30 Days: OTP Challenge

Day #15: Aniversario

Era... especial.

Era un día especial. Se cumplía un año ya desde que ambos empezaron a ser novios, era su primer aniversario y era lo más especial a considerar en un noviazgo.

O por lo menos, así era para Giotto, que paseaba entre las tiendas en busca de un buen regalo.

Sería en principio sencillo, pero lo que pasaba era que su aniversario coincidía poco después del cumpleaños de Alaude. Y si ya se martillaba la cabeza pensando qué regalarle por su cumpleaños, otra además era que a ese que llamaba  novio no se le había ocurrido otra cosa que declararse un 25 de diciembre, algo muy romántico en su momento, pero molesto pues decidir algo diferente para su aniversario y Navidad era, definitivamente, algo digno para ser llamado estresante.

Se había pasado la última semana mirando en Internet, revisando revistas, todo lo que tenía a mano para descubrir el regalo ideal y, sin embargo, no encontraba nada que lo convenciese.

El reloj que le dio en su cumpleaños le había gustado, pero era obvio que no podía darle otro. Un móvil sería ideal, pero eso era demasiado caro y todos sus ahorros se fueron con el reloj, además que debía dividirlo entre dos.

En fin, no sabía qué hacer. No encontraba nada que pudiera gustarle a su poco expresivo novio, al que poco le importaba la moda. No le alegraría en demasía una camisa nueva.

Salió fuera, y se puso las manos en los bolsillos en busca de algo para poder regalar que estuviera expuesto en los escaparates. Vio, a lo lejos, un pequeño mercadillo navideño posicionado en una plazuela, y decidió acercarse a ver qué encontraba y, si por algún casual, le convencía.

Paseó por los puestos, sonriendo a cada cosa linda que encontraba. Eran muy bonitos los peluches, pero no veía a Alaude abrazando un conejito de peluche...

Y además, con el poco presupuesto que tenía, suponía que debería unir los dos regalos...

Suspiró. No le gustaba la posibilidad de tener que hacer eso, a lo mejor si conseguía...

En sus pensamientos, miró una pulsera de cuero con el nombre de una persona en este en letras plateadas. Leyó el cartelito de "se graban nombres" y sonrió.

Eso le gustaría.

—Disculpe —llamó al encargado del puesto—. Quisiera esta pulsera.

El señor le sonrió, y le preguntó el nombre que quería grabar. Minutos después, ya tenía el regalo envuelto en motivo navideño por amabilidad del vendedor y se disponía a buscar alguna otra cosa para su aniversario.

—Algo que pueda gustarle... —murmuró para sí, mirando al cielo con aire pensativo.

Se chocó contra alguien, y cayó al suelo inevitablemente.

—Mira por dónde vas, herbívoro.

—¡Gio-nii! ¿Estás bien?

El joven rubio, aún confuso por el golpe, apenas distinguió las voces, y abrió los ojos para ver a su hermano pequeño del brazo de un azabache de ojos azul metálico que le miraba con desdén.

—¿Tsu? ¿Qué haces aquí...?

El castaño le tendió la mano que tenía libre y le ayudó a levantarse.

—Estaba paseando con Kyoya —sonrió—. ¿Y tú? ¿Dónde está Alaude-san?

—Ah, está... Bueno, no lo sé...

—¿Os habéis peleado? —arqueó Kyoya una ceja.

—No, solo que vine por mi cuenta para comprarle un regalo...