Harriet miraba por el balcón de su habitación el ir y venir de la gente, varias parejas entraban y salían de lo que parecían ser una cafetería. Su gemelo estaba acostado mirando algún programa en la tv.
Ciertos castaños llamaron su atención, ambos caminaban de regreso al hotel. Los dos caminaban en silencio y parecían perdidos en su propios pensamientos, absortos de la realidad.
Soltó un suspiro pesado y les dió una última mirada antes de perderlos de vista y ella al igual que ellos se adentro al edificio. Caminó hasta la cama en la que Harry estaba y se sentó en la orilla.
—¿Qué tienes, bonita?— Harry había puesto en silencio la tv y la miraba con atención. Ella se subió más a la cama y le dió una mirada algo perdida.
— He estado pensando, Harry.— murmuró y Harry se abstuvo de lanzar algún comentario burlón. — ¿Qué pasa si no le gusto a mi alma gemela?
El rulado fruci el ceño y se acercó más a su hermana para atraerla a él y abrazarla. El silencio siguió durante varios minutos, Harry realmente no sabía que decir.
—Digo, soy orgullosa y juzgona a morir. Tengo un vocabulario que deja mucho que desear, soy fría, sarcástica y soy mucho de burlarme de la gente.— la chica había hablado dando explicaciones que para su hermano eran absurdas.
—¿Y, importa? No, claro que no.— Harry dejo caricias sobre su espalda a como de reconfortarla.— Si es tu alma gemela te aceptara tal y como eres. No solo eres eso, bonita. Eres la chica más dulce una vez la gente tiene tu confíanza, tu forma de hablar no te define como persona.
—Los chicos; buscan chicas delicadas, de esas que hablan educadamente, ocupan mucho rosa y no cuero negro como yo— un puchero salió de los labios sandía de la Styles y Harry río.
— Esas chicas no tiene cerebro, a muchos les gustan más las chicas como tú. De esas que les gusta el americano, las motos y sobre todo que tienen un vocabulario extenso.
Luego de eso y de unas cuantas risas ambos hermanos habían decidido dormír juntos. Ambos tenían un pijama con figuritas de Bob Esponja. Harry odia los dibujos animados, pero su gemela no y siempre haría lo que la niña mimada (gracias a él) quisiera.
***
El chico de cabello rojo llegaba como cada día al ya familiar hospital. Hacía dos meses que su hermana había sufrido un accidente de auto que le había costado la entrada al coma.
— Louise, buenos días.— entró a la habitación con una sonrisa y se acercó a besar la frente de la chica.
Ed Sheeran contaba con los 25 años recién cumplidos y era el único de la familia que tenía la esperanza de que su hermana despertara. Tenía solo 7 años cuando sus padres decidieron adoptar a la bebé que rápidamente lo cautivo.
Miro la rosa en su mano y camino hasta la pequeña cómoda donde había un par de libros y un florero, colocó la rosa roja en el .
— Mamá manda saludos y papá dice que pronto volverá de su viaje. El día de ayer no pude venir por qué Tay me ha organizado una fiesta sorpresa. He cumplido 25 años y eso es mucho para mí, pronto seré un viejo cascarrabias.— la dulce y tranquila voz del pelirrojo llenaba la habitación llenando la de paz.
Las enfermeras conocían a la perfección al chico, desde que su hermana había llegado al hospital el se había negado a dejarla y siempre la visitaba con una puntualidad impresionante. La habitación habitación tomado vida gracias al chico, la comida estaba repleta de snacks y libros, el florero siempre tenía una rosa roja, el estuche de su guitarra con esta dentro estaba a aún lado y su manta gris estaba en uno de los cajones, su almohada estaba sobre el sofá. Había cuadros en las paredes.
—La fiesta estuvo bastante bien, me han regalado varias libros que pronto traeré para leerte. — el chico tomo un banquillo y lo arrastró hasta el borde de la cama y tomo la mano de la chica.
Los Tomlinson estaban llegando a su habitación, cada quien tenía sus propias preocupaciones. Louis abrió la puerta y dejo que su hermana entrara primero. Louis noto a la chica un poco rara, está camino hasta la cama y pronto miro a su hermano con miedo y los ojos abiertos a tope.
—Princesa, vuelve conmigo.— la dulce voz del pelirrojo sonó en un susurro suplicante.
Louise escuchaba una voz resonar en su cabeza, la cabeza le daba vueltas, la voz no era nada dulce, le taladraba lo más profundo de su ser. Sus piernas temblaron y su cuerpo se desvaneció sobre la cama. Louis soltó un jadeó de miedo y agradeció que su hermana cayera sobre la cama y no contra el suelo.
— Mi niña, te necesito conmigo.— Ed se aferró a la mano de su hermana y pequeñas lágrimas escurrieron por sus mejillas.— Necesito a mi hermanita.— suaves sollozos salieron de su garganta.
El chico Tomlinson corrió hasta su hermana y la cómodo sobre la cama, empezó a moverla un poco llamándola por su nombre.
—Louise, reacciona— golpeó suavemente su mejilla y tomo su mano para apretarla— Vamos, Louise vuelve conmigo.
La chica castaña no sabía a quien escuchar, dos voces le hablaban. Una totalmente desconocida y otra sabía que era la de Louis. Pronto pequeños fragmentos pasaron con rapidez por su mente y vió a un chico pelirrojo llorar. Queria hablarle y decirle que todo estaría bien.
Ed llevaba varios minutos en la misma posición cuando un apretón en su mano llamo su completa atención. Asustado se separó de golpe, y pronto pudo reaccionar a ese hecho. Su hermanita le había apretado la mano, salió de la habitación llamando a un doctor.
La castaña siguió viendo al pelirrojo y por más que quería recordaros no podía, parecía que el chico la quería mucho. Pronto una voz que si conocía llegó a ella y confundía quiso saber de donde venía.
—Louise, por favor. — Louis estaba aterrado, su hermana no reaccionaba y él no sabía que más hacer.— No me dejes, Louise, eres mi gemela, eres mi hermanita. Por favor no me dejes.
La chica Tomlinson sonrió un poco y pronto supo a donde tenía que ir, su hermano la estaba llamando. Trato de olvidar al pelirrojo y se concentró en la voz chillona de su gemelo.
Una vez el doctor llegó a la habitación Ed se encargó de contarle cada detalle y el doctor solo le dijo que eso era muy normal, eran reflejos que el humano tenía. Ed se negaba a aceptar eso, su hermana tenía mejoras y el lo mostramos a como diera lugar.
Poco a poco la chica fue recobrando la consciencia y susurro suavemente el nombre de su hermano. Louis no podía estar más feliz, la abrazo con fuerza y le dijo cuanto la quería.
— Fue raro, podía escuchar como tú y otra persona me hablaban. Era como si tuviera que decidir con quién ir, no reconocí a la otra persona. — explico la castaña con un poco de dolor de cabeza.
Louis abrazo a su hermana aún más y frunció el ceño con una ligera pregunta rondando en su cabeza.
¿Qué tanto recordaban de su vida pasada?
Vengan y denme amor por qué ya volví ahora con más actualizaciones disponibles.
ESTÁS LEYENDO
Fátum.
Hayran KurguDonde Louis despierta en un lugar desconocido junto a una chica idéntica a él pero de mundos completamente diferentes O Donde deben buscar a sus "almas gemelas" para regresar a su hogar.