Capitulo 1

11.3K 1.1K 14
                                    

Capitulo 1

Amy aún no podía con todo aquello que había tenido que vivir aquella noche. Agradecía a Dios, al menos, no haberse vuelto a reencontrar con aquel hombre. Sus amigas no paraban de contar aquella anécdota como si aún fuese algo increíblemente inolvidable, haciéndole ver cuanto la extrañaría cuando ella se marchara lejos.

_ Señorita, ¿trabaja usted para American Airlines?_ le preguntó alguien mientras ella salía de su trabajo, al haber acabado su turno, con tantos pensamientos en la cabeza. 

Cuando se giró, se encontró de nuevo en frente de él. Y él la reconoció, aunque no por eso me había detenido.

_ ¿Tú?..._ dijeron ambos al mismo tiempo.

El rostro de Amy se empalideció y se ruborizó al mismo tiempo. Su apuesta estaba en frente de ella. Aquel hombre que aún no había podido quitarse de la cabeza.

_ ¿Eres la chica de la discoteca?
_ Ah, ¿Qué tal?_ mencionó, queriendo que la tierra se la tragara.
_ ¿Trabajas aquí?
_ Eh… Sí… 
_ Pensé que trabajabas en una editorial como escritora en Chicago.
_ Bueno… No, la realidad… Fue una pequeña mentirita…

¡Dios la debía agarrar confesada en ese momento!

_ ¿Cómo lo de tu número de celular?
_ Bueno… ¡Soy culpable!
_ Estás perdonada, entonces, si en cambio me puedes ayudar. Debía tomar un vuelo justamente en este momento a New York. Creo que no he llegado a tiempo…
_ Sí, ese se acaba de cerrar hace 15 min. Pero déjame ver si puedo conseguir que te monten en el siguiente. Les diré que te coloquen en lista de espera. Mejor que eres un amigo mío, para que hagan una excepción contigo…

Le sonrió, sin embargo, su actitud era diferente a la de la chica que él había conocido hacia unas noches atrás. La contempló con extrañeza, sin decirlo, mientras ella se dedicaba a hablar con el supervisor de turno. 

_ Te dejaran chequearte, ya que hay disponibilidad… Sólo que la próxima vez intenta llegar una hora antes.
_ Gracias, ¿Amy era tu nombre? ¿O también era una blanca mentira?_ sonrió con picardía.
_ Ese es mi nombre…_ le mostró su carnet de American Airlines, para que viera que no mentía. Sorprendida de que aún recordara su nombre.
_ Ok, entonces te debo una… Amy._ la miró con picardía, mientras su sonrisa se extendía aún más en sus labios.
_ No ha sido nada… ¡Que tengas un feliz viaje!...
_ Gracias… Ha sido un placer volver a verte.
_ Para mí también…

Se despidió normal. Con un movimiento en su mano derecha, mientras él hacía lo mismo, al ver que se alejaba de él.

_ Estamos en la misma condición…_ se dijo a si mismo, recordándose quien era él y que hacía allí_. Al menos, tú no sabes ni tienes la mínima idea de quien soy.
Amy se reunió con sus amigas, aquel día que sería su último día en aquella estación. Antes de tomar un vuelo a New York, donde tomaría un vuelo a Londres.

_ ¿Y esa sonrisa tiene nombre?
_ ¿Se acuerdan de bombón, según como no denominó Erika, el de la discoteca? 
_ Ciertamente, al que le diste un número falso para que nunca te llamara.
_ Ese mismo, ahora sabe que trabajo en American Airlines. Me lo encontré hace un par de días… ¡El mundo es pequeño, por lo que veo! El caso es que… Les juro que después de eso, las extrañare un montón a todas, más aún, no volveré a hacer ninguna apuesta en mi vida. Aprendí mi lección.

_ ¿En qué te puedo ayudar, Christopher?
_ Quiero que averigües algo sobre alguien. Se llama Amy Parker.
_ ¿Y?_ preguntó con cierta curiosidad.
_ No sé… está vez no pretendo que se escapé con facilidad.
_ ¿Por qué no me lo supuse antes? ¿De dónde la conoces?_ expresó con una sonrisa burlona_. Que tenga yo entendido, estabas resuelto a llevarle la contraria a tus padres sobre encontrar una prometida, al ser el futuro Duque de Stafford.
_ Me gusta… Aunque no sé… De allí al hacerla mi prometida, existe un estrecho inmenso.
_ ¿Y?
_ Quiero conocerla aún más…Me quede con la espina de la incertidumbre._ sonrió con picardía.

