Capítulo 23.

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Lía...

Si me preguntan que tipo de sentimiento existía en mi ser en estos momentos, me sería realmente imposible dar una respuesta.

Me encontraba en una extraña situación donde había una guerra interna en mi cabeza que me hacía querer estar lejos de Mateo y odiarlo por siempre y querer estar cerca de él por más doloroso que fuera.

Me había convertido en una estúpida masoquista.

Mateo se encontraba sentado en un pedazo de tronco que estába en el piso, yo por mi parte, me encontraba sentada sobre sus piernas envuelta en un cálido beso que él mismo me obligaba a seguir.

Sus labios eran tan conocidos y peculiares al sentirlos en los míos que por más estúpido que fuera ya me había acostumbrado a su textura y a su calidez.

Mateo separó su boca de la mía haciéndome sentir un extraño vacío como si estuviese necesitada de sus besos, y me miró directo a los ojos..

"Ya te sientes mejor?" Preguntó con una voz rasposa y dudosa.

Lo mire extrañada por su pregunta, pues no estaba segura si hablaba de mi estado físico o de mi estado emocional.

Me quedé en silencio unos momentos intentando formular una respuesta entendible que pudiese responder su capciosa pregunta.

"Si te refieres a mi cuerpo,  Ya ha reposado lo suficiente para seguir avanzando, pero si te refieres a mi estado emocional, es como una tormenta escalofriante que no sabe en qué momento se detendrá..  Pude durar unos días en dejar de atacar, o talvez una eternidad..." respondí casi en un susurro sobre sus labios.

Mateo me miró con una expresión incomprendible, así como podia tratarse de culpa, podía tratarse de enojo, no se como explicarlo.

Me quedé petrificada ante su penetrante mirada y simplemente el silencio invadió nuestro espacio. Nos mirábamos fijamente a los ojos como si ambos intentaramos descifrar el misterio de nuestras miradas y encontrar una respuesta a nuestras preguntas.

Puedo jurar que podía ver nobleza en sus ojos pero también había un gran enojo que no lo dejaba descansar en ningún momento..

Mateo me apretó con fuerza de la cintura logrando que un pequeño quejido escapara de mis labios y un toque eléctrico recorriera mi cuerpo.

Tenerlo tan cerca de mí desataba extrañas sensaciones, sobretodo recuerdos perturbadores que escalofriaban cada rincón de mi ser...

Su respiración comenzó a agitarse y pude ver un gran deseo en su mirada de desnudarme en ese mismo lugar sin importar las condiciones o consecuencias.

Me levanté de inmediato de su regazo y me aleje lo más que pude.
La oscuridad de la noche entorpecia mis movimientos y evitaba que pudiese ver en donde pisar.

Mateo se puso de pie y comenzó a caminar hacia mí con un pleno silencio que me incomodaba por completo..
La fina luz que se escabuillia entre las ramas de los árboles aluzaba una parte de su rostro dándole un efecto misterioso a sus expresiones.

Cada paso que avanzaba hacia mí lograba desatar las mil tempestades en mi estómago, No estaba segura de si sus intenciones eran buenas o malas, de lo único que si estaba segura es de que algo pasaría ésta noche que jamás olvidaría..

Cuando por fin se encontraba a tan solo unos centímetros de mi cuerpo, Mateo me tomo de la cintura y me apretó con fuerza. Los nervios y el temor corrian por todo mi cuerpo sin darme tiempo de razonar absolutamente nada.

"Q-Que ha-aces..." susurre intentando obtener una respuesta a mis dudas pero no dijo una sola palabra.
Simplemente se quedó en silencio observando mi aterrado rostro.

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