Matéo...
Sé que lo que hice con Lía la noche de ayer no tiene justificación alguna, y para ser honesto me sentía totalmente culpable y molesto por haber abusado de ella.
Llegué a un límite tan asqueroso de mi vida donde dejó de importarme el valor del respeto y la compasión, donde olvidé por completo la delicadeza que existía en una mujer y la fragileza que abundaban en su pequeño cuerpo.
Me sentía como una maldita mierda y la sensación de querer regresar el tiempo y evitar ése momento invadía mi cabeza cada instante, cada segundo de mi existencia...
Había despertado junto a Lía quien en toda la noche no había dejado de llorar por obvias razones y al observar su pálido rostro pude ver sus ojos inchados y sus labios secos..
Todo esto éra mi culpa y aceptarlo era lo único que podía hacer.
Observé a Lía por un largo rato, mirando como dormía plenamente olvidando todo lo que había pasado, o al menos hasta que regresara a consciencia.
Su respiración era pasiva y amena y su cuerpo aun se encontraba tibio bajo las sábanas que nos cubrían.
Su piel era blanca y perfecta, tan pálida como la nieve y al mismo tiempo tan cálida como un día de verano..
Rose sus labios con mis manos intentando recordar su textura logrando que hiciera un gesto de incomodidad y un tierno gruñido de molestia..
Sonreí para mis adentros al ver tan bella imagen de su existencia en ésta mañana tan horrorosa y al instante los recuerdos de la noche anterior golpearon mi cabeza haciendo que la culpa me abundara de nuevo...
Unas cuantas lágrimas se acumularon en mis ojos al ver dentro de mi memoria los pequeños ojos de Lía derramando intensas lágrimas de dolor...
Todo esto era culpa mía, y tendría que vivir con ello por siempre...
Me levanté desanimado de la cama dejando a Lía sola entre las cobijas y me dirigí a tomar un rápido baño.
Necesitaba hacer unas compras antes de que ella despertara, pues lo más probáble es que intentaría escapar o talvez aniquilarme.
Tenía que estar aquí para cuando ella despertara pues no podía perderla de vista ni un momento..
Me apresure a vestirme después de ducharme con agua caliente y al cabo de unos minutos salí a la fría mañana para tomar rumbo a la tienda más cercana, la cual se encontraba a 20 minutos de la cabaña en un pequeño y acogedor pueblito...
La gente en éste lugar amaba madrugar por lo que desde las 5 de la mañana la mayor parte de los locales ya estaban abiertos y las personas totalmente activas..
Era un hermoso sitio al cual en algún momento traería a Lía para que lo conociera y tomara mil fotos.Eran aproximadamente las 9 de la mañana por lo que la urgencia de regresar a la cabaña me tenía preocupado, así que intenté hacer las compras lo más rapido posible..
En un pequeño puesto donde un viejito de aproximadamente 79 años atendía pude observar un lindo vestido Azul con brillos plateados que quedaría perfecto en el cuerpo de Lía, así que accedí a comprarlo para que el dia de hoy se lo pusiera...
Se que se negaría rotundamente pero me encargaría de que se lo pusiese a como de lugar...
Compré unas cuantas provisiones para el desayuno y la comida y al cabo de un rato me dirigí de nuevo a la cabaña.
Los 20 minutos de camino se me hicieron eternos pero al llegar me relaje pues todo estaba en orden.
Lía no se veía por ningún lado así que supuse que aún estaría durmiendo pero no fue así. Al parecer estaba tomando una ducha y se encontraba en un pésimo estado de ánimo, con toda la razón del mundo en estos momentos me odiaba y me temía y sobretodo tenía resentimiento y dolor hacia mí...
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Te Encontré...
RomansaMatéo Armstrong, un joven frívolo con sentimientos de hierro que posee un pasado obscuro. Su mayor anhelo es vengar a su padre por todo el daño que le causaron a él incluyendo a toda su familia... Lía Mavericks, una chica inocente y emotiva que jamá...