*This is number 9*

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Levantarse, bañarse y cambiarse de la forma más ordenada que pudo aunque los nervios amenazaban con comérselo entero

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Levantarse, bañarse y cambiarse de la forma más ordenada que pudo aunque los nervios amenazaban con comérselo entero.

Al menos la charla con Nightmare le apoyó un poco, incluso si su contrario hablaba del sufrimiento que quería infringir contra la persona que había creado el domo y sobre todas las pesadillas eternas que le daría hasta que suplicaba piedad.

Uh, si Cross se ponía a pensarlo a solas era evidente su necesidad de ir a terapia. No le asustó ni en lo más mínimo todo lo que Nightmare mencionó incluso aunque hubieron partes increíblemente explícitas.

Es más, hasta casi deseaba que encontrara al ser que estaba detrás de todo para hacer la lista de cosas innombrables dichas por el de tentáculos. Tal vez eso lo haría sentir mejor: justicia.

Inclusive él mismo podría ofrecerle a agarrar a los bastardos del comité y permitir que la pesadilla cumpliera las amenazas. Solo quería salir de ahí, escapar del encierro y volver a su vacío blanco enfermizo a obsesionarse con la idea de revivir a su familia para robarles perdón por lo que les hizo.

Masoquista del carajo. Debería ir a hacerse una revisión psicológica.

Claro que en ese instante no había tiempo para pensar en psicólogos. Tenía una entrevista de trabajo en la nueva sucursal del restaurante para el que Geno trabajaba y si llegaba a hablar sobre su odio al Comité no le darían el empleo.

"Suerte, Cross. Si haces sufrir a alguien tirándole sopa hirviendo al cuerpo llegarás como miembro con honores a mi grupo." Las palabras de Nightmare resonaron en su mente y no pudo evitar reír por lo bajo, el humor malvado del de tentáculos. Por alguna razón no le dio nada de temor incluso si parecía haberlo dicho en serio.

Al menos le había deseado suerte, eso le servía.

Rápidamente agarró sus llaves y salió del departamento que llamaba hogar. Bajó las escaleras cuidando no desbarrancarse ni arruinar el traje que, por cierto, no le quedaba mal pero no era muy de su estilo favorito.

Llegó a recepción y se asomó con ligera preocupación, trataba de mirar si el —abusivo— dueño del edificio se encontraba por ahí ya que tenía una deuda pendiente.

Y ese tipo le daba un poco de miedo, hubo una vez en la que le gritó frente a varias familias que residían en el edificio, todo por una deuda de 20 g. Otra vez sacó a una anciana y a su nieta por atrasarse en el pago, Cross sentía que su destino sería similar.

Ahora él debía casi 1,000 g, la única razón por la que el dueño no lo había sacado a patadas se debía gracias a un viaje de negocios.

Pero desconocía la fecha de su vuelta al lugar así que la paranoia lo tenía esclavizado.

—Si camino rápido entonces no sucederá nada. . . —murmuró para si y, acto seguido, casi trató hasta la salida—

Oh, pero su suerte era tan buena que justo al atravesar la puerta se encontró cara a cara con el hombre en cuestión. Si hubiera tenido piel probablemente su palidez habría sido mucho más evidente.

Nightcross: Just Sleep [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora