Capitulo 4

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Capitulo 4

Una semana después de su llegada, mientras se encontraba en un café del aeropuerto Heathrow. En su hora de descanso. Algo de nuevo la tomó por sorpresa.

_ Hola…_ le dijo aquella persona que no pensaba volver a ver, mientras se sentaba en su mesa.
_ ¿Qué haces aquí?
_ Pensabas que no vendría después de que te has negado a llamarme.
_ No pensaba llamarte. Creo que debió quedarte claro.
_ Pues, a mí no. Soy algo duro de entendimiento.
_ ¿Y bien? ¿Qué haces aquí?
_ Vine a saludar a una vieja amiga… Hola…_dijo con picardía.
_ No soy tu amiga.
_ Eso es lo que tú piensas… Vine a ser las paces. Tranquila.
_ ¿Por qué será que no te creo?
_ ¿Por qué? Sería bueno que me lo dijeras tú…
_ Christopher… 
_ Bien, sé que he venido en mal momento. Son para ti…_ les entregó las flores que le había llevado_. Al menos, dime que saldrás el viernes en la noche conmigo.
_ Tengo que trabajar…
_ Y el sábado.
_ También…
_ Estás mintiendo.
_ ¡Claro que no!... No tengo un horario normal, sino rotativo. Pero estoy libre el domingo, si te interesa._ dijo, después de saber que era mejor no hacerse la dura. Al menos, se lo debía.
_ Me parece bien… ¿Pasó por ti?
_ ¿Qué te parece si nos encontramos en algún lugar?
_ Está bien._ sonrió con más picardía, al ver que ella sólo se limitaba a hacer amable_. ¿Qué te parece encontrarnos a las 8:00p.m?_ y le indicó la dirección del local.

Aquel domingo llegó. Amy se había comprometido y era de las que cumplía con ello, aunque no le agradara la idea. Se vio por última vez al espejo y salió rumbo a aquella dirección que él le había indicado. No estaba tan lejos, por lo que decidió caminar, después de colocarse un abrigo.

_ Buenas noche… Perdona si te he hecho esperar un poco._ dijo al verlo sentado, encontrándose después con su mirada.
_ Buenas noche, Amy… No, no me has hecho esperar._ dijo al contemplarla. No era ciego para observar lo hermosa que era ella, aunque realmente, quizás antes ni siquiera la imaginara como el prototipo de mujer que le llamase la atención_. Pensé que no vendrías, si he de serte sincero. Pero le has ganado a mis expectativas.
_ Suelo cumplir con lo que he prometido. Y dije que vendría…
_ Bien… Me alegra saberlo.

Aquella fue una cena amena, entre dos personas que podrían llegar a ser buenos amigos. Si no hubiese en medio de ellos, algo que la vida se proponía hacer… Un cambio inesperado.

_ Imagino que debe ser emocionante trabajar en una aerolínea como American Airlines.
_ Bueno…No tanto cuando no tienes un horario como la gente normal… Recuerda que trabajo en el aeropuerto y soy personal de tierra. Aunque amo mi trabajo y no puedo negarlo…
_ Mira a quien le dices lo de un trabajo normal…_ hizo un gesto gracioso_. Yo también amo mi trabajo.
_ Aún no me has dicho a qué te dedicas.
_ Soy dueño de mi propia empresa. Aunque con eso no quiera decir que sea más fácil para mí…
_ ¿Por eso viajas mucho?
_ Ciertamente… ¿Sucede algo?_ le preguntó cuando ella observó a alguien mirar con cierto asombro a Christopher.
_ He de imaginar que quizá por eso muchas personas te conozcan.
_ ¿Por qué lo dices?
_ Acaba de entrar alguien y te ha mirado como si viese, no sé, a alguien de la realeza.
_ ¿En serio?_ sonrió sólo un poco, aunque aquello de había dado mucha gracia. Obviamente, ella no sabía quién era él.
_ Debe ser normal para ti, imagino…
_ Sí, en ciertas ocasiones…

Siguieron cenando y hablando, hasta que llegó la hora de despedirse. Christopher había decidido que aún no era momento de hablar de lo que había pensado. Su madre cada vez se estaba poniendo insoportable, aún más, cuando él seguía afirmando con firmeza que estaba saliendo con alguien normal. Alguien que no pertenecía a su círculo social. A su mundo.

_ ¿Puedo llevarte a tu casa? Tengo mi automóvil estacionado aquí.
_ Vivo a pocas cuadras. Puedo irme caminando sola…
_ ¿Qué te parece si te acompaño y luego me regreso? Por favor, es de caballeros y no puedes decirme no.
_ ¿Siempre eres así de mandón?
_ Cuando lo amerita… Sí.
_ Está bien… Pero espero que no se te haga costumbre.
_ No me retes ni me tientes… Recuerda que puedo ser impredecible.

Un Cambio InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora