Capitulo 12 Derek

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Apesar de mis esfuerzos por no hacerlo, seguí mirando con

fijeza. Yo estaba sentado en el borde de lo que Sofía llamaba

mostrador, observándola mientras ella se abría camino por la

cocina en un ligero vestido amarillo claro aferrándose a sus curvas en los

lugares correctos. Ella estaba preparando su desayuno: dos trozos de pan que

metió en un artilugio llamado tostador. Consiguió un frasco de mermelada de

frutilla y un trozo de mantequilla del "refrigerador de dos puertas", que al

parecer era un armario para refrigerar la comida.

Cuando empezó a untar mantequilla sobre un trozo de pan tostado, sus

ojos verde esmeralda se alzaron para encontrarse con los míos. Dejó lo que

estaba haciendo y se me quedó mirando por un par de segundos.

Encontré inquietante que me mirara de esa manera. Ni siquiera podía

entender la razón. Essolo unachica,Novak.¿Cuándo hasestado tanexaltado

por unachica?

-¿Qué? -le pregunté.

-Gracias... por rescatarme esta mañana. Estaba muy segura de que

nada detendría a los guardias de convertirme en su desayuno.

No respondí. Ella era mi responsabilidad. Era mi deber velar por su

seguridad.

-Lamento que hayas sido tomada de la vida del exterior. Entiendo

cómo todo esto puede ser... traumático-dije.

Ella se concentró en prepararse el desayuno, aunque sus largas

pestañas revolotearon ante mi disculpa.

Luego de un momento, ella habló.

-No sé cómo dejar esto lo bastante claro. Sin importar lo que pienses,

no soy tuya, Derek. Les dijiste a los guardias que soy tuya. No lo soy.

Admiré su audacia. Me estaba hablando como un igual, sin nunca

detenerse a pensar en lo que decía y sin embargo se las arreglaba para llevarlo

a cabo con una gracia femenina que encontré encantadora y bastante

chocante. Debatí conmigo mismo si debía encarar sus afirmaciones. Hasta

donde todos en la Sombra de Sangre sabían, ella era mía. Era la simple verdad

y sin importar cómo a ella le gustaría creer lo contrario, seguía siendo cierto.

Suspiré y lo dejé pasar. Déjalacreerloque quiera.

-Nunca es de mañana aquí. ¿A qué se debe? -Quizás se dio cuenta

de que no iba a conseguir una respuesta de mí con respecto a sus afirmaciones

de que yo no era su dueño, cuando en realidad yo lo era.

-El hechizo de una bruja mantiene la luz del sol lejos. -Miré al

exterior por la ventana-. Aquí en la Sombra de Sangre, la noche dura para

siempre. No he visto la luz del sol en quinientos años.

A la sombra de la sangre. 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora