Capitulo 3

9K 992 5
                                    

Capitulo 3

_ He escuchado que estás de regreso._ le había dicho su madre a Christopher.

_ Sí…

_ ¿Y piensas venir a Dover? ¿O debo rogarte como últimamente se dan las cosas contigo?

_ Posiblemente vaya de visita… Sólo que seré yo quien decida cuando. Hay ciertos asuntos en Londres que me tendrán ocupado por varias semanas.

_ Por supuesto… Unos asuntos más importantes que el deber que tienes con tu familia. ¿O es que acaso he de recordarte tu deber principal?

_ No es necesario… Me lo sé de memoria desde que nací._ dijo con cierta ironía, sabiendo que su madre se enojaría.

_ Algún día te arrepentirás de hacer a tu madre enojar tanto…

_ Madre, usted sabe muy bien que no me gusta hacerla disgustar. Pero odio que me presionen… Le prometo que iré a Dover lo más pronto que me desocupe.

_ Al menos has regresado a Londres más rápido de lo que pensaba. Había imaginado que estarías más tiempo en Estados Unidos, perdiendo tu valioso tiempo.

_ Estuve en eventos benéficos.

_ No todo el tiempo… Mira que te conozco y a mí no puedes mentirme. Pero, al menos, ya estás de regreso… He estado pensando que es momento que hagamos una reunión social e invitemos a unos cuantos viejos amigos. He escuchado que la sobrina del duque de Kent, lady Victoria Barwood, ha regresado de su viaje por toda Francia y Mónaco. 

_ ¿Y ha tenido la gentil idea de que la conozca?

_ Es una señorita educada… 

_ ¿Y todo lo que habría de buscar el futuro duque de Stafford?

_ ¿Te encanta llevarme siempre la contraria? ¿Por qué no aceptas que es lo correcto?

_ Porque, sencillamente, no lo es… Estoy saliendo con alguien.

_ ¿Con quién?_ le espetó molesta, al desconocer aquello.

_ No la conoces, madre… No es de nuestro círculo social y es alguien que conocí en Los Ángeles.

_ ¿Una simple plebeya?

_ Madre… Estamos en otro tiempo._ sonrió con cierta picardía_. Me ha alegrado volver a hablar con usted, pero he de ocuparme de unos asuntos que he tenido pendiente en Londres… Hasta luego, madre.

Una media verdad sabía que no la lastimaría. Su madre era un témpano imposible de descongelar, por lo que le agradaba cuando él lograba derretirlo, al hacerla enojar. 

Cerró los ojos. Recordó a Amy y aquella idea que se le había formado en la cabeza se fue acrecentando cada vez más.

_ No es mala idea…_ sonrió, para después dejarse caer en su inmensa cama. Había llegado agotado de una reunión que había tenido aquella mañana, por lo que se merecía un buen descanso.

_ ¿Qué tal tú primer día?_ le preguntó Anne, al llamarla.

_ Bien… El ambiente es distinto. Pero al menos, me ha ido bien.

_ Te hemos echado de menos, aunque he de imaginar que ya te lo habrán dicho Erika o Estefanía.

_ Yo aún más…

_ ¿Y no has visto nada interesante?

_ ¿Un Mr. Darcy?_ expresó graciosamente. 

_ ¡Amy, por Dios! Hablo en serio…

_ Imagino que ya Estefanía te contó lo sucedido el día de mi llegada.

_ Estás clara que sí… No nos pareció gracioso el hecho que sólo llamaras a Erika.

_ Lo siento… Era tan tarde que no quise levantarlas a todas.

_ ¿Lo has vuelto a ver?

_ No.

_ Pero, ¿piensas volver a verlo? ¿O al menos llamarlo?

_ No.

_ ¡Amy!

_ No vine para conocerlo a él… Vine a trabajar.

_ ¿No te parece curioso tantos encuentros inesperados entre ustedes? Además, si lo has olvidado, él es todo un bombón…

_ Anne, no estoy tan desesperada… Además, si él está tan interesado, ira a verme. Sabe donde trabajo… ¿O lo has olvidado?

_ Bueno, espero que sea pronto. Y aceptes…

_ Ok, o me caerá la inquisición francesa…_ se rió a carcajada, despidiéndose de su amiga luego, debía descansar y había llegado algo agotada.

Un Cambio InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora