Parte 7: Inicio del problema

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Al comienzo, la extraña desaparición de Eriziel causó un revuelo en toda la preparatoria. Farid consideró que esta era una reacción de lo más normal, ya que, al haber llegado a ser la chica más popular del lugar en tan solo un mes, su ausencia llamaría mucho la atención. Luego de una semana sin tener noticias de ella, los alumnos empezaron a impacientarse, y el tema cobró importancia vital. Tras dos semanas, muchos de ellos comenzaron a indagar, interrogando a los profesores y preguntándose entre ellos, pero no lograron conseguir nada claro. A la semana siguiente, y en consecuencia de la avalancha de preguntas que el alumnado realizaba a los profesores casi a diario, el director, en persona, comunicó que no poseían información sobre las razones de la ausencia de Eri durante ese tiempo tan prolongado. Llegado a este punto, Farid pensó que la reacción de los demás estaba llegando al punto de la exageración. Él mismo sentía curiosidad por el caso, pero sus compañeros parecían prácticamente desesperados por saber qué había sucedido con Eriziel.

Dos semanas más pasaron, mientras que la preocupación general se acrecentaba a pasos agigantados. Farid temió que, de seguir esto así, el tema no desaparecería nunca y la ausencia de Eriziel se volvería una especie de leyenda eterna de la preparatoria. Sin embargo, al comenzar una nueva semana, todo volvió a la normalidad. Sin embargo, esta nueva "normalidad" resultaba sospechosa. Durante poco más del último mes, Farid podía escuchar a los grupos de chicos alrededor de la preparatoria hablando sobre Eriziel. No obstante, aquel lunes la gente actuaba de forma común y corriente, conversando de temas diversos y sin importancia.

Por un instante, Farid se sorprendió que la ausencia de Eri hubiese perdido importancia de una semana para otra. Luego, se extrañó que los alumnos no mencionaban su nombre en lo más mínimo. Todos continuaban sus vidas con normalidad, como si nunca hubieses conocido a Eriziel. Todos, excepto Farid. Había empezado a parecerle sumamente intrigante lo sucedido, por no decir perturbador. Aun así, prefirió utilizar la lógica y la razón para resolver el extraño caso.

Hasta ese momento, Farid había sido de los que menos habían indagado sobre la ausencia de Eri. Al fin y al cabo, él era el único que conocía la verdadera naturaleza de la chica de cabello plateado. Si lo que ella le dijo era cierto, entonces resultaba un hecho presumible el que pudiese desaparecer en cualquier instante sin explicaciones lógicas. Farid había pensado que, posiblemente, ella hubiese decidido regresar a Noche Eterna, su mundo de origen, ya sea porque temía que Ethereal Corp la atrapase si continuaba asistiendo a la preparatoria, o porque, simplemente, se había aburrido del mundo humano.

Por el contrario, la situación actual era la que resultaba preocupante para Farid. El pensar que todos parecían haber olvidado a Eriziel de forma casi instantánea no era algo que se podía aceptar sin discutir. Sus sospechas se hicieron consistentes cuando, luego de hacer preguntas simples a algunos de sus conocidos, se cercioró que, en efecto, no recordaban la existencia de Eriziel en lo más mínimo.

Ahora, Farid conocía los dos hechos que teñían de misterio a la situación: Eriziel había desaparecido sin dejar rastro, y nadie podía recordar ningún dato relacionado a ella. Tras unos segundos de reflexión, el chico se percató que existía un tercer hecho que hacía todo mucho más misterioso: él sí podía recordar a Eri.

El día siguiente, se realizó una especie de presentación cultural en la preparatoria, de modo que las clases se suspendieron para que los alumnos pudiesen disfrutar del espectáculo. Farid aprovechó esto para continuar preguntado a la gente que conocía sobre Eriziel y temas relacionados a ella. Se percató de que, haciendo preguntas concretas, sus interlocutores sufrían lagunas mentales que no sabían cómo explicar, pero no consiguió información importante. Ni siquiera Frank y Rick pudieron ayudarlo, ya que no recordaban haber visto nunca a una chica de cabello plateado.

La última opción que le quedaba a Farid para poder esclarecer el caso, era revisando los archivos del alumno que se guardaba en la dirección general. Afortunadamente, Ericka Vanaglory, la presidenta del consejo estudiantil, le debía algunos favores a Farid por la ayuda que él le había prestado en la propaganda durante las elecciones, de forma que, luego de pedir insistentemente, ella aceptó brindarle acceso a los archivos. Fueron hasta la dirección, aprovechando que los adultos estaban inmersos en la presentación cultural, y Ericka abrió la puerta haciendo uso de la llave maestra que ella, como presidenta, tenía derecho a portar. Le advirtió a Farid que, aunque el director no había asistido aquel día y había pocas posibilidades de que alguien se asomara en la dirección, no se haría responsable si era descubierto, por lo que le recomendó que no se tomara mucho tiempo allí. A Farid no le quedó otra que aceptar dicha condición y, luego de despedirse de la chica, empezó su búsqueda de forma muy minuciosa.

Luego de lo que parecieron horas revisando diversos archivos, sucedió lo que Farid había supuesto: el nombre de Eriziel no se encontraba por ningún lado. Tal vez la chica había usado métodos no oficiales para ingresar a la preparatoria, por lo que nunca había habido registros de ella. De todas formas, Farid seguía con la intriga y sin más opciones para investigar. Lanzó un largo suspiro de cansancio y salió de la dirección.

Al parecer, considerando que ya era avanzada la tarde, se había tomado mucho más tiempo del que había calculado. La preparatoria estaba desierta y los materiales de la presentación ya habían sido recogidos. Llegó a la conclusión que, posiblemente, estar allí le traería problemas, por lo que se dirigió rápidamente a la salida. Se encontró con algunos profesores que le recriminaron su presencia en el lugar tan tarde, pero él inventó la excusa de que se había quedado ocupado arreglando algunos desperfectos sucedidos luego de la presentación.

Finalmente, consiguió llegar a salida. Farid supuso que ya no queda nada más que aceptar la vida normal a la que parecía volver. Tal vez, conocer a Eriziel había sido un golpe de suerte que no se volvería a repetir en la vida, o tan solo una ilusión muy lúcida. De cualquier manera, no había forma de continuar dándole vueltas al problema. Mientras pensaba en esas cosas, Farid se percató que había una persona apoyada en el muro de la entrada exterior de la preparatoria. Él dio un rodeo para evitarla, pero dicha persona le impidió el paso.

—Farid Wilhem —dijo la chica rubia que se había colocado frente suyo, mientras que esbozaba una fría sonrisa—. Un placer conocerte en persona al fin.


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¿Les pareció intrigante? Si la historia no les había convenido hasta ahora, les advierto que ahora empieza lo bueno. ¿Quieren saber quién es aquella chica rubia? El domingo lo sabrán

- Kizuato Kotei-sensei

Nazo no Gaikeisunbō | Arco 1: Noche EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora