Mad Hatter

Conejo Blanco

Yagari había quedado solo en casa.

Hacía horas que Cross y Zero habían ido al psiquiatra.

Suspiró, realmente era aburrido quedarse allí sin hacer nada.

Escuchó un ruido proveniente de uno de los cuartos de arriba.

Frunció el ceño confuso ante esto.

-"que habrá sido?"-pensó para Si mismo, se puso de pie y se dirigió al lugar de donde provino el sonido.

Una vez que subió pudo ver como algo pequeño y de color blanco cruzó por el pasillo para así meterse al cuarto de su pupilo.

Dudó si entrar al cuarto del peliplata. Por alguna razón comenzó a sentir...¿incomodidad? ... si, eso era... No admitiría que que sentía temor en ese momento.

Caminó a pasos lentos e indecisos hacia dicho cuarto.

La puerta estaba entre abierta... y eso era raro ya que Zero la había cerrado antes de irse, él mismo lo había visto.

Ya parado frente a la puerta sólo la empujó.

Todo estaba "normal".

Cama, libros, todo en perfecto orden. Estaba ordenado, su cama hecha y un peluche de conejo reposaba cerca de la cabecera de la cama.

Un momento...

El conejo...

Su ojo quedó fijo en el peluche, volvía a sentir esa incomodidad, esa sensación que le provocaba escalofríos.

El sonido de la puerta cerrarse de golpe hizo que Yagari diera un pequeño brinco por la sorpresa y el susto.

Se volteó viendo así la puerta cerrada.

El sonido de libros al caer hizo que volviera su atención al frente.

El conejo que antes estaba sentado y perfectamente acomodado ahora se hallaba acostado de lado, "mirándolo" fijamente con sus artificiales y penetrantes ojos rojos.

Yagari cerró su ojo y se relajó un poco.

Debía estar paranoico, ¿asustarse por cosas así?, ¿temerle a un juguete?.

Abrió su ojo, el conejo no se movió como era de esperarse.

Se acercó y tomó al conejo entre sus manos para mirarlo con más detalle. Ignorando la inquietud que sentía.

Esos ojos rojos se le habían hecho cautivantes, era como si...lo hipnotizaban.
Tan brillantes y su color carmín le recordaba a esas piedras preciosas de nombre rubí.

Dejo al conejo sobre la cama, realmente ese simple peluche le hacía sentir que algo iba a ocurrir, seria algo malo...o ¿algo bueno?.

Esperaba que fuera lo último.

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Habían hecho entrar a Zero nuevamente.

y fue alli cuando por primera vez en tanto tiempo Cross le escuchó reír de manera alegre y estruendosa, el rubio estaba sorprendido ante esto, aunque el psiquiatra estaba serio.

Y ahora estaba allí riendo divertido mientras sujetaba su abdomen.

-Zero?- llamó el rubio a lo que el menor trató de contener su risa.

-q-qué?- murmura aun riendo un poco. El rubio solo sonrió al verlo mejor.
Zero miro el dibujo.

-el... siempre me hace sentir mejor- dice dando un suspiro hondo buscando relajarse, pero no podía quitar la sonrisa de su rostro.