Capitulo 27 Sofía

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Quería llevar a las chicas conmigo e insistí en eso. Derek

no quería oír hablar de ello. De hecho, simplemente me

ignoró. Ni siquiera me miraba. Pero miró a Ben y le dijo:

-Protégela.

Ben lo miró con incredulidad, como diciendo que él no necesitaba que

le dijeran que hiciera eso. Era fácil ver que a Ben no le gustaba Derek y no vio

motivos para estar agradecido por lo que estaba haciendo.

Yo lo vi de diferente manera. Sabía lo mucho que Derek estaba

arriesgando al ayudarnos a escapar. Estaba comprometiendo gravemente la

seguridad de todo el mundo en la Sombra al dejarnos ir. Le estaba dando a su

especie una razón para cuestionar su gobierno. Temía por él, tanto así que me

encontré debatiéndome en si aún quería irme.

Lo siguiente que le dijo a Ben, me desgarró por dentro:

-Asegúrate de que vuelva a su hogar a salvo.

Hogar. Le dije que él había empezado a sentirse como mi hogar, y en

ese momento, sabía que me estaba mintiendo a mí misma si trataba de

convencerme que al salir de la Sombra de Sangre, volvería a mi hogar. En ese

momento, ya no estaba segura de dónde estaba mi hogar, pero no cambiaba el

hecho de que tanto mi vida como la de Ben estaban en grave peligro por estar

allí. La mía debido a la determinación de Lucas en tenerme. Y la de Ben

debido a su conexión conmigo... y Claudia.

Por lo tanto, la fuga continuó como estaba prevista.

Se hizo evidente que Derek conocía la Sombra de Sangre bastante

bien. Sabía a dónde ir y qué hacer con el fin de permanecer oculto.

Considerando cómo Corrine ya le había hablado sobre mi BIL, también era un

riesgo. Sabía que iba a recordar cada detalle de mi escape. Significaba que si

alguna vez volvía a la Sombra de Sangre, estaría muy familiarizada con la ruta

para escapar, incluso en la oscuridad. Con cada paso que daba más cerca del

puerto, donde Derek ya había asegurado un viaje para nosotros que nos

devolvería a la playa desde donde fuimos capturados en primer lugar, me di

cuenta de lo mucho que no quería irme. No porque de repente encontrara un

lugar especial en mi corazón para la Sombra de Sangre, sino porque no quería

estar en ningún lugar en el que él no estuviera.

Odiaba que ni siquiera me mirara. Cuando el puerto apareció a la

vista, ya había tenido suficiente. Ben estaba sosteniendo mi mano y Derek se

perdía detrás de nosotros, asegurándose de que nadie nos seguía. Dejé de

caminar, con la esperanza de que Derek se golpeara contra mí. No lo hizo.

Como siempre, él estaba al tanto de todos mis movimientos.

Ben tiró de mi mano. Su rostro cayó cuando deslicé mi mano lejos de

su alcance.

-Necesito hablar con Derek -fue toda la explicación que le di.

Ben no parecía contento con eso, pero asintió con la cabeza, dando a

Derek una mirada antes de seguir adelante, a una distancia segura lejos de

nosotros.

Me di la vuelta para mirar a Derek. Quería que me mirara. Él miró

hacia otro lado.

-No seas de esa manera, Derek.

-¿De qué manera?

-Distante.

-¿Por qué no? Eso es lo que va a ser una vez que salgas de la Sombra.

Era la primera vez que me daba cuenta de que una vez que me fuera,

era un adiós para siempre. No era como si pudiera ir y chatear en línea y video

con él.

-Eso es exactamente por lo que no puedo soportar esto, Derek.

-Contuve un sollozo-. Hemos pasado por mucho... Me gustaría pensar que

significamos mucho el uno para el otro.

Este era un eufemismo. Y odiaba la forma en que yo sonaba tan

formal. En ese momento, me sentí como si él significara todopara mí y con

todo mi corazón, deseaba que él sintiera lo mismo. Traté de contener las

lágrimas mientras seguía con mi intento de decir en voz alta lo que me estaba

carcomiendo por dentro.

-Irme de esta manera... casi sin hablar, apenas sin mirarnos... no sé

cómo manejarlo. No puedo soportarlo.

Me atraganté antes de que pudiera decir las palabras que sabía que

siempre me perseguirían. Te amo demasiado como paradejar todocolgando de

estamanera.

Mi columna se estremeció cuando me alcanzó, sus dedos acariciando

mi mejilla y cepillando mi cabello. Antes de que pudiera darle sentido a lo que

estaba sucediendo, sus labios se apretaron contra los míos, hambrientos,

apasionados, exigentes. Su lengua empujó entre mis labios, alegando,

explorando, probando. Me encontré tensándome contra su toque, luego

aliviándome con ello. Yo lo quería. Estaba tan hambrienta como él lo estaba,

tan apasionada. Me sacudió el darme cuenta de lo mucho que quería esto, lo

mucho que lo quería. Cada segundo que duró ese beso era otro segundo para

asimilar la verdad.

Yahe dejado de pensar osiquierasoñar conunavidaenlaque no se

encuentreDerekNovak.

Cuando nuestros labios se separaron, me encontré sin aliento, pero

desesperada por más.

Me abrazó fuertemente.

Sentí su necesidad, su deseo de que me quedara cuando me susurró al

oído:

-No quieres irte.

Ante eso, rompí a llorar. Estaba en lo cierto. Si, me gustara o no, mi

hogar se había vuelto en donde quiera que Derek Novak estuviese.

A la sombra de la sangre. 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora