Adoptada Por Cinco Idiotas - {un pequeño secreto}

CAPITULO O9 {2/2} "the party"

No sabía que hacer. ¿Le contestaba o no? ¿Le decía la verdad o hacía como si nunca hubiera visto el mensaje?. Descalza, fui hasta la habitación de los chicos, toqué la puerta tres veces y escuche un "pasa" que fue lo que me animó a seguir. Elevé la mirada para verlos, pero me arrepentí de ello. Ambos estaban sin camiseta, y con pantalones que se ajustaban perfectamente a sus cuerpos. Pude notar como me comían con la mirada, muy avergonzada me senté al final de la cama.

-Chicos hay un problema- dije- y no es nada bueno.

-¿Qué cosa?- dijo el moreno- nena, dilo.

-Verás yo me hice una foto así (me puse en la posición) y... puede que yo sin querer se lo enviara a alguien -cerré los ojos fuertemente esperando una bronca, una que nunca llegó-

-¿A que te refieres exactamente con que se lo enviaste a alguien? -preguntó Niall-

-Liam... se la envié sin querer. Me acaba de responder con un "¿dónde demonios vas así?" -

Estaba segura de que me iban a echar un regaño realmente fuerte, pero lo único que pude escuchar fueron risas y más risas por parte de los dos.

-¿De que os se rien? No es gracioso. -pero ellos seguían-

Mi telefono volvió a sonar, seguro era Liam. Bajé la mirada a mi teléfono y coloqué la contraseña para desbloquear la pantalla. No me sorprendí por ver que no era Liam, sino porque era una persona cercana a él y que se encontraba a su lado en aquellos momentos.

"Nena, Liam nos a enseñado la foto a mí y a Louis, ahora mismo si estuvieras aquí conmigo, pregúntate que no te haría".

Mis mejillas, pude notar como mis mejillas se ponían al rojo vivo. Al final pude notar como las risas cesaron y me miraban curiosos y ¿enojados? ahora era mi momento de reír, y así lo hice. Salí de allí, a los minutos Niall y Zayn tocaron a mi puerta diciendo que teníamos que ir hacia la fiesta.

Cuando llegamos la casa estaba llena de alcohol, tabaco y gente ebria teniendo sexo. La policía seguramente no había detenido la fiesta de por poco.

Cuando salí del coche, sentí miles de miradas posadas en mí. Se escuchó uno que otro silbido cuando pasé por delante de un grupo de chicos, o palabras que me subían la autoestima como: "eh nena, saca provecho a ese cuerpo conmigo". También notaba como Niall me aferraba a mi y Zayn fulminaba con la mirada a los pobres muchachos. Toda la música era de estilo Skrillex (dubstep), me gustaba muncho ese estilo de mucica, era muy cool

Bebí uno que otro cubata, notando como el líquido se iba adueñando poco a poco de mi organismo. Mis caderas con cada segundo que pasaba se iban moviendo más intensamente, concreta-mente podría decir que mi trasero estaba completamente pegado a la pelvis de un chico desconocido, uno que minutos atrás se había acercado a mí con intenciones obvias. No me importaban ni Niall ni Zayn.

El chico misterioso tenía el cabello negro y corto, unos ojos azules intensos y una sonrisa encantadora pero a la misma vez provocativa. Todo aquello lo pude observar cuando debí de separarme para poder mirarlo. No pasaron ni diez segundos cuando me tomo de la cintura y me pegó a su cuerpo nuevamente.

-Nena, ¿como te llamas?- preguntó sobre mi oído derecho, logrando que con el simple roce de sus labios sobre mi piel ésta misma se erizara.-

- Nina ¿y tú guapo? -aprovechando la situación, le pregunté yo también, pegando más mi cuerpo al suyo para que me sintiera completamente. Una aterciopelada carcajada se dejó escapar de sus labios. -

-Me llamo Logan. Logan Oconer. -

-¿Te han dicho alguna vez que eres jodida-mente sexy? -reí, capturando mi labio inferior entre mis dientes. -Por que si no te lo habían dicho, ahora sí. -

Comenzamos a bailar, nuestros cuerpos pegados se movían al compás de la música, la cuál resonaba en toda la casa por la magnitud de los altavoces.

Sus manos bajaron de mi cintura a mis muslos. Nuestros alientos se mezclaban, y él finalmente cortó la distancia entre nosotros, uniendo nuestros labios en un beso salvaje y hambriento. En menos de lo esperado estábamos en las escaleras que conducían al segundo piso, besándonos como si no hubiera mañana.