Y así lo hizo. Buscó información sobre ella, a pesar de que él se encontraba en New York por algunos eventos benéficos que requerían su presencia. 

_ Su nombre real es Amy Parker. Tiene veintisiete años. Tiene cinco años trabajando en American Airlines y a sido enviada a Londres… Es la hija mayor de Paul y Audrey Parker. Tiene dos hermanos menores; Albert, de veinticuatro años y Nicole de veintidós… Estudio en UCLA. Y ha vivido toda su vida en Los Ángeles. Está soltera, no se le conoce ningún pretendiente. No tiene ningún expediente policial… Y según mi fuente, es alguien reservada y tímida.
_ Bien… ¿Has dicho que se va a vivir a Londres?_ preguntó, mientras pensaba: << ¿Ella tímida?, tendría que reconsiderarlo… Al menos que no fuese ella aquella noche en que nuestros caminos se unieron…>>
_ Sí…
_ ¿Y cuándo?_ torció el labio, mientras se quedaba pensativo.
_ Al parecer, el día de mañana… En un vuelo desde New York.
_ Bien… Búscame un boleto en ese mismo vuelo. Y si ha de ser posible, en la misma fila que ella… Será una buena excusa para querer regresar a Londres.
_ ¿Está seguro, lord Williams?
_ Más que seguro… 

Amy se estaba chequeando como cualquier pasajero. Se había despedido de su familia aquel día en Los Ángeles, prometiéndoles que estaría siempre en contacto con ellos. Ahora se encontraba en New York abordando aquel avión, sin imaginar aquella ironía de la vida. Estaba subiéndose a aquel avión, mirando su tarjeta de embarque. Como siempre, estaba algo despistada, hasta que se acercó al que sería su asiento y vio a su acompañante. Era él. Sí. Era aquel hombre que pensaba jamás volver a ver en su vida.

_ ¿Tú? ¡Que alegre coincidencia!_ le expresó Christopher, mientras ella quería quitar de su rostro aquella impresión de asombro.
_ Hola… Sí… ¡Que increíble casualidad!_ expresó mecánicamente por cortesía.

Cuando reaccionó realmente, pues todo lo que había hecho antes lo había hecho por inercia, incluyendo el abrocharse el cinturón cuando dijeron que era momento de hacerlo. 

_ ¿Viajas a Londres de vacaciones?
_ No… Me han dado un cambio de estación. 
_ ¿Trabajaras ahora en Londres?
_ Sí…
_ Entonces, podre verte más seguidamente y continuar lo que dejamos el día en que nos conocimos.

Amy se ruborizó al recodar aquel día. Esa no había sido ella, sino la interpretación de alguien que realmente no era.

_ ¿Sucede algo?_ le preguntó al ver que se inquietaba tras aquella afirmación.
_ Lo siento… En verdad lo siento…
_ ¿Por qué lo sientes?
_ Esa noche estaba cumpliendo una apuesta. Y a quien conociste no era yo, sino quien fingía ser… En verdad lo lamento, yo no te elegí ni siquiera. ¡Que avergonzada me siento ahora al recordar ese día!
_ ¿Con que sólo era una apuesta?_ dijo haciéndose el ofendido_. ¿Con qué por eso después no supe de ti? ¡Fui tu hazmerreír! 
_ Lo lamento… En verdad lo lamento… Yo… Yo ni siquiera debí aceptar. Pero estaba entre coquetear contigo o hacer una especie de Striptease en la tarima de aquel local…
_ Hubiese sido interesante verlo…_sonrió con media sonrisa, mientras la miraba.
_ Lamento si te engañé… En verdad, por eso te di un número telefónico falso. No quería… Bueno, ya sabes… Aunque parece que la vida le agrada el reencontrarnos.
_ Estoy de acuerdo, con eso, contigo… ¿Con qué una apuesta? Jamás me lo hubiese imaginado. Te veías tan natural y segura de ti.
_ Sólo fingí… Lo que quería era que me tragara la tierra… Perdóname, en verdad… Te llevaste una impresión de mí que realmente no tengo. Soy todo lo opuesto a quien creíste conocer ese día.
_ Tomemos esto cómo que me debes una…_ sonrió con picardía_. Y te haré pagarlo algún día. Pero no de la misma manera… ¿Amy Parker? Sigues siendo una hermosa mujer siendo o no siendo a quien conocí ese día.

Después que Christopher la miró por última vez, Amy abrió su libro: “Persuasión” de Jane Austen. Sin saber que de reojo él la observaba. Obviamente estaba aún pálida por la impresión. Y él le había parecido gracioso su actitud. Ahora era como una estatua viviente. Muda y pálida.

Un Cambio InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora