Segunda parte de Invisible
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Después de ser mordida por Derek Hale, la vida de Lia da un giro imposible. Su cuerpo ha rechazado la mordedura, pero sólo para que sus verdaderos poderes salgan a la luz en el momento más oportuno, cuando Beacon Hills...
And I'm building a fire, fire, oh I'm building it higher, higher, oh I'm gonna run this empire higher, oh And if I go down in flames, the smoke gonna spell my name
canción: fire por louis the child ft evalyn
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Scott se quedó callado por un largo rato. Sabía que debía de decir algo, pero simplemente no encontraba las palabras que sentía debía decir para hacer sentir mejor a Lia.
Con el corazón latiéndole desbocado y las lágrimas amenazando correr por su rostro, Lia se puso de pie y salió de la cafetería. Allison, desde otra mesa al notar lo que había sucedido vagamente, se puso de pie para seguirla.
—Yo me encargo —le dijo a Scott al pasar a su lado.
Allison siguió a Lia hasta un pasillo vacío, viéndola recargar su espalda contra los casilleros. Alzando sus ojos azules, viendo a Allison, Lia comenzó a llorar. Sin decir nada, Allison se acercó a Lia y envolvió su pequeña figura en sus brazos.
—¿Quieres hablar al respecto? —preguntó Allison. Lia negó con la cabeza, simplemente dejándose abrazar. Se quedaron un rato así, unos minutos solamente, hasta que Lia se separó.
—¿Puedo quedarme sola unos momentos? —le pidió en voz baja. Allison, preocupada pero sin querer hacer sentir mal a Lia, asintió.
Lia se quedó parada, limpiándose las lágrimas en el vacío pasillo hasta que en algún momento una sombra imponente se plantó frente a ella. Lentamente, Lia alzó la cara, temerosa. Kharón estaba frente a ella, de brazos cruzados y con una postura solemne. No era solo que tuviera cara de pocos amigos, sino la manera en que la hacía sentir más pequeña de lo que ya era. Intentando parecer valiente, aunque claramente fracasando en el intento, Lia lo miró a sus ojos verdes directamente.
—Debes de dejar de hablar con Allison Argent. Ya —ordenó, con voz gruesa.
—¿O qué? —dijo Lia, su falsa bravuconería delatándose cuando al final de la pregunta su voz se hizo cada vez más aguda.
—Vas a morir, Lia.
—¿Me estás amenazando?
—No soy el malo aquí.
—Umm... acabas de decirme que ibas a matarme —murmuró Lia.
—No, no lo hice —ladeó la cabeza—. Es una advertencia, Lia. Los Argent son gente con los que debes de tener cuidado.
Lia se quedó en silencio un momento, analizando las palabras de Kharón.
—¿Por qué no le has dicho a Gerard sobre mí?
—¿Cómo sabes que no le he dicho nada? —preguntó Kharón, cuidadosamente.
