Capítulo- 01

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- Mmm, Kook así, ¡ah!

Los gemidos de EunBi ya no causaban nada en él, aunque dudaba que alguna vez hayan causado algo en él. Es más hasta le parecían exagerados y algo chillones.
Esto no estaba funcionando, ni siquiera podía comprender el porque eran novios. ¡Ah! si, cierto, disculpen. Tratos familiares, esa era la verdadera razón. Alguien debería informarles a los padres de Jungkook que nos encontramos en el siglo veintiuno y las personas podían elegir a quien amar y con quien estar.

Con un gran esfuerzo, Jungkook logró liberarse, la verdad EunBi era un mujer hermosa a los ojos de cualquier hombre a nadie con un buen ojo le costaría llegar a un buen orgasmo con aquella mujer, pero aunque lo intentará con todas sus fuerzas él no se sentía atraído.
A Jungkook no le iban los pechos gigantes, medianos o pequeños, en general no le iban los pechos de una mujer, no se sentía atraído por ellas.
Él quería algo más, algo que EunBi no podía darle aunque quisiera.

A pesar de todo, la chica se acurruco al lado de su "novio" porque si, para ella Jungkook era su novio, su prometido, su futuro esposo y lo mejor que le pasó en la vida.

Él era el amor de su vida.

Ella se quería casar con él.

Ella quería una familia con él.

O tal vez, solo tal vez, quería aquella suma de dinero que Jeon acumulaba en el banco.

Que lastima que Jungkook no pensara igual.

- EunBi, tengo mucho trabajo que hacer, iré a la compañía, tu quédate aquí ¿si?. Volveré algo tarde. - Intentó sonar dulce, pero no lo logró, su voz sonó fría y distante.-

Pfff, ¿trabajo? Por favor, Jeon Jungkook tenía empleados que hacían su trabajo por él, en realidad él se iba a casa de Hoseok para beber un poco y despejar su cabeza.

- Si amor, no te preocupes ve con cuidado. -A pesar de la mirada distante que Jungkook siempre tenía con ella, ella le sonrió dulcemente.-

Jungkook simplemente asintió y se fue sin decir nada más, sin un beso de despedida, ni un simple adiós o por lo menos un hasta luego.
Solo quería largarse de allí.

Hoseok vivía a un par de calles de su hogar, si es que podía llamarlo de esa forma.
Pero como él es Jeon Jungkook y Jeon Jungkook no camina, decidió ir en su auto último modelo. Como todo un ricachon malcriado, porque a fin de cuentas eso es lo que él era.

Claro que llego en menos de cinco minutos, con la cara de perro malhumorado que siempre adornaba su rostro bajó de su auto y se encamino a la entrada de la casa, una casa bonita, algo simple, pero con un jardín hermoso rodeado de flores que seguramente cuidaban las empleadas de Hoseok.

Jungkook tocó la puerta y un hermoso chico de cabellos castaños la abrió después de unos segundos.

Claramente no era Hoseok, éste niño era muy hermoso, tenía una apariencia muy ¿tierna? Y era varios años más joven que su amigo.

- ¿A quién busca? -Fue lo primero que dijo al abrir la puerta.-

- Que buenos modales niño. -Señaló con una mueca en su rostro, los mocosos venían cada vez más maleducados. -

- L-Lo siento señor... déjeme hacerlo de nuevo - Él pequeño cerró la puerta y la volvió a abrir.-

- Buenas tardes señor, ¿Qué se le ofrece?- Está vez habló en un tono firme, con voz gruesa y su ceño fruncido infantilmente, en un intentó de aparentar seriedad y elegancia. -

Jeon hubiera pensado que era una burla hacía él, pero ese niño no estaba bromeando, su expresión fue tan sería, que la posibilidad de que fuera una broma era casi nula... su idiotez le pareció hasta tierna.

Sugar Daddy →KookMin← EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora