Capítulo 5 | Engreído

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Dylan

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Dylan


—Bien, ya puedes irte— me levanté de la cama, para luego dirigirme a la puerta y abrirla.

—Vamos cariño, dormimos juntos hoy y mañana me voy— dijo la morena de grandes pechos mientras acariciaba mi abdomen.

—Ya te dije que no Kate, apenas son las once, y te llevaré a casa, así que será mejor que te vistas y espero abajo— tomé mi camisa, las llaves y bajé hasta la sala a esperar a la chica. Abrí la puerta de la sala despacio y luego me dirigí al auto de mi padre.

Algunos cinco o siete minutos después salió de la casa y subió al auto. El camino a su casa fue silencioso, ella hablaba algo acerca de zapatos y ropa de temporada, pero yo sólo tenía mi vista fija en la calle, y mis pensamientos vagando por toda mi cabeza.

—¡Dylan! ¿Estás escuchándome?— grito la chica mientras me observaba.

—No— mi tono de voz al parecer sonó bastante frío, pues la chica se volteo y no volvió a dirigirme palabra alguna hasta que llegó a su casa. Se despidió y bajó del auto dando un leve portazo y moviendo sus caderas hasta su casa.

Me puse en marcha mientras aún tenía esos pensamientos extraños que ni idea de que se trataban, aparte que también me pregunto si Ali estará despierta, o si vio algo, aunque eso no importa tanto. Llegué a casa, estacioné el auto y me bajé dirigiéndome a la puerta, abrí y la cerré detrás de mi para luego subir a mi habitación. Empecé a tirar pequeñas piedras que tenía un árbol de plástico en la mesa de noche. Seis piedras, después Alice apareció en la ventana, tallando sus ojos con sus pequeñas manos.

—¿Que quieres? Estaba soñando con, algo que tenga que ver con comida— su voz se escucha somnolienta, pero linda al mismo tiempo.

Dylan reacciona.

—Es, pues, no tenía sueño— dije llevando una mano detrás de mi cuello.

—Cualquier chico que esté teniendo sexo a las diez y veinte de la noche, es raro que no tenga sueño— hizo una mueca de asco para luego empezar a reír.

—¿Como sabes eso? Y, ¿como sabes que debo tener sueño?— pregunté confundido, ¿acaso ella ya tuvo sexo?

—Uno, sé eso porque te vi besando a esa chica, creo que se llama Kate o algo así. Dos, vivo con un hermano de dieciséis que ya a tenido sexo, y sus amigos viene diariamente, que también lo han tenido, y tres, no e tenido sexo tarado— empezó a reírse.

Joder, ¿dije eso en voz alta? Maldita sea.

—Entiendo— le sonreí.

He (Confusiones #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora