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Advertencia: si son sensibles como yo, lo más probable es que lloren con el final del capítulo:^)

Narrador omnisciente.

Tord se sentía sólo, necesitaba hablar con alguien, por un momento pensó en sus amigos, aunque ninguno estaba emocionalmente estable debido a lo que había sucedido recientemente.

"Mal momento para empezar a ponerte depresivo sabes."

Su conciencis le era cruel.

Supo que era momento de volver al darse cuenta que estuvo unas dos horas fuera, al parecer sí que necesitaba despejarse.

Aunque antes decidió hacer lo que tenía pensado, sabía que Tom no querría hablar sobre aquel tema, o bueno, sobre nada, así que pensó, ¿Por qué no escribirlo?

Antes de tomar la calle hacia el gran edificio, encontró una librería, y compró un cuaderno, simple, junto con tres lapiceras, una roja, una negra y una azul.

Luego, simplemente caminó hasta casa de el inglés, con la esperanza de que su idea funcionara. Lo peor que podía hacer, según el noruego, era callar sus emociones.

"Deberías empezar a seguir tus consejos."

[...]

Una vez en casa del ojinegro, abrió lentamente la puerta de su habitación, procurando no hacer ruido, por si estaba durmiendo.

Aunque, afortunadamente estaba despierto.

Pero estaba recostado hacia un lado, tapado hasta la nariz.

-Tom, tengo una idea. Mírame.

No obtuvo respuesta, ni gestos, así que suspiró, y corrió el cabello que estaba sobre su cara, porque sí, ahors estaba algo más largo que antes, y el flequillo le hacía la vida imposible. Aunque le apenaba cortarlo.

-Bueno, em... Compré una especie de diario para tí, quiero que expreses lo que sientes aquí, si no quieres hablar. Tampoco es que pueda obligarte.-Abrió la bolsa, sacando de ella el cuaderno y los lapiceros.-ten, te lo dejaré aquí, por si quieres usarlo. Supongo que querrás estar sólo, así que...

-¡N-No! Quédate, no me molesta...-Le tomó de la manga.

No era solo que no le molestara, ahora le temía a la soledad.

Aunque Tord hizo caso, y se sentó en la cama junto a el de sudadera azul, que hizo un movimiento para alcanzar el diario con lo demás. Al hacerlo, su sudadera se deslizó del hombro, dejándolo expuesto, aunque ignoró aquello. Se recostó boca abajo, con el cuaderno sobre la cama, abrió la primera página, y comenzó a escribir, estaba muy concetrado en lo que hacía, pues tenía la lengua fuera, como un niño pequeño, aunque su letra era algo pequeña, así que el comunista no logró leer lo que decía.

Aunque si notó que la sudadera estaba demasiado suelta en Tom, y el no recordaba eso de hace unos ocho o siete meses atrás, incluso recordó que iba a comprar otra, pues esa ya no le quedaba muy bien.

-¿Tom, porqué estás tan delgado?

Aunque lo ignoró. Sólo siguió escribiendo, esta vez más rápido.

-¡Tom!

-¿¡Qué!?-Dijo algo fuerte, y con tono de desagrado.-

-Pregunté porqué estás tan delgado y me ignoraste.

Sabía lo que sucedía, pero quería confirmarlo de la propia boca de Tom.

El inglés solo levantó los hombros y siguió escribiendo, mientras abajo de lo que había hecho hacía unos dibujos raros. O tal vez era porque estaban al revés de Tord.

b u l i m i a [TordTom] Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora