Capítulo 9: Verdad (Parte I)

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ENGAÑO

VERDAD





—Estas loco.—masculló con su voz grave y masculina, claramente teñida de pura indignación. Sus cejas se fruncieron, al tiempo que una torcida sonrisa se formaba en sus labios. —No pienso hacerlo.

Su acompañante se encogió de hombros, como si la respuesta del moreno le importara poco o nada.

—No tienes opción. Si ella habla estas perdido. Corrijo. Estamos perdidos. —se incluyo a si mismo. No quería ser duro con Sasuke, pero la situación no daba para menos. —Sakura es una mujer linda. Al menos yo lo veo así. Ademas, no deberia de darte problemas. Se nota a leguas que siente algo por ti.

La carcajada que se le escapó acabó por eliminar la poca paciencia del Uchiha.

—¡Imbecil! ¡Estoy casado por si no te has dado cuenta!— rugió, poniendose de pie bruscamente. —No voy a hacerle eso a Naruto. Y menos ahora que recientemente hemos llegado de nuestro viaje.

Suigetsu no se intimidó ante el coraje ni la bravura de su amigo. Siempre que se trataba de "su esposo" reaccionaba de una forma mas violenta y antipática.

—Pero tienes que entender. Si tu secretaria renuncia, o en todo caso nos delata, estamos acabados. —hizo un avispamiento con la manos para señalar cada espacio de la oficina.—¡Mira todo esto! ¡Miralo bien! Todo esto que ves aquí lo conseguiste con tu propio esfuerzo. ¿Y todo para que? ¿Para que venga un viejo carcamán y te lo quite todo?

—¿Y que pretendes, eh? —rodeó el escritorio y se colocó justo en frente de Suigetsu. Lo miró fijamente a los ojos. Exhalando aire por la nariz, como un toro bravo a punto de embestir. —¿Que enamore a mi secretaria y la convierta en mi amante? ¿Que Naruto se entere y que se dañe la relacion que tenemos?

Cada palabra que salia de su boca tenia un tono severo de ironía. Era la verdad, despues de todo, pero al albino no le gustaba que le escupieran la verdad en la cara.

— Eres una de las personas mas inteligentes y astutas que conozco, Sasuke. —reconoció, utilizando ese tono serio que pocas veces se le escuchaba. — Pero lo vas a perder todo de todos modos si no haces nada para evitarlo. Incluso si tu esposo se entera.

Fue cuando los ojos de Uchiha demostraron un pequeño tinte de miedo. O más bien, preocupación.
Suigetsu continuo:

—Yo entiendo que sea dificil. Pero puedes mantenerlo en secreto, supongo yo. Nadie tiene porque enterarse. El problema aqui, es que no quieres arriesgarte, aún sabiendo que el final es inevitable.

Sasuke no objetó ni dijo nada. Qué caso tenia cuando la realidad era tan dura y cruel. Aún cuando quisiera negarlo, Suigetsu tenia razón.

Pero en sus miedos mas profundos estaba el perder a Naruto. No sabia como ni porque, pero siempre reaccionaba mal cuando se trataba de él. Lo quería mucho. No. Lo amababa con locura.

Eran una pareja de recién casados. Hace poco que regresaron de Europa, luego de haber pasado dos semanas en un lujoso hotel por su luna de miel.

¿Como podía serle infiel después de todo aquello?

—Te dejare solo, para que lo medites. —musitó, ligeramente ansioso por la decisión que tomaría su amigo. Ya que de eso dependía el futuro de la empresa. En parte, a el también le molestaba la idea, pero era la única, según su punto de vista.

El Uchiha se quedo allí, de pie. Quieto como un objeto inanimado. Meditando como le había sugerido Suigetsu. Contrariado ante la posibilidad de perderlo todo. Su empresa, sus bienes, sus cuentas... pero sobretodo, a Naruto.

Su corazon se apretujo de forma dolorosa ante el solo pensamiento.

¡No!

"Primero muerto antes que perderlo a él."

Hizo presion en la mandibula y mandó todos sus principios al diablo. En un lugar en donde no le causaran mas conflictos internos.

Primero, le habia costado horrores aceptar que sentia algo por Naruto. No fue facil para él reconocer sus sentimientos. Pero ahora... ¡estaba casado¡ y sentía que era con la persona más hermosa y especial que habia conocido jamas.

Segundo. Eran una bonita pareja. Todo el mundo lo decía. Ademas, el rubio no tenia porque enterarse. Tampoco iba a acostarse con Sakura. Y obviamente no seria una relación romantica ni mucho menos.

Así que eso no contaba como infidelidad, ¿Verdad?

No.

Su mirada se volvió decidida.

Fue en ese preciso momento que, sin darse cuenta, cayó en una vil trampa.

Empero, no lo sabria hasta mucho tiempo después.



Enojado, acorto la poca distancia que los separaba y le estampo un duro puñetazo en el centro de la cara. El hueso del tabique crujio ante el inesperado impacto, causando que el albino se llevara las manos a la zona afectada, mas específicamente a la nariz, al tiempo que soltaba un chillido de dolor.

—¡Mierda! ¿¡Que demonios pasa contigo!?

El moreno se contuvo de darle una patada en los testículos. Se alejo lo suficiente para no obedecer a sus impulsos.

Sus oscuros ojos revelaron la intensa rabia que le poseía. Parecia no importarle el dolor que seguramente estaría sintiendo el otro. Ni la sangre que caia a chorros sobre el piso alfombrado de la sala.

Caminó con pasos firmes hasta la puerta del baño y empujó, ansioso por darse un baño de agua fría. Sin embargo, el hijo de puta que se quedó en la sala le siguió con el enojo pintandole el rostro.

—¡Te estoy hablando, Sasuke! ¿¡Que se supone que significa esto!? ¡Me has roto la nariz, imbécil!

El mencionado se dio la vuelta para encararlo. No negaba que la imagen que ahora proyectaba Suigetsu le removia en algo su conciencia. No obstante, era lo que se merecia, por meterle absurdas ideas en la cabeza.

Y pareció que el albino se dio cuenta de que el moreno tenia más de una razón para estar enojado. Lo vio en sus ojos, en su rostro. Era como ver el retrato de un energúmeno bajo la tormenta mas tenebrosa.

Por eso se quedó callado. Y no dijo nada que terminara por cabrear al Uchiha.

—Dame ropa limpia. Saldre en cinco minutos. —fue la fria orden que dio Sasuke, antes de meterse en el baño, y cerrar la puerta con desmedida fuerza.

El albino permaneció un momento allí, pensado en las mil y un maneras que existían para que su amigo le partiera la nariz después de haberle recogido en su coche. Prácticamente haciendole un favor.

No se le ocurrió ninguna. Pocas veces había visto a Sasuke en aquel estado. Sin embargo, olía a alcohol. Y eso era lo mas preocupante.

Mientras tanto, Uchiha se quitó la ropa a una velocidad desesperada. Ni siquiera prendio los calentadores. Se metio en el pequeño cubículo de vidrio esmerilado y giro la llave de la regadera. El agua helada le cayó encima,, haciendole dar un respingo por la fría temperatura del agua.

No le importo, sin embargo, permanecer cinco minutos bajo ese suplicio. Temblo involuntariamente, al tiempo que su mente se llenaba de pequeñas escenas vividas no hace mucho...

ENGAÑO [SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora