||Capítulo 7||

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Luego de robarle a su gemela que le enseñará esas fotos y vídeos, amigos habían decidido ir a comer al restaurant del hotel. Una vez estuvo listo y su hermana igual ambos tomaron sus cosas, salieron de la habitación hablando de cualquier cosa que llegara a sus alocadas mentes.



—Solo dejemos claro que no soy gay— Murmuró el chico un poco apenado. Peino un poco su flequillo tratando de ocultar su nerviosismo, una vez llegaron al elevador apretaron el botón para llamarlo y una vez se abrió subieron a el.


El pasillo pronto se llenó de un ruido muy fuerte, parecía que había gente corriendo de un lado para el otro y unas risas escandalosas llegaron a sus oídos de apoco a medida que las personas avanzaban. Justo el elevador se cerraba cunado un brazo pálido se interpuso y el elevador volvió a abrirse. Dos chicos de rulos entraron de golpe y cuando los cuatro se miraron el asombro llegó a sus rostros.


— ¡¿Ustedes?!— los cuatro gritaron al mismo tiempo y sus rostro fueron invadidos por muecas de asombro y enojó.


—Parece ser que ciertas personas nos están siguiendo.— la rulosa comento al chico a su lado y se acercó a él para abrazarlo.


—Lo mismo digo yo.— esta vez fue el turno de la chica de estatura baja y cabello castaño. Trato de aproximarse más a su gemelo a modo de que se viera que eran unidos.


Louise analizó la situación, la chica de ojos verdes tenía un brazo por la cadera del chico y en ocasiones lo pasaba por su espalda. El chico tenía su brazo alrededor de la marcada cintura de su compañera, solo tenían unos 4 cm de diferencia entre ellos, siendo el chico el más alto. Ambos tenían tatuajes, piernas largas y un cabello sumamente cuidado, eran realmente idénticos.


—Mira, el gnomo habla.— murmuró Harry a su hermana, la cual soltó una risa burlona.


—¿Cómo le dijiste?— un chillona y aguda voz pregunto desde una de las esquinas. El castaño tomo la mano de su gemela y la apego a su cuerpo.


—Mira, el otro gnomo también habla.— la voz un poco tosca y a la vez dulce de la chica Styles lleno el lugar y seguido de eso la risa melodiosa de su hermano le hizo compañía.


Los Styles eran pesados. Tenían un humor bastante brusco y burlón. Eran de esas personas que ponían atención a todo y si podían buscarían la manera de hacerte saber que han pensado algo divertido sobre tí.


Gracias al cielo o algún dios el elevador abrió sus puertas y los de menor estatura fueron los primeros en salir de ahí. Los de ojos verdes soltaron risas debido a lo que habían causado en los castaños.


—No soporto a esos chicos, ni a su ego— mencionó el castaño y camino a pasos fuertes hasta el restaurant.


—Son muy raros, sus ojos brillan de una manera que te hace ver que buscan algo con tanto anhelo.—hablo la chica mientras seguía a su hermano y se percata a que los de mayor altura tomaban una mesa entre risas.


— Siento que ellos al igual que nosotros no pertenecen a este mundo.— Louis se acercó a una mesa que le brindaba una lejanía con los ojos verdes más hermosos que había visto, sin embargo también le daba una vista fenomenal.


— Quizás sean seres mágicos.— los hombros de la chica se encogieron restándole importancia a sus palabras.


—Quizás...— su mirada se concentró en el chico y este prontamente lo sintió. Ambos se miraron por varios segundos, el verde y el azul conectaron.


Luego de ese momento en el que ninguno quería terminar el contacto, se vieron obligados cuando el mesero captó la atención del ruloso.


Luego de ordenar su comida y de terminarla los hermanos Tomlinson decidieron ir a un parque a tomar un helado. Los Styles hacia minutos que habían dejado el restaurant.


—¿Crees que volveremos a casa?— la voz de Louise salió temblorosa.


— Realmente no sé.— quería darle una respuesta concreta, pero esa era la verdad. No sabía realmente nada.


—Louis, ¿Renunciarías a tú alma gemela? — la pregunta tomo por sorpresa al chico y solamente frunció el entrecejo.


— No, no renunciaría a mi alma gemela. Por algo es mi Alama gemela, fue hecha exclusivamente para mí.


La chica ya no dijo nada, el resto del camino fue de total silencio. Louis pensaba en su alma gemela, ¿Cómo sería? ¿Le gustarían los tatuajes? Siempre había deseado que la persona con la que compartiera su vida fuera amante de los tatuajes, era un romántico en toda la palabra y le gustaría tener tatuajes a juego.


—En lo que voy por los helados, ve buscando una banca donde sentarnos. — propuso Louis a su gemela y está solo asintió recordándole que le trajera su helado de vainilla.

La chica camino por el parque buscando una banca libre, inspeccióno el lugar por varios segundos y sonrió triunfante al encontrar una banca libre a solo unos metros de ella, se apresuró a caminar hasta ella para que no se la ganarán y noto que de ahí podía ver perfecto a su hermano.

El castaño esperaba los helados bajo la atenta mirada de su hermana que lo vigilaba a varios metros de distancia. Louise se sobresaltó al notar como a su lado una mujer de edad avanzada tomaba asiento a su lado.

—Es un bello día.— mencionó la mujer a Louise.

— Sí, lo es.— le dió una sonrisa pequeña y se puso de pie al ver que Louis venía con los helados.

— Tan bello como para encontrar a tu alma gemela.— la voz cansada de la mujer llegó a los oídos de la chica y la dejaron estática.

Louise se volteó a verla con el rostro mostrando desconcierto y la reparación pausada.

— Recuerda Louis, encuentra a tú alma gemela antes de que el azul de tus ojos se acabe.

La mujer se puso de pie y sin más se fue del lugar dejando a una Louise con pánico en su mirada.

— Encuentra a tu alma gemela antes de que el azul de tus ojos se acabe...— la voz de la castaña salió temblorosa y en un ligero susurro. ¿Qué significado tenían esas palabras? ¿Quién era esa mujer?

«Encuentra a tú alma gemela antes de que el azul de tus ojos se acabe...»

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