Capítulo 18

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Capítulo 18

   Se encontraba en su cama, leyendo “Norte y Sur” de Elizabeth Gaskell. Había hablado esa tarde con su madre y su hermana menor, al igual que con sus amigas de USA como de costumbre. Le había dicho que estaba bien y cuanto las extrañaba, al igual que les prometía ir a en sus vacaciones de nuevo a Los Ángeles. Extrañaba el sol y la playa. Extrañaba sus paseos con sus amigas, las ocurrencias de su hermana menor y la protección de su hermano Albert y la de su queridísimo padre.

   Los Ángeles… Sí, Los Ángeles sería su escape cuando llegasen sus vacaciones que estaban próximas, al menos más cerca de lo que habían estado cuando ella llegó por primera vez a Inglaterra.

  Cerró su libro en el inicio del capítulo cinco. Sentía que no podía concentrase, a pesar de que la música también le ayudaba en ocasiones. Pero en el inicio de ese capítulo sintió aquel poema escrito por un anónimo como un vil traidor hacia sus pensamientos y anhelos.

Te pido un amor vigilante,

Sabio, atento y leal

Que sepa en la alegría sonreír,

Y los ojos llorosos enjugar;

Y un corazón descuidado de sí,

Que sepa comprender y calmar.

 

  En su iPod acababa de terminar de sonar “All roads lead home” de Golden Stale y empezaba “Dare you to Move” de Switchfoot. Sin querer se recordó que tenía aún aquella tarjeta que le había dado la prima de Christopher y había sido un poco descortés al no haberle aceptado al menos esa invitación para hablar con ella.

  << Estoy de tu parte…>>, eran palabras que aún seguía en su cabeza.              

_ No es con Christopher con quien hablare…_ se dijo y decidió llamar a Sabrina. Algo le decía que creyera en ella, al menos había sido sincera al confesar que había sido la culpable de aquella información que había llegado a la prensa en un momento algo inoportuno y desagradable de su vida.

   La llamó y se encontró que Sabrina se había realmente asombrado por su llamada. Posiblemente era tan obvia su actitud hacia su primo, que le era imposible creer que Amy hubiese aceptado hablar con su prima en esa única ocasión.

_ Entonces, ¿nos vemos en el mismo Starbucks? ¿No prefieres otro lugar? ¿Algo más privado?_ le preguntó Sabrina.

_ Sí…  Prefiero que sea en el mismo Starbucks.

_ Entiendo…

  No tenía intenciones de hacer amistad con ella. Lo único que estaba haciendo era sólo permitirle una conversación que al menos le debía por educación y diplomacia. Y fue lo que se dijo a sí misma mientras se vestía.

    Pero, ¿igual no corría peligro de darse con la misma piedra? ¿Acaso olvidaba que ella era la prima de Christopher y aunque hubiese dicho que estaba de su parte, seguía siendo su prima?

_ No eres de la que juzgan…_ se dijo a sí misma, después de ponerse su iPod y dirigirse hacia la estación de metro para así ir a aquel local.

Un Cambio InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora