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Narrador omnisciente

Tom hacía completo caso a Tord, pero este lo notaba distante y distraído.

—Tom, ¿Pasó algo?—la curiosidad lo superó.

—No... ¿Por qué?

—Uh, nada, suposiciones, tal vez.—cada vez se volvía más loco, al parecer.

El inglés observó curioso a el mayor.

—Sí, tal vez.

Ambos quedaron en un silencio incómodo, aunque el ojinegro quiso romperlo.

—Tord, ¿Te has enamorado?

El noruego sólo miró, nervioso. Intentó pensar bien que podría decir.

—No.—se golpeó internamente, cómo que "no"?—es decir, ehm, sí me han atraído algunas personas, pero... ¿No crees que enamorarse suena muy fuerte? Uno sólo se enamora una vez en la vida, y lo sabrás sólo cuando entiendas que con esa persona quieres pasar mucho tiempo, incluso una vida.

Se sonrojó.

—¿Es normal enamorarme de alguien en poco tiempo?

—T—Tal vez sólo estás confundido.—trató de evitar todo contacto visual con el de azul, aunque sentía como su mirada estaba fija en él.

—No creo estarlo.

—Entonces demuéstralo.

El menor se quedó en su lugar, con la mirada perdida en la pared, mientras el rubio oscuro mantenía una actitud de incomodidad, en cierta forma le entristeció que él no hubiera logrado ganar el corazón de quién tanto anhelaba.

Pero, ¿Entonces quién?

Repentinamente, Tom se acercó a Tord, quién al percatarse de aquello, se congeló. El británico tomó la cara de el noruego entre sus frías manos, y con una mirada seria, habló.

—No sé que ganaría negándome a lo inevitable—se acercó más, quedando a escasos centímetros del otro—me gustas, y mucho. Me vuelves más loco de lo que ya estoy.

Su pulso se aceleró considerablemente, ¿En verdad le estaba diciendo tales palabras?

—No juegues con mis sentimientos.

—No lo estoy haciendo.

Ahora, era Tord quién estaba acercándose, cambiando los centímetros por milímetros, consiguiendo que ambas respiraciones llegaran a mezclarse.

—¿Cómo puedo asegurarme de eso?—su tono demostró inseguridad, pero al mismo tiempo se notaba lo contrario.

—Así.

Y unió sus labios con los de Tord, quién enseguida sintió una corriente recorrer su cuerpo, aunque no se negó a aquel acto, apesar de la falta de experiencia de ambos, fué un beso perfecto, de el cuál se separaron lentamente, el mayor mantenía sus ojos cerrados, aunque de a poco los abrió, sus miradas se cruzaron, ambos rostros estaban sonrojados, pero con una leve sonrisa dibujada.

Un golpe de realidad cayó en el de sudadera roja, produciendo una brusca separación, y que sus manos se dirigieran a su cara.

—N—No, ¡No puedo!

Sus ojos se cristalizaron, asustando al castaño claro, que a pesar de ello, no habló.

—De verdad, yo te amo, demasiado, siendo honesto, pero esto no está bien, ¡Te dañé, Tom! ¡Por mí culpa te has hecho daño, por mi estúpido ego! ¡Por mi ambición!

—No, está bien. Ya está perdonado Tord, no es tú culpa, yo fuí el chico débil.

El nombrado observó, serio. Ah, aquella mirada carmesí que tanto adoraba el menor, era alterada por un montón de lágrimas. Su corazón se rompió más de lo que ya estaba al verlo así.

Olvídame.

¿Qué?

—Lo que oyes, olvídame. Al fin y al cabo, lo único que he producido ha sido dolor, y desgracia.

—¡N—No! Esper...—no logró terminar.

—No y nada, simplemente, ahg... Simplemente has como si jamás hubiera existido, has como si jamás te hubieras enamorado de mí.











Lo siento, simplemente lo siento. No tengo excusas válidas para haber desaparecido tanto tiempo, ya ni siquiera tengo ganas de seguir con esto, o cualquier novela que tenga, ya me cansé de hacer como si no me sucediera nada enfrente de ustedes... Perdón, simplemente eso.

Y sí, este capítulo quedó horrible, lo siento también.

En fin.

b u l i m i a [TordTom] Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora