaba enojado. Daniel no era una persona que se enoje seguido pero cuando lo hacía se enojaba tanto que no era reconocible. Las palabras que podía usar, no eran las palabras que usaba normalmente.

-Estuviste viendo a Christian.

-¿Qué?

Desde la cena que tuvimos donde conocí a Christian podía decir que mi hermano lo odiaba. No le agradaba para nada. No sabía cómo se había enterado de aquello pero estaba segura que se podía armar una nueva guerra mundial si él se enteraba cada palabra que Christian me dijo alguna vez. Podía ser capaz de ir a buscarlo y matarlo, esa era su forma de cuidarme.

-Tú viste a ese idiota. -me dijo enojado. -¿Tienes una relación con él? No me mientas.

-No lo haría.

-Entonces dime la verdad.

-No tengo una relación con él. -dije nerviosa.

-¿Lo viste alguna vez?

-No.

-El jueves lo viste, no mientas, Elizabeth. -Daniel alzó la voz. -Te vi con él el jueves por la noche. Maldita sea, no me vuelvas a mentir.

-No te miento. -insistí. Si le decía la verdad se iba a enojar porque le mentí.

-¡Te vi!

-Seguro que te confundiste. -dijo Sebastián mirándolo .

-No hables. -le dijo enojado a su amigo. -Elizabeth, dime la verdad, quiero saber si estás saliendo con ese idiota.

-No estoy saliendo con él.

-¿Por qué lo viste, entonces?

-No lo vi, lo juro. -dije cruzando mis dedos en mi espalda.

-Te vi. -volvió a insistir.

-Es imposible. -se metió Sebastián.

-No te metas, por favor. -le pidió mi hermano perdiendo la poca calma que le quedaba.

-Daniel, te digo que es imposible. Ese día fue el cumpleaños de Christian y yo estuve con él por la noche. Fuimos a un bar y yo lo llevé a su casa como a las tres de la madrugada.

Miré a Sebastián sabiendo que lo que decía era completamente mentira y no sé qué ganaba él con mentir. Pero sí perdía mucho, como la amistad que tenía con mi hermano. Sabía que no tenía que permitirle que mienta de esa manera pero no quería pelear más con Daniel. Pelear con él por alguien que odiaba era lo peor, si no decía algo que él quiera escuchar es como si estuviera defendiendo a la otra persona.

ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora