Capítulo 56

301 22 18
                                    

Elizabeth.

Estacioné mi auto en la casa de mi papá el miércoles a la tarde ya que iba a ir con él a la clínica para visitar a Christian. No me sentía segura de ir sola sin saber cómo era su estado de ánimo aunque conociendolo, estaba más que segura de que iba a estar enojado. No haber ido a su primera visita iba a ser una gran decepción para él o el estar solo lo iba a hacer pensar en mil cosas que no existían.

Christian tenía la facilidad de pensar en que nadie lo quería si no le demostraban un poco de amor. Desde que lo conocí había actuado como una persona segura y confiada de sí mismo pero él no era así en absoluto, él no era lo que mostraba y me tomó mucho tiempo en darme cuenta. Lo que me había facinado de él había sido una gran actuación pero su lado sensible era mi parte favorita porque sabía que si me quería, me quería de una manera increíble, limpia y honesta. Bajé del auto, caminé hasta la casa de mis padres y toqué el timbre. Había decidido dejar de usar las llaves de esa casa. La puerta se abrió y vi a mi mamá quien puso su hermosa sonrisa cuando me vio. Amaba tanto a esa mujer que me daba miedo saber si estaba decepcionada de mí como mi papá.

-Hola, bebé. -los brazos de mi mamá me rodearon y me sentí en casa y querida de nuevo.

-Hola, mami, ¿papá está?

-Sí, ¿qué pasa?

-¿Puedes ir a buscarlo?

Mi mamá asintió un poco dudosa y subió las escaleras mientras yo los esperaba cerca de la puerta. Faltaba poco para la hora de la visita y me estaba cuestionando si era una buena idea que mi papá vaya y vea otra faceta de Christian. Mis padres bajaron los escalones, mi papá me saludó y sinceramente, no supe por donde empezar.

-¿Qué pasa? -preguntó mi papá.

-Necesito que vayas conmigo a visitar a Christian.

-¿Por qué?

-Antes de ayer no pude ir a verlo porque el destino me jugó una mala pasada y el médico me dijo que está de mal humor todo el día y...

-Tienes miedo. -mi papá me interrumpió porque no podía encontrar las palabras que necesitaba sin perjudicar a Christian. -¿Es normal tenerle miedo a su pareja?

-Okay, papá, no me acompañes. Gracias.

Intenté salir de la casa de mi papá pero él agarró mi mano y me detuvó, me dio un cariñoso beso en la frente y agarró las llaves de su auto. Se acercó a mi mamá y le dio un beso en los labios con más amor del beso que me dio a mí. De pronto me pregunté si Christian y yo llegaríamos a eso... Si Christian llegaría a la edad de mi papá.

Saludé a mi mamá y salí de la casa, me subí a mi auto y empecé a manejar tratando de concentrarme en la música pero me era imposible. Me preguntaba a mí misma si Christian estaba tan enojado como yo pensaba. Parte de mí me decía que sí, que estaba furioso conmigo por haberle fallado pero la otra parte de mí me decía que cuando llegue iba a estar todo bien y que él iba a entenderme perfectamente y que iba a estar feliz por el nacimiento de Madison.

Al llegar a la clínica, bajé del auto y mi papá se acercó a mí, me dio un beso en la cabeza y cruzamos la calle para luego entrar a la clínica. Pasamos el pasillo donde había algunos familiares y llegamos a la recepción, la enfermera pidió mis datos y los de mi papá y el nombre del paciente al que fuimos a visitar. Al decir el nombre de Christian, la señora con el pelo corto, me miró pero no dijo nada. El silencio lo dijo todo. Me dijo que vaya al patio que ahí estaba Christian.

Atravezamos un pequeño pasillo, a un costado había dos mesas no muy largas donde había varias personas adultas sentadas mientras jugaban o esperaban a alguien. Era una clínica psiquiatrica, no solo había gente con adicciones. Le di una sonrisa a una mujer que estaba ahí parada, tenía rulos y pelo rubio oscuro, tenía un pantalón de ejercicio gris y un sweater turquesa. La puerta al patio estaba abierta, no era un patio grande, tampoco sabía por qué se llamaba patio si todo tenía cerámicos y no había nada de pasto. Christian estaba sentado en una silla de plástico, estaba fumando un cigarrillo lo cual sí estaba permitido. Después de todo era legal y le calmaba la ansiedad.

ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora