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ZAYN:

—La puta mierda!—Grité arrojando unos papeles que estaban encima de mi escritorio.

—Señor Malik, cálmese.— Volteó a ver a mi empleado dedicándole una mirada de muerte.
Él quería parecer tranquilo, sin embargo puedo ver lo nervioso que está.

—¿Qué me calme, Jack? Ese hijo de puta volvió a cagarme.— Me senté en mi silla de cuero frotándome las sienes. Siento que explotaré. Quiero matar a alguien.

—¡Jefe, jefe!— Veo como Gigi entra en mi oficina (sin tocar). —Tengo algo.—
—Ahora no Gigi, no estoy de humor.—La miro y veo sus ojos suplicantes. Mierda. No puedo cuando pone esos ojos. —Más te vale que sea algo bueno.—

La rubia delante mío chilla de emoción y pone sus papeles encima de mi mesa. Al agacharse me deleito con su escote. Al parecer ella lo nota ya que me sonríe juguetona.

—Bueno, señor Malik. Estuve investigando y encontré algo,  Andrew Goldenblatt ¡tiene un hijo! Lo estuvo escondiendo todo este tiempo.—

—¿Cómo sabes que es su hijo?—Escucho que pregunta Jack.
No puede ser cierto, si es real ya está todo, raptaré a su hijo y haré que se hunda ese imbécil.
Siento una felicidad que casi sonrío como niño pequeño cuando le dan un dulce.

—Porque mandé a dos hombres a espiar la mansión de Goldenblatt en Nevada.—Gigi sigue hablando. —y escucharon como unas chicas de ahí hablaban de que no querían cuidar al "mocoso Goldenblatt", porque leí unos artículos de hace años donde decía que mataron a una camarera de un restaurante cualquiera, pero sospechosamente Andrew Goldenblatt estaba deprimido por ese entonces.—

—¿Estás segura de esto, nena?— Le pregunto.
—Si, señor, completamente.—
—Bien.— Digo volviéndome a sentar en mi sitio. "
—Jack, organiza un equipo, se irán a Nevada.—
Mi empleado deja mi oficina con un —si señor.—

—Lo hiciste bien, nena.— Le digo a Gigi cerrando mis ojos en mi silla.
—Gracias señor.— Escucho como dice, conozco ese tono. Para cuando abro los ojos ella se sienta en mi regazo. —¿No merezco un premio?—Pregunta "inocentemente."

—Si tú lo deseas.—No espero más y la beso con dureza y determinación.

ROSE:

¿Saben que es sentir que tienes todo el peso del mundo en tus hombros o la culpabilidad más grande?
Bueno, yo lo estoy sintiendo ya mismo.

—¡James, escóndete!—Grito en desesperación.
—¿Dónde?— Veo sus ojitos aguarse y me siento horrible. Era mi deber protegerlo, era mi deber que esté a salvo. Y ahora estamos a punto de ser asesinados ambos.
¡No! Me niego a eso, si alguien muere seré yo. Ese es mi trabajo.

—Escóndete en...¡la guarida! Y por lo que más quieras no salgas, no hagas ruido, no te muevas.—Digo. Esta puerta ahorita cede.
—¿Don...dónde te esconderás tu?—Me pregunta con su vocecita.
—Eso no importa, yo estaré bien, pase lo que pase quédate ahí en silencio.— Me mira y asiente, sé que hará lo que yo le digo. —¡AHORA ESCÓNDETE!—

Justo cuando veo como se mete en "la guarida" la puerta cede y yo caigo sobre mi culo.
—Mierda.— Me quejo.
Veo como entran dos hombres vestidos de negro y con armas en las manos.
—¿Dónde está el niño? Habla y tal vez no te mate, cara bonita.—Veo desde abajo como escupe el tipo delante mío.
—Aquí no hay ningún niño.— Digo tranquilamente.
—A ver perra y si no hay ¿por qué te escondías?—Dice el otro.
—Será porque no quiero morir.— Digo rodando los ojos porque es lo más obvio del mundo.

M.U.R.D.E.R » z.m Donde viven las historias. Descúbrelo ahora