*This is number 10*

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—Señor, acaba de llegar una señal fuerte de desesperación concentrada, es del mismo sujeto que identificamos la semana pasada

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—Señor, acaba de llegar una señal fuerte de desesperación concentrada, es del mismo sujeto que identificamos la semana pasada. —anunció uno de los encargados de monitorear a la población— ¿Quiere que mande un equipo para observar a ese individuo? ¿Tal vez un castigo público?

La mirada maliciosa de aquel jefe se posó sobre la pantalla que su subordinado le enseñaba. El número 1010 resaltaba en tonalidades rojizas. Ah, ya lo conocía bien. Incluso una vez había estado presente en una de sus sanciones con azotes, deleitándose del odio que el llamado "Cross" había sentido contra el Comité.

Recordaba bien ese momento, se sintió hasta feliz por poder presenciarlo, tal vez si estaba un poco enfermo de la mente pero a su aliado le deleitaba todo ese sufrimiento ajeno y se sentía perfectamente comprendido por él.

Oh, hablando del Rey de roma. Su compañero ingresó a la sala y, una vez más, todos los presentes en la sala se incorporaron y agacharon en señal de respeto. Igual que hacían frente a él cuando entraba a la sala de control.

—Sigan trabajando. —indicó el recién llegado con una sonrisa ladina adornando su rostro— Oh, ¿sucede algo fuera de lo rutinario? 

Aquella fue la pregunta que hizo cuando vio a su contrario observando una de las tabletas del comité y un gran número en dicha pantalla.

—La verdad es que no demasiado, otra vez Cross. Deberías decirle a ese Gaster de ropas elegantes que maneje a su engendro, me gusta verlo estresado y se estresa mucho más cuando alguna de sus "creaciones" se aleja de su tonto concepto de perfección.

El joven que sostenía la tableta tragó en seco, rápidamente haciendo oídos sordos a la conversación ajena, sabía que si se metía sería sancionado de una forma increíblemente dolorosa y brutal.

Manteniendo su sonrisa, el que acababa de ingresar tomó el aparato de las manos ajenas e hizo un ademán con la mano para indicarle a su subordinado que se marchara. Pronto ambos jefes salieron de la habitación de mando, caminaban tranquilamente, casi como si no fueran pasillos repletos de guardias que seguían sus órdenes. Era como si para ellos fuera un paseo por un campo floreado en una mañana de hermoso sol.

Al menos así lo sentían ambos, para ellos ese ambiente tan tenso para los demás les resultaba increíblemente pacífico.

Su caminata fue tan acorde como la del ciudadano número 1010, él yendo entre el océano de gente hacia el restaurante en donde trataría de conseguir un empleo y ellos dirigiéndose hasta un ascensor privado.

Cuando entraron a aquel cuarto exclusivo pulsaron el botón que daba hacia el piso más alto, aquel en el que tenían su suite privada donde cuando ellos quisieran podrían prender las grandes pantallas y observar a la desgraciada población que estaba bajo su mando.

—¿Qué quieres hacer respecto a Cross? —preguntó con curiosidad el más bajo en estatura— Podemos dejarlo sufrir mientras mantiene la sonrisa en su cara o castigarlo otra vez. Cualquier opción suena entretenida. ¿Qué opinas?

—Me parece que sería bueno dejarlo andar libremente por ahora, sinceramente quiero ver a dónde lo lleva su desesperación. —apartó la pantalla de entre sus manos y se fijó en su contrario— Además, si bien recuerdo, sentimos una presencia más fuerte rondando cerca de él, y era fuera del domo. ¿Verdad?

Obtuvo un asentimiento en respuesta y continuó hablando.

—Quiero monitorearlo de cerca pero no hacer que ninguno de nuestros títeres se acerque. —un toque de nostalgia se camufló casi a la perfección en su voz antes de que agregara— Tal vez esa presencia sea a quien hemos estado buscando, me encantaría volverle a ver.

El más alto sintió la mirada rubí posarse sobre sí y rápidamente lo observó también, ambos permaneciendo en silencio por un instante.

—Tú lo extrañas. ¿Verdad?

—Un poco. . . Bueno, si, hay una parte de mi que aún se encuentra triste por lo que tuve que hacer. Pero era necesario y ambos lo sabemos, él interrumpiría nuestra felicidad y ya nos tocaba preocuparnos de nosotros en vez de servir a los demás. 

Nueva oleada de silencio los interrumpió hasta que otra pregunta se le escapó al de menor altura.

—¿Cambiarías lo que pasó? —fue solo un susurro, casi como si tuviera miedo de la respuesta. Algo nada usual en su persona— ¿Cambiarías lo que hice? 

Y el de mayor altura lo observó en silencio antes de acunar su rostro con delicadeza.

—Siendo totalmente sincero, no, no cambiaría nada. —sonrió, casi con dulzura— Puedo extrañarlo a él, puedo ser quien descubrió la forma de llegar hasta este lugar y crear toda esta perfecta ilusión desde los cimientos. Pero tú siempre me vas a tener a mi, siempre con devoción a tus pies.

Justo cuando las puertas del ascensor se abrieron, el de mirada rubí se lanzó entre sus brazos, mucho más calmado.

Oh, que contraste. Ellos relajados entre todo el sufrimiento y el sujeto número "1010" acababa de llegar a puertas del restaurante en cuestión.

El ánimo de Cross estaba pisoteado por los suelos al igual que su espíritu en general mientras los números circulaban por su mente.

"Debo casi setecientos de oro de la renta. Las propinas de un mozo dependen de su actitud así que tendré que brillar en eso, pero el restaurante es uno ligeramente exclusivo así que dependerá también de las mesas que me dejen atender, tal vez unas diez. Unos trecientos de oro en propinas si es que brillo en mi trabajo. De todo eso tengo que sacar de la renta pero también pagar servicio de agua que son doscientos de oro. Pagar la luz, ciento cincuenta. La deuda con Ink, incluso si probablemente él ya se olvidó, le debo quinientos. El internet y el teléfono son doscientos treinta más. La comida son cien a la semana, aunque podría privarme de algunas cosas o llevarme sobras, eso ya lo veré. . . También debería sacar la cuenta del transporte diario, dudo poder ir a pie cada día. ¡Carajo!"

Inevitablemente, Cross agarró su cráneo. Sus pensamientos eran demasiado rápidos para su gusto y sentía que si seguía sacando cuentas iba a explotar. 

Bien, que sucediera lo que tenía que pasar. Esperaba tener el trabajo para el final del día.

 Esperaba tener el trabajo para el final del día

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CHICOS, TENGO UNA GRAN NOTICIA UWU. La publicaré sobre el anuncio de la versión anterior del fic 

Y: el jefe más alto, la gente que ya leyó este fic lo conoce. El más bajo lo conocerán luego. Aunque mis amiwas lo conocen ya.

Nightcross: Just Sleep [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora