Entidad Contra los Hermanos Sekinci

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Para registrar su club, tuvieron que rellenar un formulario y esperar una semana para la confirmación de que todo estaba correcto y para que les asignaran un lugar de reunión. Mientras esperaban, a Rose se le ocurrió que podían hacer insignias con el logo del club para los miembros, así que, con la ayuda artística de Scorpius, Rose creó unas insignias que tenían forma de escudo con el borde azul Ravenclaw y el interior dividido en dos colores (rojo Gryffindor y amarillo Hufflepuff), y entre los dos colores, una forma redondeada (como si se tratase de un sello) con las letras ECHS en el centro de color verde Slytherin. Cada uno tuvo que pagar tres sickles por las insignias, y se estableció que cada nuevo miembro tendría que pagar también tres sickles para recibir la insignia.

Antes de que les diesen la confirmación del club, James se reunió con ellos para decirles que había hablado con Luned y, aunque estaba aterrada, quería intentar dejarse ayudar. La persona que le había causado mejor impresión había sido Lizzie, así que ella sería la primera en bajar para enseñarle. Como los de primero sólo tenían dos clases los viernes, decidieron utilizar ese tiempo libre para dar las clases a Luned.

El viernes, cuando Lizzie se fue con el mapa de James, Albus le preguntó a Scorpius si estaba nervioso por el partido de quidditch que se jugaría al día siguiente, pues se trataba de Hufflepuff contra Ravenclaw.

—Un poco —respondió Scorpius. Estaban sentados en el patio interior con una llama azul metida en un tarro de cristal que les daba calor—. Dicen que Hufflepuff tiene muy buenos jugadores y muy buenas tácticas, pero confío en que les repercuta la falta de uno de los cazadores que tenían el año pasado, que se ve que era uno de los mejores del colegio.

—¿Es a quien sustituye Rebecca, supongo? —preguntó Albus.

—Sí, exacto.

—Es parecido a lo que pasó en nuestro partido —empezó a decir Rose, y Albus supuso que presumiría de que Gryffindor hubiese ganado aquel partido—: todo el mundo pensaba que Gryffindor no tendría oportunidad, ¿y qué pasó? Ganamos —y les dedicó una sonrisa de superioridad.

—Sólo ganasteis porque James os consiguió la snitch, pero no fue un partido del que sentirse orgulloso si eres un Gryffindor —dijo Scorpius.

—Eso mismo —acordó Albus—. Nosotros jugamos mucho mejor que vosotros.

—Pero lo que cuenta es el resultado —quiso zanjar el tema Rose.

—Nosotros os enseñaremos lo que es ofrecer un partido de calidad —dijo orgulloso Scorpius.

Aunque Scorpius era un niño modesto y que no se metía en disputas, cuando se trataba de quidditch mostraba su orgullo y su entusiasmo sin ninguna vergüenza, incluso se enzarzaba en discusiones para defender a su equipo.

—Hablas como si fueseis los mejores del colegio —se burló Rose.

—Bueno, no puedo esperar mucho de un equipo cuya mascota es un león, animales que se dedican a ser vagos y a dejar el trabajo a otros.

Albus alzó las cejas, abrió mucho los ojos y abrió la boca, igual que Rose.

—Guau —murmuró Albus.

—Estoy deseando que llegue el partido para veros perder, águilas —dijo despectivamente Rose.

—¿Hacemos una apuesta? —propuso Albus y les dedicó una sonrisa a sus amigos—. ¿Los deberes de toda una semana?

—No voy a jugarme los deberes, Al —se negó Scorpius.

—Pero si ganas, te los haría Rose.

Albus Potter y el legado de MorganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora