Conociendo otra realidad

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-¿Dónde... estoy?- susurró estupefacto.

Observó a los lados, mientras comenzaba a caminar lentamente, sosteniendo aquella camisa que le quedaba bastante grande, pero que opción tenía, después de todo no andaría desnudo.

-que...tipo de sueño tan descabellado es este?- murmuró para sí mismo, se acercó a unas flores solo por simple curiosidad, en cuanto lo hizo, esta se movió hacia su dirección haciendole retroceder rápidamente.

-¿quién eres?- preguntó la flor de repente, los ojos de Zero se abrieron de par en par por la sorpresa, esa flor, que parecía ser una rosa tenia rostro... y eso no era todo, le estaba hablando a él.

-Z...Zero...-murmuró en un susurró, a lo que la rosa estiró sus finos tallos acercandose a él y escudriñándolo.

-un Zero... jamás he oído un género de planta con tal nombre- dice la flor, Zero frunció su ceño ante lo dicho.

-¡no soy planta!- exclama, en cuanto lo hace, las demás flores que estaban en el lugar se movieron y acercaron curiosas como lo habia hecho la rosa.

-¿entonces que eres?- dice otra flor mientras observaba las degadas y pálidas piernas del peliplata. Al mismo tiempo que otra le tomaba de su cabello.

-que tallos más raros tiene- dice una.

-y mira estos pétalos!- exclama otra.

Una de ellas se acercó por la espalda de Zero y lo huele.

-vaya... y ni aroma tiene- murmura una.

-debe ser una hierva-

Zero realmente se estaba cabreando, dio un pequeño bufido y apartó de manera bruscas a aquellas escandalosas flores, realmente le recordaba a las gritonas estudiantes de la clase diurna.

-¡no soy ni una maldita planta ni una hierva!- exclama ya más que hastiado.

-¿entonces que eres?- habló la rosa de manera curiosa.

-para mí que es una hierva.-

Zero rodó los ojos y les dio la espalda. -no me interesa hablar con unas idiotas- fue lo que dijo, provocando que se formara un pequeño griterio en protestas, más simplemente las ignoró.

-"veo... que estás aquí"- se escuchó un pequeño susurro a sus espaldas, su piel se erizó un poco y rápidamente se volteó... nada...nuevamente nada... solo aquel extraño panorama.

Volvió su atención al frente y sacudió su cabeza... volvió a retomar su andar de manera lenta.

Ni siquiera sabía el tiempo que habia estado caminando, sus pies dolían, ¿y todo por seguir a un tonto conejo blanco?.

-bien hecho Zero...- dijo en tono sarcástico para sí mismo.

En eso el sonido de las hiervas moverse se escuchó, rápidamente se puso alerta y miró hacia su costado... el cual era el lugar de dónde provino el sonido.

De entre aquellas hiervas crecidas salió el conejo blanco, quien no paraba de correr.

-¿a dónde irá con tanta prisa?- se pregunta así mismo, retomó su carrera tras el roedor nuevamente... pero igual que tantas veces en sus sueños... no podía alcanzarlo.

Paró en seco, el conejo habia entrado en lo que parecía ser un bosque de árboles oscuros, casi negros... sin hojas y retorcidos.

Tragó grueso, dio un paso al frente y entró, realmente era un lugar demasiado lúgubre... pero allí estaba él... siguiendo al escurridizo e inalcanzable animal.

Mad HatterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora