Escalofríos corrían por mi espalda mientras me relajaba
con facilidad en los fuertes brazos de Ben que me
apretaban fuertemente. Había muchas preguntas
corriendo por mi mente, mucha ansiedad sobre lo que le había pasado. No
sabía si debía estar contenta u horrorizada de poder verlo en un lugar como la
Sombra de Sangre.
—Con todo el debido respeto, mi querido príncipe… —La invitada de
Derek puso un tono que me hizo pensar en ninguna otra palabra
que seducción—. No me gusta que otras chicas estén tocando lo que es mío, y
por la mirada en tu rostro, dudo que estés disfrutando de esta vista.
Pude sentir que el cuerpo de Ben se tensó cuando ella habló. Era
enfermo pensar en las posibilidades que rodeaban su presencia en la Sombra.
Quería hablar, decirle algo, preguntarle al menos una de las preguntas que
rondaban mi mente, pero sabía que en el momento que lo intentara, no sería
capaz de aguantar los sollozos. Quería sostenerlo, pero ambos sabíamos que
teníamos que irnos. Sostener no era otra cosa que problemas… para ambos, así
que con reticencia nos soltamos y nos paramos quietos en frente de la mujer y
el hombre que nos mantenían cautivos.
—¿Quién es él, Sofía? —preguntó Derek.
No perdí la tensión en su voz.
—Un amigo.
La maravillosa invitada rubia arrugó la nariz preguntando:
—¡¿Solo un amigo?!
—El mejor que he tenido —contesté, mi voz rompiéndose en el
proceso en que una lágrima corría por mi mejilla.
—Concédeme una petición, ¿lo harás, Claudia? —habló Derek, sus
ojos estaban en los míos.
No podía averiguar qué expresión tenía en el rostro. No estaba segura
de si lo había molestado. Por alguna razón, mi corazón se fue a él. Sentía como
si quisiera asegurarle que Ben estando aquí no cambiaría nada entre nosotros,
pero era una mentira. Cambiaba todo. Recordé lo que le dije anoche… que él
había comenzado a sentirse como mí hogar. Nunca olvidaré la forma que me
miró después… como si yo fuera el mundo para él. Estaba tan perturbada por
cómo este hombre fuerte y poderoso podía verme de esa manera. Era extraño,
porque en ese momento, se sintió como si yo tuviera el poder y él fuera el que
era vulnerable y estaba bajo mi merced.
Mientras me paraba junto a Ben, teniendo miedo por él, miré de
nuevo al amo por el que me había empezado a preocupar profundamente y
comencé a preguntarme. ¿Seráposible que yo puedaromper a Derek?
Salí de golpe de mi monólogo interno cuando me di cuenta lo enojada
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A la sombra de la sangre. 1.
VampirosLa noche del decimoséptimo cumpleaños de Sofía Claremont, ella se adentra en una pesadilla de la que no podrá despertar. Un tranquilo paseo nocturno por de la playa la lleva cara a cara con una criatura pálida y peligrosa que anhela mucho más que su...