Day #11: Comida con pelea

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—¡No puedes hacer eso!

Dio un golpe en la mesa, indignado.

—Cálmate, Giotto.

—¡No pienso calmarme!

—Come.

—¡No pienso...! Bueno, eso sí. ¡Pero solo porque es tarta!

Alaude suspiró. Lo que no hiciera Giotto por los dulces no lo hacía nadie. Era un fanático de las golosinas.

—¿Ahora me vas a dejar explicar?

—Ñiñiñi —refunfuñó mientras comía un gran pedazo de pastel.

—Bien, tengo que entregar un poco de tu enorme armario a la beneficencia.

—¿Y eso por qué? —se quejó—. ¡Mi ropa me la pongo! ¡Si la doy, no tendré qué ponerme!

—Pregúntale la razón al herbívoro melón.

—¿Qué ha hecho ahora? —bufó.

—Me buscó pelea y acabó por destruir una tienda de ropa para la beneficencia. Dijo que lo compensaría. Dio tu palabra.

El menor bufó, jurando que habría melón helado pronto.

—¡Así es como me quitas el hambre! ¿No había un mejor momento?

—No sabía cuándo decírtelo, así que preferí que te calmaras con la comida.

—Alaude, querido, las malas noticias no se pueden dar mientras comes. Te sienta mal la comida y eso es malo.

—¿Cuán malo es?

—Muy malo. Es un dolor parecido al que me provocas en mi pobre cuerpo cuando te motivas.

En la noche no te quejas tanto —sonrió burlón.

—Obviamente, en ese momento me pareces lo más maravilloso que hay sobre el mundo. Por el día es cuando te odio con todo mi ser.

—Hmm, ¿y ahora me odias?

—¡No! ¡Odio al jodido melón que dijo que donaría mis preciosas ropas!

—Tienes un armario enorme. No lo vas ni a notar.

—¡Pero no he llegado a mi objetivo de las diez mil prendas!

—¿Para qué quieres tener tanto?

—¿Cómo que para qué? ¡Necesito tener una combinación diferente cada día! ¡Y para cada noche!

—En realidad no lo necesitas.

—¡Que sí!

—Vale, vale, está bien. ¿Te parece si te lo compenso comprándote algo? Claro que el dinero saldrá de ese herbívoro.

—¡Eso es un buen plan! Me encanta cuando piensas tanto en mí —risueño, probó otro bocado de su tarta.

—Siempre pienso en ti, herbívoro.

—Aww, qué lindo —sonrió Giotto—. Tu lado herbívoro me encanta.

—Cállate.

—Moo~. Mucho te estaba durando.

—¿Y bien? ¿Aceptas?

—¿Por qué presiento que esta amabilidad tuya va con trampa?

—Imaginaciones de esas herbívoras que tienes.

—Hmm...

Alaude sonrió. El desgraciado melón tuvo una gran idea al sugerirle (para comprar su vida, básicamente) que le dijera a Giotto esa idea de ir de compras.

Sin embargo, la ropa que le pondría a probarse no sería precisamente... apta para herbívoros babosos.

Pero Alaude era un carnívoro y era el novio de Giotto. Tenía todo el derecho a ponerle la ropa que él quisiera, aunque después no valiera nada cuando se la quitase por la noche.

—¿Y bien? ¿A qué hora nos vamos?

—¿Qué te parece a eso de las siete?

—¿Tan tarde?

—¿Por qué no? Habrá menos gente.

Menos herbívoros que babearían el piso y que esposar hasta la muerte por mirar a su rubio.

—Hmm, tienes razón.

Se terminó su pastel y sonrió.

Pobre. No sabía lo que le esperaba.

 »◦✿◦«

Salut, lectores~.

Lo sé, debo 3. Es que mi trabajo no me lo permite demasiado y buffffffff. Levantarse a las 7 30 en vacaciones es un suplicio.

Intentaré compensarlo. Me siento tan Ama-kun en la vida...

¿Merezco comentario/voto? ¿Disparo? ¿Tartita?

Au revoir~. Nos leeremos pronto~.

30 Days: OTP ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora