Capítulo 37.

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Lía...

Me había recostado en mi habitación toda la tarde... Después de esa incómoda plática con Viggo, no me quedaron muchas ganas de hacer algo...
Bueno, no es como que había mucho que hacer, estaba prohibido salir de la mansión hasta nuevo aviso...

Mis padres y Liam no se encontraban, habían ido a la oficina de papá, pero mi hermano no quería despegarse de mamá por lo que lo llevaron con ellos...

La mansión estaba casi vacía, mi padre había dado el fin de semana libre a muchos empleados pues los últimos días no habían salido de aquí y muchos  querían ir a ver a sus familias y tomar un descanso...

Sólo se encontraba el personal de seguridad y unos cuantos más de la casa...

Ya que las clases estaban canceladas y afuera todo era un peligro tenía que quedarme aquí como una princesa en una torre esperando ser rescatada por un valiente príncipe, solo que el mío era el villano de la historia... O eso creo...

Me levanté y tomé una larga ducha que después me pesó por tal desperdicio de agua, pero realmente la necesitaba.

Me enrede en mi toalla como de costumbre y comencé a cepillar mi cabello que ya había crecido hasta mi espalda baja...

Mi rostro en el espejo se veía tan pálido y descuidado, agotado sobretodo.
Necesitaba luz solar... pero estaba nublado...

"Linda suerte la mía..." pensé para mis adentros...

Abrí las cortinas blancas de mi alcoba fijando mi vista en el grisáceo cielo repleto de nubes. Salí para poder sentir la brisa del aire y atraer otro tipo de energía más positiva...

El olor de la lluvia fascinaba mis adentros, relajaba todo mi cuerpo y apasiguaba mi mente...
Lo único en lo que podía pensar era en sus besos y sus caricias, su voz restregandose en mis oídos haciéndome temblar y en su mirada tan profunda y cálida...
Anelaba ver a Mateo y sentirlo cerca de mí...

De pronto, una fuerte corriente de aire estrelló la puerta de vidrio de mi alcoba cerrandola escandalosamente y sacándome de mis pensamientos en un susto...

Me percaté de que estaba aún enredada en mi toalla y era mejor que entrara antes de enfermar o peor que alguien me viera aquí afuera...

Caminé hacia la entrada cuando me percaté de un pequeño detalle...

La maldita puerta de la alcoba estaba cerrada y no había forma de abrirla desde afuera!!!!

Que demonios haría para entrar! Hacía frío y solo una pequeña toalla que apenas alcanzaba a cubrir mi trasero me resguardaba...

Porque demonios tenía que tener tan mala suerte...

Comencé a gritar por ayuda para ver si alguien se percataba de mi embarazosa desgracia pero justo en este preciso momento parecía que todos estaban dentro de la mansión...

Pasaron aproximadamente 10 minutos y absolutamente nadie venía a auxiliarme...

"Pudranse todos!!!!" Grite molesta...

Era momento de pensar en otra alternativa...
Bajaría por el árbol de mi alcoba tal y como Mateo me había enseñado...
Esperaba no morir en el intento...

Amarre mi toalla lo mejor que pude a mi cuerpo y me sostuve de una rama gruesa para poder poner mis pies debajo de esta misma y comenzar a bajar...

"Todo está bien Lía, solo unas cuantas ramas más..." me repetía a mi misma una y otra vez mientras descendía del árbol cuidadosamente...

"Ya casi estoy en el piso..." susurre con entusiasmo cuando la rama del árbol que me sostenía se quebró y la de arriba se encajó en mi toalla haciéndome caer de cara en el piso y peor aún... Desnuda....

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2020 ⏰

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