Louis y Harry caminaban por las frías calles de la ciudad, ambos hablaban de cosas triviales, en ocasiones sus risas llegaban a hacerles compañía.Él mayor (no por eso el más alto) señaló una pequeña cafetería a unos metros de donde estaban ellos, Harry le dió una sonrisa con hoyuelos y Louis pudo jurar que fue la cosa más hermosa del mundo.
—Vamos, pequeño Louis.— Desde hacia minutos que Harry no dejaba de decirle así y Louis empezaba a acostumbrarse a eso.
—Soy mayor que tú, Harold.
— Que me llames Harold para sonar amenazante es tan patético.— El ojiverde mencionó entrando a la cafetería haciendo sonar la campana típica de lugares como esos.
— ¿Crees que tu hermana asesine a la mía? .—se atrevió a preguntar el castaño con un poco de miedo.
—Mi doble puede llegar un poco irritante, pero no creo que la lastimé.
La conversación quedó zanjada ahí, Louis se adelantó hasta la barra para ordenar cuatro cafés y algo de cenar.
—Que sean solo dos cafés, un té de limón y un agua mineral.— esta vez era Harry quien había hablado y termino guiñándole un ojo a la camarera.
— ¿No toman café? — Louis hablo acomodándose en el taburete, dejando a la vista su respingón trasero.
— No es de nuestro agrado, prefiero el té y mi hermana disfruta más el agua mineral.— explico el más alto.
Sin poder evitarlo su mirada cayó en Louis y su gran trasero, reprimió un gemido al ver sentir como algo empezaba a crecer en sus pantalones.
—Ire al baño en lo que están las cosas.
Dos mujeres de vestimentas llamativas tomaban una taza de té mientras ponían atención a ambos jóvenes. Una de ellas sonrio juguetona y se puso de pie para seguir a Harry, quién huía al baño para tratar su problemita.
—Dime, Harry ¿Qué tanto recuerdas de tu vida antes de llegar a este mundo?.— la voz de una anciana lleno los oídos y este se puso totalmente tenso, sus ojos se abrieron y sus pulmones se quedaron sin aire.
Harry giró sobre sus talones para mirar a la mujer, su cuerpo se tambaleó y todo empezó a darle vueltas al ver que estaba solo.
Busco de donde apoyarse y una vez encontró la pared se recargo en ella tratando de recuperar la respiración, sentia que su cabello explotaría. Harry tomo su cabeza adentre ambas manos y empezó a jalar sus cabellos, quería dejar de sentír esos fuertes dolores.
—¡Harry!
Louis corrió hasta él y se agachó para mirar los ojos de su compañero. Hart soltaba gruñidos y jadeos de dolor, podía ver como Harry tiraba de su cabello con desespero.
—L-lou...ayud— Harry no termino de hablar cuando un dolor aún más fuerte se apoderó de su cabeza.
"Vuelve conmigo, amor"
Harry se dejó caer al suelo y siguió tomando su cabeza con fuerza, las muecas en su rostro indicaban que horrible dolor que sentía. Louis noto como el menor se retorcía del foro en el frío suelo.
"Hazz, te necesito conmigo"
Un grito salió de la garganta del chico rizado y Louis pego un salto del susto, no sabía que hacer. La gente lo miraba con preocupación, algunos murmuraban entre sí y las dos mujeres hasta el fondo de la cafetería solo sonreían.
"Por favor, amor. Te estamos esperando en casa"
Louis no tenía otro recurso más que hacer, así que con brusquedad se tumbó arriba del rizado y tomo las manos del chico para colocarlas a cada lado de su cabeza, tratando de que Harry no jalara más su cabello.
—Bebé, vuelve conmigo.— Louis empezó a susurrar en el oído del chico para tratar de calmarlo.— Todo está bien, ojos bonitos.
Harry sentía como dos voces lo llamaban, una era cálida y la otra un tanto chillona, pero no significaba que eso no le gustara. La risa de un bebé llegó a él y empezó a quejarse de dolor.
—Mi niño mimado, vuelve a mí.— Louis siguió murmurando bajo la atenta mirada de todos, se sentía tan impotencia te al no saber que hacer.
No lo pensó dos veces cuando unió sus labios con los del rizado, no había movimiento, solo el suave contacto que Louis había provocado, una de sus manos viajo a la mejilla de Harry y empezó a dejar caricias para tranquilizarlo.
Una de las mujeres hizo un movimiento de cabeza a su acompañante y seguido de eso Harry volvió a la normalidad. Las mujeres salieron de la cafetería silenciosamente.
— Todo esto está saliendo muy mal.— susurro una y después siguieron su camino.
***
Paris, Francia.
2017Un chico rubio de ojos gris intenso cuidaba de un niño de dos años. Él bebé sollozó un poco y el mayor lo acunó un poco.
—Ya amor, tranquilízate.
Vadhir tenía que entrar a trabajar y Elian no paraba de llorar. Él chico miro su reloj por décima vez y soltó un suspiro cansado, hacía horas que su hijo no paraba de llorar y no había nada que lo calmara.
El timbre de la casa del rubio sonó y el se apresuró hasta la puerta. Acomodó mejor a Elian en sus brazos y abrió la puerta dejando a la vista a su mamá, le dió una sonrisa y un beso en su mejilla.
—Mamá, gracias por venir.— Vadhir se adentro a la casa junto a la mujer y este pronto le quito al bebé.
— Voy tarde al trabajo, todo lo que necesites está anotado en la lista del refrigerador y hay indicaciones precisas.— explico tomando su saco y maletín.— Pasaré al hospital por la tarde, así que llegaré solo una hora después de lo normal.
La mujer asintió a lo primero y le dió una mirada melancolía trans decir lo último.
— Cielo, es momento de que...— la mujer no logro terminar cunado su hijo ya estaba en la puerta con el ceño fruncido.
— La respuesta es no, es volverá conmigo y con nuestro hijo.
Salió de ahí un poco molesto, estaba harto de que todos sus allegados lo quisieran convencer de dejar ir a su esposo.
HOLA AMORES.
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Fátum.
Fiksi PenggemarDonde Louis despierta en un lugar desconocido junto a una chica idéntica a él pero de mundos completamente diferentes O Donde deben buscar a sus "almas gemelas" para regresar a su hogar.