CAPÍTULO 5: ¿TE ATREVES A RETAR A KURT HUMMEL?

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CAPÍTULO 5: ¿TE ATREVES A RETAR A KURT HUMMEL?

Las clases no resultaron tan complicadas como Kurt pensaba y, con la ayuda de Jeff, Nick y Thad se integró muy bien con sus compañeros. Era feliz, se sentía valorado y querido. Todo el mundo se fijaba en él, pero sus miradas no eran de odio, eran de curiosidad. Querían conocer al chico nuevo, ese que los Warblers habían acogido bajo su protección.

La hora de la comida llegó y sus amigos lo esperaban en la mesa de los Warblers con una silla libre para él. Se sentó y empezó a observar a los alumnos a su alrededor. Todo era tan distinto al McKinley. Había más orden y los alumnos eran más respetuosos. Los profesores comían con ellos, vigilando que nada se saliera de su control. En ese momento lo vio, Blaine estaba comiendo solo, mientras leía un libro.

– Esto... ¡Chicos! – Decidió llamar la atención de los Warblers. – ¿Blaine no tiene amigos?

Todos dirigieron su mirada hacia el moreno hasta que Wes habló.

– Cuando llegó intentamos integrarlo en el grupo, hasta le propusimos formar parte de los Warblers. Lleva más de un año aquí y no se relaciona con nadie. No sabemos nada de su pasado.

– Eso es discutible. Llegó a Dalton días después de la paliza a esa pareja de homosexuales en el instituto George Washington. Seguro que fue expulsado por ella y sus padres decidieron trasladarlo aquí para que dejara los actos bandálicos. – Jeff estaba poniéndose de mal humor. Odiaba que todos lo tomaran por loco, él sabía que ese incidente tenía algo que ver con el moreno.

– O fue uno de los agredidos... – Respondió Trent.

– Me da pena que esté solo. – Comentó Kurt.

– No podrás conseguir ni que se siente en la mesa con nosotros. – Le dijo Nick.

– ¿Me estás retando? – El ojiazul levantó la ceja incrédulo.

– Si – Contestaron todos los Warblers al unísono.

Kurt se levantó y se dirigió a la mesa en la que Blaine estaba comiendo. Cuando llegó a ella, el moreno levantó la vista.

– ¿Qué quieres? – Preguntó claramente incómodo.

– Que te sientes con nosotros. – Dijo el castaño con una sonrisa

– Ni en tus sueños.

– Entonces no me quedará más remedio que contarle a todo Dalton que eres el niñito mimado del director y que no eres tan malo como aparentas. Tu reputación caerá por los suelos. – argumentó el más alto con malicia acercándose a la oreja del ojimiel. – No querrás que todo el mundo se entere de la discusión de esta mañana. – Susurró.

Blaine se apartó de él, cogió su bandeja y una silla y se dirigió a la mesa que ocupaban los Warblers. Todos lo miraban incrédulo mientras una sonrisa de suficiencia se dibujaba en la cara de Kurt. No le gustaba amenazar, y menos con algo tan delicado y privado cómo lo que había visto esa mañana, pero quería ayudar a Blaine. Mientras volvía a su sitio, vio como el director le miraba y le dedicaba una sonrisa sincera que el castaño no dudó en responder. Ahora entendía el comentario que había dicho el señor Lance sobre que la convivencia iba a ser muy beneficiosa para ambos.

La comida terminó sin incidentes. Blaine no dijo nada y no hizo el menor esfuerzo por integrarse, pero Kurt no quería presionarlo. Sería mejor que las cosas se dieran despacio y de forma natural. A las 5 de la tarde fue la reunión de los Warblers y el ojiazul interpretó “Don't Cry For Me Argentina” del musical Evita para su audición. Todos estuvieron de acuerdo en su ingreso en el club y le explicaron la dinámica del grupo. Al terminar, los chicos se dispersaron, unos fueron a la biblioteca a estudiar, otros a realizar llamadas a sus padres o amigos, otros se fueron a tomar un café y sólo quedaron Jeff y Kurt.

– Por fin podemos tener una charla a solas. – Dijo el castaño.

– ¿No te caen bien los chicos? – Bromeó Jeff.

– No es eso, pero desde ayer tengo una pregunta que hacerte. Es personal y no quería hacerla en frente de todos.

– Tu dirás – le animó el rubio.

– Nick y tu... – Kurt no sabía como decirlo.

– Somos amigos desde... ¡Ya ni me acuerdo! Éramos muy pequeños. Él está presente en todos mis recuerdos de infancia.

Flashback

Un grupo de niños de 6 años empuja a un niño rubio de 4 hasta que éste cae al suelo y empieza a llorar. Asustados por si viene un adulto, los mayores corren dejando al pequeño solo. Poco después se acerca un niño moreno y le tiende la mano.

– ¿Quieres que te ayude?

– No

El moreno saca un caramelo del bolsillo y se lo ofrece al rubio. Éste lo mira con recelo.

– Es de 'nananja'

El rubio lo acepta y se lo mete a la boca, dejando de llorar.

– 'Mu gico' – dice con la boca llena.

El moreno toma la mano del rubio y lo ayuda a levantarse. Los dos niños se marchan de allí de la mano. Esa tarde comparten juegos y risas.

Fin del Flashback

– Nuestros padres nos habrán contado esa historia por lo menos 1.000 veces. Empezamos a pasar mucho tiempo juntos, tanto es así que nuestros padres decidieron que fuéramos juntos a la escuela y desde entonces no nos hemos separado. Sus padres me llevan con ellos de vacaciones y Nick viene con los míos. Tenemos mucha confianza el uno en el otro. Nos damos besos en la boca y no nos avergüenza vernos desnudos. Caminamos de la mano e, incluso, nos dedicamos motes ñoños en privado. Hay gente que no entiende nuestra amistad, pero sinceramente no me importa mientras él y yo la sintamos así. Somos amigos, sólo amigos.

– Ok. Hasta ahí entiendo. Una última pregunta. ¿Qué sientes por él? – Quiso saber Kurt.

– Yo...

Yo Te Ayudaré (Klaine boyxboy) (Autora original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora