El señor Clagg esperaba impaciente en la entrada principal del castillo a los nuevos alumnos de Hogwarts, que salían ya de las barcas del Lago Negro. Con la puerta abierta tras él y la luna creciente en lo alto, el señor Clagg suspiró casi con molestia por la lentitud que presentaban los niños. Intentó poner su mejor sonrisa cuando los primeros se fueron acercando y los saludó con la mano dándoles palabras de apoyo.
—Yo no estoy nervioso —aseguró un chico de pelo moreno y ojos verdes azulados—. Estoy seguro de que quedaré en Slytherin.
El señor Clagg contuvo un comentario despectivo. Sin duda Godric Gryffindor era el más insufrible de los compañeros de su mujer Rowena, pero Salazar Slytherin no le acababa de inspirar la confianza que Helga Hufflepuff lograba darle con cada sonrisa que le dedicaba. Se sentía mucho más cómodo cuando solo Helga, Rowena y él estaban solos en la habitación de su mujer, cuidando de la preciosa Helena, que ya había cumplido un año.
—Enhorabuena —le contestó al chico, con una sonrisa de lado—. Todas las casas son... igual de respetables.
Casi le dio una arcada al decir eso, pero se mantuvo sereno hasta que todos los nuevos alumnos estuvieron cerca de él. Acto seguido, se los llevó dentro, ascendió las escaleras, evitando las que se movían por sí solas (un gran invento de su amada esposa), y antes de entrar al Gran Comedor, se volvió a los niños aclarándose la garganta, y les dijo:
—Estáis a punto de conocer a los honorables profesores, directores y fundadores del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Seréis escogidos en una de las cuatro casas existentes, Ravenclaw, Hufflepuff, Gryffindor o Slytherin, por el Sombrero Seleccionador, que, después de cantar su canción de principio de curso, se colocará en vuestras cabezas y os escogerá para una casa. Sabed que las infracciones de las reglas son severamente castigadas aquí; está prohibido hacer magia en los pasillos, fuera de las clases y sin autorización, el toque de queda es imperturbable y me encargaré personalmente de que acatéis esas normas. A continuación, la Selección comienza.
Hizo un gesto con la mano, dando media vuelta y la puerta del Gran Comedor se abrió con su magia, revelando rebosantes mesas con alumnos de todas las casas, velas flotando por toda la estancia dando luz al lugar, la imagen de un cielo nocturno, con una luna idéntica a la real, proyectada en el techo, y, lo más llamativo, además de las banderas representativas de las casas (con sus colores y animales característicos), los cuatro fundadores se alzaban en la Mesa Grande, postrados todos en sus tronos tras su mesa con unas sonrisas enormes en sus rostros, acogiendo, un año más, a otro enorme grupo de alumnos de once años.
Estos, sobrecogidos por la majestuosidad que tenían delante, avanzaron por el pasillo del Gran Comedor hacia una banqueta donde se encontraba el Sombrero Seleccionador. Como cada año, Helga Hufflepuff se acercó al grupo de niños, sacó un extenso pergamino y fue recitando los nombres de todos y cada uno de los nuevos alumnos que, desde que nacieron, habían tenido una plaza reservada en esa increíble escuela. El Sombrero los seleccionó en casas distintas, y sus fundadores sonreían con amplitud al ser mencionados sus apellidos.
El señor Clagg observaba la escena conmovido, pensando cuán feliz sería el día en que su dulce Helena fuese sorteada en una de las casas. Recordó que su hija estaba en casa del abuelo Ravenclaw, pero eso no hizo sino ponerle más nervioso. Rowena había decidido dejarla allí durante todo el curso porque ambos debían trabajar en Hogwarts, pero Patrick echaba de menos a su retoño, y solo verla en vacaciones seguía frustrándole.
El señor Ravenclaw le había aceptado de buen grado en la familia desde que se conocieron, cuando él le pidió la mano de su hija, asegurándole a Rowena un futuro sin la menor escasez de nada, además de su amor eterno. Patrick observó a su esposa, sentada en su silla con una sonrisa serena y siendo, a su vez, contemplada por centenares de alumnos que la adoraban por sus buenas enseñanzas y su personalidad estricta pero justa.
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Los Orígenes de Hogwarts
Fiksi PenggemarTodos conocen la historia de El Niño que Vivió, todos saben cómo venció a El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado en muchas ocasiones, todos alaban a su Salvador, a su Héroe, a aquel chico que salvó al mundo mágico de terribles acontecimientos... Pero esta hist...