CAPÍTULO 27: EL MUNDO ES UN PAÑUELO

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CAPÍTULO 27: EL MUNDO ES UN PAÑUELO

Blaine estaba recorriendo la sala de su casa nervioso mientras su novio y su hermano lo observaban sentados en un sillón. En ese momento, la puerta se abrió y los señores Anderson entraron a su casa. Sus dos hijos se acercaron para saludarlos de forma cordial, pero muy poco afectuosa.

– Mamá, Papá... él es Kurt. Mi novio.

El castaño extendió la mano dispuesto a saludar a los padres de su novio, pero ninguno la tomó. El señor Anderson lo miraba con auténtico odio.

– Será mejor que vayamos a cenar. – Dijo Cooper intentando calmar la situación y con la esperanza de que la personalidad del ojiazul conquistara a sus padres de la misma forma que lo había hecho con su hermano y él mismo. Sin embargo, durante la cena apenas hubo conversación y sus padres parecían muy poco interesados en lo que les contaba sobre la relación de los menores. Después de los postres, Blaine no aguantó más.

– No vais a decir nada. – Dijo el moreno.

– ¿Qué quieres que digamos? – Preguntó su madre.

– ¿Sobre su novio? ¿Sobre su vida? Vamos mamá, yo pensaba que realmente os interesabais por su vida y que sólo era la adolescencia del enano la que os criticaba. Empiezo a pensar que tiene razón.

– No me importa lo que haga con su vida. Yo no tengo hijo menor. Sólo tengo un hijo y sabes de sobra quién es. – Dijo el Señor Anderson.

– Sabes, creo que no tenéis hijos. Vámonos chicos, os llevo a vuestro hogar.

Los tres salieron de la casa sin decir nada más. Una vez en el coche, Kurt se volvió para mirar a su novio.

– Yo estaré a tu lado, a mí si me importas. Te amo. No lo olvides. – Dijo cogiendo la mano del moreno.

– Yo también te quiero enano. Aunque no de la misma manera que Kurt. – Dijo el mayor de los tres mirándolo por le espejo retrovisor mientras arrancaba el coche y salía de allí.

– Gracias... Yo también os quiero a los dos. Estoy bien, no os preocupéis. – Respondió el ojimiel.

Cuando llegaron a la casa de los Hummel-Hudson, se sentaron los tres en el salón en compañía del resto de la familia.

– ¿Qué tal ha ido? – Preguntó Carole.

– Como era de esperar. – Dijo Blaine.

– Lo siento mucho, ¿Sabes que puedes contar con nosotros para lo que quieras? – Ofreció Burt.

– Claro que lo sé... Me ha costado, pero ya tengo una familia. – Le dirigió una mirada dulce a su novio. – ¿Tú cómo estás?.

– Bien... No me interesa su opinión... La única manera que tienen de hacerme daño es a través de ti, pero sé que estás bien, por lo que no me preocupa. – Al terminar de hablar, el castaño le dio un beso casto en los labios.

– Me alegra ver que estáis bien, yo ya me puedo ir, es tarde y querréis descansar... – Dijo Cooper.

– ¿Dónde te alojas? – Preguntó la mujer.

– Buscaré algún sitio. Sólo será una noche, mañana me voy– Contestó el actor.

– De eso nada, te quedas aquí. Voy a buscar un colchón inchable. – Dijo Burt mientras se levantaba y salía de la sala.

– Gracias. – Dijo el mayor de los Anderson.

La semana pasó rápido para los chicos y, sin darse cuenta, estaban dirigiéndose a casa de Azimio para la fiesta que celebraban para que Karofsky conquistase al chico del que se había enamorado. Cuando llegaron, ya estaban muchos de sus amigos allí. Al entrar, Blaine se quedó parado mirando a un chico pelirrojo y casi tan alto como Finn. Cuando éste se volvió y vio a los chicos sonrió y se acercó. El moreno se puso de puntillas para poder abrazarlo mejor. No se soltaban, parecía que nada los podría separar.

– ¿No tienes celos? – Preguntó Karofsky a Kurt. – Porque yo sí.

– No... Me imagino quien es... ¿Se llama Rick? – Dijo el ojiazul.

– Si... ¿Cómo lo sabías? – Quiso saber Dave.

– Eran mejores amigos... Los padres de Blaine los separaron. Llevan más de un año sin verse... Lo hemos estado buscando. No ha habido nada entre ellos, puedes estar tranquilo. – Dijo el castaño.

En ese momento, Rick y Blaine se separaron y pudieron secar las lágrimas del otro. Ambos sabían que el llanto del otro era por felicidad. Se habían echado de menos. Afortunadamente, nada los separaría nunca más. Serían mejores amigos para siempre.

– Quiero presentarte a alguien. – Le dijo el moreno a su amigo, muy feliz por haberlo encontrado. Se volvió hacia su novio y agarró su mano. – Kurt, él es Rick. Ya te he hablado de él. Amigo, él es Kurt, mi novio.

Los dos chicos se dieron la mano a modo de saludo. La sonrisa de los dos amigos era contagiosa. Después comenzó a presentarle a todos sus amigos, tanto los Warblers como los New Directions y Kurt aprovechó para pasar tiempo con sus amigas del McKinley. Cuando Blaine terminó las presentaciones, salió al jardín con su mejor amigo para charlar a solas por primera vez después de tanto tiempo.

– ¿Kurt te trata bien? Porque si no es así te juro que se las tendrá que ver conmigo. – Bromeó el más alto.

– Él es lo mejor que me ha pasado en la vida. Trajo luz a mi vida cuando estaba sumergido en la oscuridad. – Dijo el moreno.

– Me siento mal... Debería haber estado para lo que necesitaras. – Dijo apenado el pelirrojo.

– No te preocupes. No podías localizarme, lo mismo que yo a ti tampoco. Yo no estaba en mi casa y vosotros os mudasteis y mis padres se las apañaron para que no nos pudiéramos poner en contacto por teléfono.

Yo Te Ayudaré (Klaine boyxboy) (Autora original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora