Capítulo 34

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Lia...

El día concurrió tan común como cualquier otro a excepción de que Viggo estaba cerca de mi en cada momento...

Intenté acostumbrarme a su presencia, la cual debo aceptar, no era desagradable, sin embargo, era tedioso soportar su vigilo a cada minuto y segundo de mi vida...

Caminé a lado de mi apuesto guardaespaldas todo el día perseguida por miradas envidiosas de mujeres como si yo fuera poca cosa para su compañía pero me había cansado de devolverlas y simplemente las fui ignorando más y más en el transcurso del día hasta ya no darme cuenta siquiera de ellas...

"Creo que tenias toda la razón..." murmuró Viggo mientras abría atentamente su barra de chocolate...

Lo miré extrañada pues no entendía su comentario...

"Tenias razón en que no le agradas a muchos por aquí, o mejor dicho muchas..." espeto seguido de una carcajada que hizo que mis mejillas ardieran...

"Te causa mucha gracia?" Pregunte molesta por tan estúpido comentario...

"No, no es solo que la mayoría de las mujeres te miran muy raro todo el tiempo... Jamás había visto tal cosa..."
Explicó mordiendo su chocolate con un tono de voz tan sereno como si no estuviese hiriendo mi ego.

"Es porque tu estas aquí..." Respondí seriamente.

Viggo hizo una expresión de confusión con ese gesto en su ceja tan peculiar.

"A que te refieres? Que tendría que ver yo en esto?" Pregunto curioso

"Digamos que estamos en un centro de víboras hambrientas que solo esperan ver carne fresca para atacar. Tu eres la carne fresca..."

Viggo sonrió relajado sin darle importancia a mi comentario y estiró su cuerpo sobre la pequeña banca en que estábamos sentados en el patio de la universidad....

"Creo que te tienen envidia por ser hija de una familia tan millonaria..." dijo en un bostezo de flojera...

Role los ojos en desacuerdo sin decir nada y comencé a guardar mis cuadernos en la mochila.

Supongo que tenía razón, mi apellido era la causa de muchas de mis desgracias... No digo que deseaba no ser parte de mi familia pero si era una carga en la espalda llevar tan prestigiado apellido...

"Siempre pensé que tener un guardaespaldas sería como tener un orangután con cara de pocos amigos persiguiendote como a un bebé por todos lados..." exprese sonriente...

"Y que piensas ahora..." pregunto Viggo vacilando...

"Ahora pienso que tener un guardaespaldas es como tener un orangután que ama sermonearte y te persigue por todos lados como a un bebé..." respondí con una pequeña carcajada...

La cara de Viggo cambió de pícara a seria meneando su cabeza de un lado a otro con una semi sonrisa sarcástica.

"Debemos irnos..." dije levantándome de la banca pues las gotas de lluvia comenzaban a caer una tras otra y no faltaba tanto para que la tormenta se desatara...

Viggo se levantó junto conmigo y comenzamos a caminar al estacionamiento donde estaba mi auto.

Antes de llegar al coche Viggo me tomó abruptamente del brazo atrayendo mi cuerpo hacia el y cubriendolo con el suyo. Tiró de mi hasta llegar al piso junto a un auto estacionado...

Mi respiración comenzó a agitarse pues no tenía la más mínima idea de que estaba ocurriendo...

"No te muevas" Susurró Viggo en mi oído alertandome de que algo estaba frente a nosotros.

Te Encontré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora