Capitulo 21 Sofia

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En el momento que nuestros ojos se encontraron, el miró

hacia otro lado, casi como si estuviera avergonzado

acerca de algo. De hecho fue… lindo, una palabra que

nunca pensé usar para describir a Derek Novak. Mientras caminábamos de

regreso al Pabellón, se mantuvo en silencio, sumido en sus pensamientos, ni

siquiera miraba hacia mí.

—Dijiste que querías enseñarme a defenderme —dije finalmente,

rompiendo el silencio, detestando la pared que parecía estar construyendo

entre nosotros.

—Sí. —Él asintió. Hizo una pausa como para recomponerse a sí

mismo—. Pero si no quieres…

Fruncí el ceño. ¿Desde cuándo le importalo que yo quiero?Decidí no

hacer un alboroto sobre eso.

—Quiero.

La pesadez de nuestra conversación recayó sobre mí. Quería volver a

lo cómodas, ligeras y casuales que nuestras interacciones eran antes de que las

cosas tomaran un giro peor. Antes de que apareciera Lucas. Todavía estaba

conmocionada, aún tenía miedo de lo que Lucas era capaz, pero insistir en los

problemas no era realmente uno de mis fuertes. Fue una de las principales

influencias de Ben sobre mí. Él nunca me permitió la autocompasión. Así que

puse mis manos en Derek, acostumbrándome a lo frio que era, con la

esperanza de dejarle saber que lo que había pasado no había cambiado mi

opinión de él.

— Me gustaría si dejases que las otras chicas se nos unieran también

— le sugerí, apretándole la mano.

El gesto pareció aclarar un poco su estado de ánimo. Sus hombros se

relajaron mientras me daba una mirada cariñosa.

— Por supuesto. — Él asintió.

Luego se detuvo y tomó mis manos entre las suyas. Dejó escapar un

suspiro. Parecía como si estuviera sopesando cuidadosamente cada palabra que

diría.

— Estoy pensando que deberías de comenzar a dormir en mi despacho

de ahora en adelante.

Estaba sorprendida. Entonces una sonrisa burlona se apoderó de mis

labios.

— ¿No crees que nos estamos moviendo un poco demasiado rápido?

Bromeé, guiñándole un ojo. Me estaba burlando de su propuesta, pero

la verdad es que tenía un puñado de reservas acerca de estar en el mismo

dormitorio, mucho más de estar en la misma cama, con un vampiro

chupasangre.

Él me dio una mirada divertida, quizás preguntándose si me debería

tomar en serio o no.

A la sombra de la sangre. 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora