Capítulo 7

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Dejo caer mi peso sobre una de las encimeras y suelto un largo suspiro. Poco a poco las piezan van encajando en el rompecabezas y gracias a ello voy descubriendo la verdad. Proceso a gran velocidad la información que se me acaba de dar y me limito a estudiar las relaciones que existen entre una cosa y otra.

He llegado a la conclusión de que esos hombres que entraron en casa y aquel señor que me asaltó en el instituto tenían una cosa en común; ambos querían obtener el colgante que poseo, pues se trata de una reliquia muy poderosa. Todo cuanto ha sucedido podía haberse evitado. Mi madre podría estar ahora con nosotros pero en vez de eso murió en vano.

-¿Qué es exactamente?

-El collar de Auriel. Las reliquias le conceden a aquel que las posee un poder determinando que varía según cuál de ellas se tenga. Esta en concreto está dotada para protegerte.

-¿De qué?

-De lo sobrenatural.

Quizá la reliquia sea capaz de protegerme pero ello no quiere decir que me libre de una vez por todas de la persecusión de esos hombres. Es más, estoy segura de que este collar no hace otra cosa que perjudicarme. No puedo arriesgarme a que mi familia continúe siendo atacada. No es justo que otros sufran las consecuencias de mis actos.

-Puedes quedarte con este maldito collar, yo no lo quiero.

Hago ademán de quitármelo pero Jonathan me lo impide aferrándose a mis antebrazos.

-Este colgante puede protegerte. Estoy seguro de que tu padre te lo dio por esa misma razón, para defenderte.

-Tú no lo entiendes, Jonathan. Tener esta reliquia es la razón por la que mi madre murió aquella noche.

-¿De qué estás hablando?

-Esos hombres hicieron estallar mi casa. El incendio que se desató terminó con la vida de mi madre.

Jonathan frunce el ceño y me mira con compasión.

-Porque es eso lo que sucedió, ¿no?

-Tu madre no murió en un vulgar incendio. Es cierto que ella estaba dentro de la casa cuando las llamas la consumían pero el fuego no originó su muerte. Tu padre estaba con ella, intentaba salvarla pero ella se negó a que la ayudara a salir. Le pidió a Christopher que la dejara allí y que fuese en tu búsqueda. Te buscó pero al no encontrarte decidió volver a ayudar a su esposa pero entonces descubrió que ya era demasiado tarde. Ariana, a tu madre la habían asesinado.

Mis ojos se desbordan y provocan que las lágrimas se deslicen por mis mejillas.

Siento como un malestar se apodera de mi estómago y un nudo de mi garganta, impidiéndome articular palabra. Me siento engañada. Ahora ni siquiera sé en quién debo confiar. Toda mi vida he vivido engañada, creyendo saberlo todo cuando en realidad nada es lo que sabía. Y es duro saber que las personas con las que has convivido durante dieciocho años te han ocultado la verdad.

Jonathan me rodea con sus brazos y me atrae hacia su pecho. Con una de sus manos acaricia mi cabello desde la raíz hasta las puntas. Me aferro con ambas manos a la chaqueta de cuero que lleva puesta y tiro de ella con fuerza, en un intento de deshacerme de la rabia que me invade. Derramo tantas lágrimas en su hombro que llega el punto en el que mis ojos se secan y solamente dejan ver la hinchazón y el enrojecimiento de estos como prueba del dolor que llevo dentro.

-¿Por qué todo el mundo me miente?

-Creen protegerte.

-Así solo logran herir a las personas que les importan.

Cazadores Nocturnos 1: El Resurgir #SoupAwards #PecesAzules #BooksAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora