||Capítulo 5||

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Abrió un poco sus ojos con pesadez y tratado de acomodarse un poco para estar más cómodo. Un suave ronroneó salió de sus labios y cerró sus ojos para seguir durmiendo.

—Disculpe, joven Styles— soltó un quejido al sentir una voz hablarle. La voz siguió insistiendo varios minutos más y termino abriendo sus ojos.

—Si, lo siento. ¿Qué desea?— preguntó. Se separó del castaño que seguía dormido y talló su ojo derecho con una de sus manos. Paso su mano por todo su rostro tratando de alejar cualquier rastro de sueño y por último acomodó su cabello.

—El avión ha aterrizado, ustedes son los últimos— la mujer le hablo con un poco de vergüenza en la voz.

—¿Eh?... ¡Oh, dios! Claro, ya salimos— le dió una sonrisa apenada y se quitó el cinturón de seguridad, movió un poco al castaño y este soltó un quejido.

—Venga, despierta.— el castaño empezó a abrir los ojos con lentitud y parpadeo un poco acostumbrándose a la luz.

—¿Qué pasa?—murmuro seguido de un bostezo.

—Nos hemos quedado dormidos— se puso de pie y trato de pasar por sobre él castaño.

— ¡Eh! ¡Con cuidado!— exclamó el castaño al sentir como el rizado pisaba su pie por accidente, hizo una mueca y frunció su ceño.

Él termino saliendo de ahí y tropezó un poco debido a que Louis le puso él pie como venganza, soltó un quejido de dolor cuando cayó sobre los asientos de aún lado.

Escucho la risa del castaño justo cuando trataba de pararse y se sobaba la parte donde se había golpeado. Una vez estuvo de pie lo miro con una ceja alzada.

— ¿Te caiste? — se adelantó a decir con una sonrisa  burlona adornando su rostro. Él solo rodó los ojos y salí de ahí dejando al castaño solo.

Busco a su gemela por los asientos y no la pudo encontrar, mordió su labio nervioso y se empezó a alterar cuando no la encontró.

¡Me ha abandonado! ¡Oh, dios! ¡He perdido a mi gemela! No, ella me ha dejado, yo no tengo la culpa ¿Verdad? No es mi culpa haber dormido mucho, no es mi culpa que los brazos de Louis sean muy cómodos, ¿Qué? ¿En serio, Harry? ¡Dios! Estoy pensando en los brazos de un desconocido y no en mi hermana. ¿Qué estoy pagando, señor Diós?

Alzó sus brazos al aire y su mirada subió en un aire dramático dando a entender que miraba al cielo o a Dios. Sin embargo, lo único que vio fue el techo blanco del avión.

Si este es tu castigo por aquella vez que deje tapado el baño de la abuela y termino inundada la pobre, no fue mi culpa. Fue de la comida tan asquerosa que me preparo mamá.

Vio a una azafata y camino hasta ella, era la misma que le había dicho que no se podían sentar juntos. Ahora era su culpa que él no encontrara a su hermana, si tan solo los hubiera dejado sentarse juntos, él no estaría pasando por esta preocupación.

—Hola, disculpa— tocó el hombro de la mujer y ella volteo miradolo con una sonrisa— Es que yo viajo con mi hermana y ella no está, nos tocaron asientos separados, ¿No la habrás visto? Es mi versión femenina.

—Los pasajeros han salido hace rato, quizás se fue con algún conocido— la mujer contesto normal y se fue. Él no lo podía creer, tremenda estúpida.

Es que yo sabía que la gente era estúpida y también muy estúpida pero, ella sí que se pasa, es otro nivel.

Salió del avión bastante nervioso por no encontrar a su gemela y una vez estuvo en él aeropuerto empezó a buscarla con desesperación.

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