Poca Cosa

ella, una vez mas.

Cada día se me hace más difícil ser sólo tu amiga, me cuesta más leer como escribes sobre el, piensas en el, sonríes al recordarlo... me cuesta... Y me duele que me cueste.

Yo nunca fui de esas personas que sufren por amor o cosas por el estilo, pero, llegaste vos y me hisiste la persona más sensible que quizás hayas conocido...

Y me duele mirar tus labios sabiendo que no puedo tocarlos, me duele mirar tu cuerpo teniendo en mente que no serás mía, me lastima escucharte cantar, recordando que aquellas estrofas no son para mi... Me baja, me pone en mi asiento y me tira, tan profundo, tan oscuro, tan lejos de vos...

Te miro. Y el hecho de sonreír ya es instintivo, imposible de ocultar el brillo en mis ojos marrones al verte. Es la felicidad de saber que vendrás corriendo hacia mis brazos, quienes siempre estarán abiertos cuando necesites abrazos, cálidos cando tirites y cariñosos cuando estés triste. Siempre para vos.

Hoy entre a la galería de mi computador y divise una foto tuya. Creo que debí haber estado veinte minutos oo más mirándola, acariciando tus mejillas, o simplemente pasandote. Pensado en si me sentiras cuando te sueño, si me recordaras cuando te pienso o al menos mensionarás mi nombre por error o simple distracción... me pierdo pensandote, imaginandote, o aun mejor, observandote. Pues verte puede hacerlo cualquiera, él, ella, aquel, todo mundo... pero te juro que no miento cuando digo que nadie te observará como yo, tan detenidamente, tan sensiblemente... Como intentando fotografiarte con la mirada...