Al momento en que mis ojos se abrieron, pude escuchar todo,
oler todo, sentir todo lo que estuviera a cuatrocientos metros
a la redonda. Estaba seguro que la sensación por sí misma
llevaría a mi cuerpo completamente a un estado de shock, hasta que mi vista
se fijó en una cara familiar. La mujer en quién había confiado lo
suficiente para confiarle mi escape de todo.
-¿Cora?
Era extraño. La última cosa que recordaba era el rostro de Cora
mientras me desvanecía en mi sueño. Solo había dormido por un momento
antes de despertarme bruscamente. Quería saber si algo había salido mal con
el hechizo. Mirando a la bruja, no pude evitar preguntarme cómo era posible
que se viese más joven. Encontré mi respuesta cuando la exuberante belleza de
piel ligeramente bronceada y una cascada de rizos largos y castaños sacudió su
cabeza.
-No soy Cora. Soy Corrine.
Me levanté de golpe del bloque de piedra que había servido como mi
lugar de descanso... por cuánto tiempo, era lo único que podía pensar. Asimilé
mí alrededor, estaba en una sala iluminada con velas, pisos de mármol
pilares gigantes. La primera palabra que vino a mi cabeza cuando inspeccioné
el lugar fue santuario.
Observé a la mujer con la que me encontraba en la habitación,
desconfiando de sus intenciones. Me tomó un momento notar su extraña ropa.
Observé cómo estaba vestido y me di cuenta que quizás había pasado más
tiempo de lo que había pensado al principio. En este punto, ya no importaba
realmente.
El punto era que no se suponía que iba a despertar. Nunca.
Despectivo al ver que me habían despertado cuando había pedido
explícitamente que me dieran un escape del que no despertara, grité una
orden como príncipe de la Sombra de Sangre.
-Quiero ver a Cora. Tráela.
Odiaba el tono autoritario que mi voz tomaba naturalmente. ¿Quién
era yo para dar órdenes? Yo no era un príncipe, mucho menos el Salvador que
Vivienne decía que era.
La profecía de la que habló justo después de convertirnos en vampiros
me perseguía inmediatamente cuando la recordaba.
El más joven reinará sobre padre y hermano y solo su reinado puede
proporcionar a su especie verdadero santuario.
Todavía recuerdo cómo lucía la cara de Vivienne cuando recitó esas
palabras. Más que eso, vi las expresiones de mi padre y hermano.
Resentimiento.
Cerré de golpe el episodio de nostalgia en el que me estaba hundiendo
ESTÁS LEYENDO
A la sombra de la sangre. 1.
VampirosLa noche del decimoséptimo cumpleaños de Sofía Claremont, ella se adentra en una pesadilla de la que no podrá despertar. Un tranquilo paseo nocturno por de la playa la lleva cara a cara con una criatura pálida y peligrosa que anhela mucho más que su...