Shakira's daughter || Bad Bunny (Hot)

Capítulo 11

Se fue a comprar. Yo estaba todo el tiempo revisando que no manchara su sofá, eso sería muy embarazoso.

Unos minutos vino el con una bolsa llena de todo lo que me gustaba, le agradecí llenándole la cara de besos y se tumbó de nuevo a mi lado.

Toda la sala estaba oscura, yo tenía una bolsa de agua caliente en mi vientre y estaba muy abrazado a él, mientras aparecía la escena en la que el titanic se hundía. Yo nunca lloro por películas, pero mis hormonas estaban muy alborotadas y me puse a sollozar terriblemente, ahora me acuerdo y seguro que me veía ridícula.

—¿Por qué?— le pregunté a la televisión con la boca llena de chocolate y la cara húmeda de las lágrimas por la escena siguiente.
—Ya pasó bebé— me dio un beso en la coronilla.
—¿Tú harías eso por mi?— le pregunté con los ojos brillosos.

—¿El qué?— frunció el ceño.
—Hundirte y salvarme a mí...
—Claro que sí— me dio la mano y la acarició con el pulgar.

Me lancé a abrazarla fuerte mientras lloraba en su hombro.

—Mientes— me di la vuelta repentinamente y le di la espalda, limpiándome una lágrima tristemente.
—Te acabo de decir que sí lo haría
—Bueno no me tienes por qué hablar así de esa manera— le miré enfadada.
—¿De qué manera te hablé?— dijo confundido.

—Tú lo sabes bien— le señalé con el dedo y me levanté del sofá para ir al baño.

[...]

Iba sonriente mirando por la ventana, me lo había pasado bien.

—¿Ya se te pasaron los cambios de humor de la película?— habló mientras conducía.
—De qué cambios de humor hablas— fruncí el ceño.
—Ningunos, amor...— rió nervioso.

Aparcó a una calle de mi casa y me dio un beso antes de irme, nos tuvimos que separar pero yo me quedé con ganas de más. Cuando estaba con el periodo siempre me entraban más ganas de hacerlo, me excitaba más fácilmente...

Entré a casa rezando que no hubiera nadie, pero no iba a ser así.

—¡¿Adriana qué horas de llegar son estas?!— exclamó mi madre nada más verme entrar.
—Pero si solo son las 5— me excusé.
—¡Ajá, son las 5 pero te fuiste ayer a las 4!— gritó. —¡Llevas 25 horas fuera de la casa! ¿¡Estás loca!?

Mi madre en ese estado me daba miedo.

—No tendrás novio, ¿Cierto?— dudó seriamente.
—No— negué.
—¿Y entonces donde pasaste la noche? Llamé a la mamá de Helena y me dijo que no estabas allá— se cruzó de brazos.

Mierda, ya se conocía mis trucos.

—No tengo novio— repetí acercándome  a la escalera para irme.
—¿Quién es él?— preguntó.
—Nadie— hablé seria subiendo.
—Adriana— me llamó ahora más calmada.

La miré suspirando esperando lo peor.

—Ahora en serio... tienes 19 años, ya eres mayor y siempre te tuve muy protegida. Tuve que hacer de mamá y papá y créeme que no fue fácil, no quería que a mi niña le hicieran daño. Pero ya eres mayor, y comprendo que quieras salir con chicos, pues nunca te lo permití... ahora dime cielo, ¿Tienes novio?
—Sí...