Capitulo 3

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Capitulo 3*

No sé ni cómo, ni cuándo pero me encontraba situada en el medio de un círculo formado por numerosos hombres vestidos de traje, aquella tela que los cubría destilaba fortuna y renombre; supongo que de alguna forma tenían que tapar lo podridos que estaban Demian me miro y formulo aquella característica sonrisa

--Te dije que ibas a hacerme ganar mucho querida, ve todos estos hombres están, hay una verdadera contienda gracias a ti; ¿Quién será con el afortunado que logre proclamarse como tu dueño?

Sin importarle la situación en la que me encontraba mi cuerpo se desplomo sobre el piso, pero se sentía tan lejano, al igual que los gritos de auxilio que estaban emitiendo mi garganta, todo se sentía tan ajeno, como si mi cuerpo ya no me perteneciera; tristemente no estaba alejada de la realidad, mi cuerpo había dejado de pertenecerme en el momento que me arrastraron hacia aquella camioneta.

Nada de eso impedía los gritos que abandonaban mi cuerpo, no había forma de que esta sea mi nueva realidad.

--No,..no...no...no...por favor llévenme con mi familia, juro no decir nada, juro no contar nada de lo que vi, ni dar nombres, por favor—mis suplicas no sirvieron de nada, no pude ver la reacción de los hombres, me negaba a abrir los ojos, pero si podía escuchar sus risas, al principio empezaron como risas aristocráticas, pero cada vez eran más fuertes, limpias carcajadas era lo único que escuchaba, el taparme los oídos había sido en vano, ello no las acallo, ni siquiera cesaron, sino todo lo contrario, se intensificaron—por favor...por favor... por favor.

De repente pude sentir como agua recorría todo mi rostro, haciendo que mi ojos se abran de golpe, encontrándome con la imagen de el que había reconocido como Zack; sin previo aviso este estampo el dorso de su mano contra mi mejilla, haciendo que mi cabeza se gira bruscamente.

--No hay cosa más fastidiosa que las perras que gritan—comento para luego cubrir mi cuello con una de sus manos, una sola mano le bastaba para casi agarrar todo mi cuello, con una sola mano era capaz de quitarme la vida—te recomiendo que comiences a lamer los restos de agua que te quedan en la cara, porque eso es lo único que vas a recibir dentro de un largo rato—el agarre en mi cuello no ceso en ningún momento, cada vez aplicaba mas fuerza sobre este—es mas como soy un alma caritativa, podría ayudarte—sin previo aviso coloco su lengua sobre mi mejilla, tensándome al instante, lagrimas habían comenzado a correr por mi cara las podía sentir, y el también ya que había pasado la lengua por una de ellas, el camino que trazo fue tan largo y lento, que provoco que quisiera gritar, sin embargo su mano sobre mi cuello impidió que lograra emitir sonido alguno y luego sin aviso previo estampo su boca sobre la mía.

Paralizada, me encontraba paralizada mis ojos se encontraban totalmente abiertos y mi boca totalmente cerrada, a los segundo se aparto; poco fue el tiempo que duro sobre mi boca, pero aun asi para mi se sintió eterno. Una gran carcajada salió de su garganta.

--Mas vale que te vayas acostumbrando pequeña zorra, el que yo no te pueda lastimar, porque no hay que dañar la mercancía, no significa que tu próximo dueño no lo hará—dicho aquello salió de la habitación pegando un portazo.

El llanto descontrolado no se hizo esperar, intentaba callar mis gritos ahogados, no quería que volviera a entrar por aquella puerta, porque no sabía de lo que sería capaz, no sabría cual sería su próximo movimiento si volvía a molestar.

Lo peor de todo que el tenia razón, no importaba cuantas cosas me hicieran aquí, mi futuro dueño podría ser peor, tan solo imaginar las cosas a las que me someterían provocaron arcadas en mi y sin poder evitarlo vomite el piso, llenando a este y a mi vestuario de puros jugos gástricos, ya que mi estomaga se encontraba completamente vacío, aun así las arcadas no me abandonaban, provocándome un fuerte dolor de cabeza.

Una vez que mi cuerpo sitio que había expulsado todo lo que podía, se desvaneció completamente.

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Hace días que estoy encerrada en la misma habitación, soy alimentada dos veces al dia con apenas un vaso de agua y restos de comida, que ni ocupan la mitad de la palma de mi mano, eso teniendo en cuenta si lo hacen, pues cuando emito ruidos debido a las pesadillas, me privan de la comida, en ningún momento fui capaz de diferenciar si las veces que venían con el agua era parte del almuerzo o de la cena, por lo que soy una completa ignorante a lo que días de cautiverio se refiere.

Demian y Zack son los únicos que entran en esta habitación, así sea para alimentarme o para divertirse; este último no había vuelto a tocarme, porque tuvo ordenes directas del jefe de que no había que marcar a la mercancía, aun así seguía torturándome arrojándome agua, tirando de mi cabello, diciéndome cuanta obscenidad se le cruce por la cabeza, al igual que Demian.

Estoy hecha pedazos física y mentalmente hablando. En todo este tiempo la única ducha que había recibido era cuando me manguareaban cual perro de la calle, cuando el olor por no ser soltada en todos estos días se intensificaba, hasta tal punto que les fastidiaba a la hora de tortúrame; aunque no podia verme al espejo sabia que los golpes que me había dado Zack habían dejado marca "nada que un poco de maquillaje no pueda tapar", esas fueron las palabras que expreso Demian al ver mi cara. Apenas logro conciliar el sueño y cuando lo hago tengo pesadillas.

Estoy débil a penas puedo abrir los ojos, sin embargo apenas logro conciliar el sueño y cuando lo hago tengo pesadillas; la sensación de que me voy a desmayar o aun peor, morir, no me abandono en estos días.

Me pregunto si mis padres y amigos me estarán buscando, o se habrán dado por vencidos. Extraño las comidas caseras de mi mama o bromear con mi papa, extraño reírme de las cosas que hacen mis amigos, extraño mi antigua vida.

--Allison, Allison- escucho que me llaman, yo reconozco aquella voz.

--¿Mamá? ¿Mamá estas ahí? ¿mamá donde estas?

--Allison, hija estoy aquí, al lado tuyo.

--Mama, ¿donde estas? No te veo, ¿realmente eres tú? por favor mama respóndeme, no sabes lo que te extrañe, por favor mama sácame de aquí- giro mi cabeza hacia la izquierda con las pocas fuerzas que tenia y la vi, ahí estaba mi madre dibujando aquella sonrisa que tanta paz me transmitía, lagrimas comenzaron a correr por mi rostro sin poder evitarlo.

De repente escucho que abren la puerta de un portazo, dejando a la vista la figura de Demian.

--Mama...corre...sal de aquí—intente advertir a mi madre pero cuando volví a dirigir mi mirada hacia la izquierda, ella ya no estaba, había desaparecido; todo había sido todo una maldita ilusión, una mala jugada de mi mente.

--Demonios niña... deja de gritar-- me golpeo en el estomago con todas sus fuerzas, quitándome por completo el aire—estoy cansado de tener que soportar tus estúpidos gritos--me pego un puñetazo en la cara, lo que provoco que mi boca empezara a sangrar- cada vez que intento hacer un negocio tus gritos me interrumpen—exclamo para luego volver a golpearme, pero esta vez en las costillas—esto te va a enseñar a cerrar la puta boca—su mano se volvió a levantar, pero justo cuando iba a iniciar su dirección hacia mi cara, un ruido lo distrajo.

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Espero que les guste :)  

Morir para estar en la mafia (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora