Impossible /Teen Wolf

diecisiete.

  Well the eyes, the eyes, the eyes they know
Like a thousand tiny suns ago
While the eyes, the eyes, the eyes they know
Watch you lie slow
While truth lies low  

canción: truth lies low por andrew bird

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—¿Nos disculpan? Quiero repasar unos apuntes de inglés con Lia y Scott —musitó Allison, aclarándose la garganta, incómoda.

El abuelo asintió como si nada.

—No estoy seguro de que eso sea apropiado —dijo el padre de Allison, mirando fijamente a la pareja.

—Bueno, y se supone que el anticuado aquí soy yo. ¿Qué pueden hacer? Son inofensivos. Los tres. Vayan arriba —señaló Gerard.

Los tres subieron tímidamente, Scott y Lia se dirigían a la habitación de Allison cuando ésta los detuvo, jalándolos para llevarlos a otra parte: a la habitación del abuelo Argent.

Los tres comenzaron a rebuscar entre sus cosas ansiosamente, solo para que Allison descubriera una caja fuerte que era cubierta por un abrigo.

—Adiós plan —suspiró desanimada.

—Espera —la interrumpió Scott—. Déjenme probar algo —Scott puso su oído contra la caja fuerte y escuchando el mecanismo fácilmente la abrió—. Dios...

Lia casi soltó un chillido, emocionada, pero se contuvo y en su lugar le dio un beso a Scott en la mejilla.

—Ustedes dos podrían ser los próximos Bonnie y Clyde —se burló Allison.

Encontraron una especie de diario que Scott comenzó a leer en voz alta, confundido.

—¿Salmon moutarde crème fraiche? ¿Qué es?

—Una receta —respondió Allison, hundiendo sus hombros derrotada—. Es un libro de cocina.

En ese momento, el celular de Scott sonó. Apenas le dio un vistazo y supo que era Stiles, respondió evasivamente.

—Stiles, no puedo hablar ahora —dijo, colgándole en el momento. Lia se inclinó sobre su hombro, frunciendo el ceño—. ¿Qué?

—Podría ser importante.

—Probablemente sea nada.

Lia asintió, poco convencida.

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—Sin el libro, no sabremos qué es esa cosa —murmuró Scott, luciendo tan decepcionado como las dos chicas en la habitación.

—¿Dónde más podemos buscar? —Pensó Allison en voz alta—. ¿Qué pasamos por alto?

—Tal vez Kharón lo tiene —sugirió Lia—. O tal vez sepa quién es. Podría preguntárselo, y con suerte me lo diga.

Allison enarcó una ceja, sabiendo perfectamente qué clase de suerte iba a emplear su amiga de ojos hipnotizantes.

—No. No te le vas a acercar a ese...

—¿Saben algo que yo no? —las interrumpió Scott. Allison y Lia se voltearon a ver a los ojos, comunicándose con la mirada.