Capitulo 52

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Capitulo 52

Navidad, toda la apariencia del hotel destacaba la festividad, los colores rojos y verdes eran los que destacaban y no era para menos, era una de las fechas más esperadas por todos. Sin embargo encontraba la necesidad de saltear esta fecha, pues era la primera navidad en la que la pasaría sin mi familia y mi cabeza no podía lidiar con tal hecho, mientras más pasos daba por el hotel peor me sentía, pero me negaba a seguir acostada en la cama. Además de que necesitaba recuperarme rápido y salí de la habitación con la esperanza de que el descontrol de un hotel en navidad iba a devolver mi audición, sin embargo fue errónea aquella hipótesis.

En toda la mañana no había visto a ninguno de los Kresing, exceptuando a Ivan quien me informo apenas me desperté, que esta noche festejaríamos navidad, ya que nos habíamos perdido noche buena esperando a que todos estén en mejores condiciones, a lo que yo solo me limite a asentir con la cabeza.

Lo que menos quería era festejar, y menos navidad, festividad en la que como dije antes abunda el verde y el rojo y aunque el verde no significa problema alguno para mi, el rojo no estaría cumpliendo con la misma función. Al ver ese color tan intenso, la única imagen que se me viene es la de la sangre. Al tocar esa tela, siento como si la sangre de todas las personas que mate volvieran a pasar por mi mano, la misma sensación fría que recorre por mis venas y me hiela los huesos, es algo inevitable, que no puedo controlar. Era como volver a vivir aquellos momentos.

Mi mirada dejo de estar centrada en aquella tela en el momento en que pude visualizar como dos sonrientes y esplendidas mujeres se acercaban hacia mi, Rachel Kresing y Lia Buttner, déjenme decirles que el que ellas estén de ese humor, dadas estas circunstancias, solo significaba una cosa, que íbamos de compras. Aquellas mujeres son unas personas de una increíble inteligencia y aunque siempre se mostraban femeninas y delicadas, tenían un carácter imponente; créanme he visto como mas de una vez los gemelos escapaban de las travesuras que habían hecho, por el simple hecho de tener que afrontar a su madre. Pero si había algo por lo que eran adictas estas mujeres era por las compras y a quien voy a engañar, me encantaba compartir ese sentimiento con ellas. Aunque no me encontraba en las mejores condiciones, no podía negarme a los ojos soñadores con el que ambas mujeres me miraban. Sabía que aunque no me habían entregado una invitación formalmente a ir con ellas, sus miradas y sus sonrisas me transmitían todo lo que necesitaba saber, asi que solo basto un intento de sonrisa mía para que ellas engancharon sus brazos a cada uno de mis brazos y marcháramos fuera del hotel para ir al centro comercial, el cual para mi sorpresa se encontraba en frente de este, va a ser una tarde larga....

Cinco horas, veinte bolsas y una pasada por el salón de belleza después, nos encontrábamos en el hotel, dirigiéndonos a nuestras respectivas habitaciones para prepararnos para la cena en la cual festejaríamos Navidad, la cual sería en una hora. Ambas señoras se despidieron con un saludo de la mano cuando entre a mi habitación y me encontré a Ivan durmiendo en su cama. Sin pensarlo me acerque y con cuidado me senté en el borde de su cama, y empecé a moverlo lentamente, pues imagine que quería prepararse para la cena, el abrió los ojos y yo le mostré la hora que era no falto decir nada, ya que el entendió y se levanto de la cama, junto algo de un cajón, ropa interior supongo yo, y se adentro en el baño.

Luego de unos minutos el salió del baño, con una toalla envolviendo su cintura y comenzó a cambiarse, yo ya estaba casi lista, pues en el salón de belleza me habían maquillado y peinado, por ende solo tenía que ponerme mi vestido y los zapatos. Así que solo me adentre en el baño con el vestido en mano, una vez allí adentro me enfunde en el vestido dorado, el cual era de mangas largas y ajustado al cuerpo marcando cada curva de mi ser, tenía toda la espalda descubierta y se abrochaba en la parte de arriba, a la cual yo no llegaba así que tuve que salir del baño para pedirle ayuda a Ivan.

Morir para estar en la mafia (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora