Capítulo 24

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Capítulo 24

 

   Amy no supo que decirle. Christopher estaba entre consternado y ausente de sí mismo. Pero no se veía arrepentido, sino alegre. Como si hubiese realizado una travesía imposible.

_ Deberías llamar a Sabrina, debe estar preocupada por ti y quizá tema que cometas alguna locura…

_ ¿Más de las que he cometido en vida?_ sonrió con un poco de cinismo_. Ella ya me debe estar viendo como una causa perdida…

_ El agua está hirviendo. Déjame buscar unas tazas…

    Amy sirvió las tazas de té y se permitió escuchar lo que Christopher seguía diciéndole. Sentía que al menos le debía eso al verlo así.

_ Le pedí a mi chofer que me dejara en una estación de metro cercana… Tomé mi paragua y decidí perderme… Necesitaba caminar y caminar. No sabía a donde, hasta que de pronto me encontré en Hyde Park y pensé de nuevo en ti…Mi paragua me hizo compañía hasta que llegue a Piccadilly. Y heme por eso así, aquí, en tu presencia…_ la miró a los ojos, sintiéndose culpable por haber sido un estúpido con ella_ A veces vemos lo que queremos ver y pretendemos escuchar lo que queremos escuchar, pero cuando se está en frente de aquello que no esperamos, es como si chocásemos entre una pared. Eres la mejor amiga que he encontrado... Aunque no me creas. Conocerte me hizo ver algo que no quería ver… Tal vez que había encontrado lo que había buscado inútilmente y equivocadamente antes.

_ Christopher…

_ ¿Tienes miedo, verdad?

_ ¿Miedo?_ dijo fingiendo no entender nada, de forma indiferente.

_ Sí, miedo… Miedo a encontrar al fin lo que habías buscado. Y en frente de mí, no esperabas hallar de esta forma.

_ No sé qué intentas decirme…  Siempre te vi como un simple amigo. No esperaba algo más…

_ ¿Estás segura?

_ Sí…

_ ¿Por qué será que no te creo?_ dijo al medio sonreír, al ver que ella se volvía a poner a la defensiva y deseaba huir de aquella conversación_ Una parte de mí está en tus manos... Sé que quieres olvidar todo lo que vivimos cuando éramos amigos, pero antes de marcharme, te pido que me recuerdes así, recuérdame de esta manera. Si piensas dar un paso hacia atrás y olvidar todo después de decírtelo…Amy, nunca supe lo que realmente buscaba, hasta que te encontré… Y al perderte fue que lo descubrí. Creo que fue el precio que debí pagar por ser tan ciego. Quizás por eso se diga que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde…_ sonrió con tristeza y se puso de pie_ Para eso vine… Quería hacértelo saber antes de decirte adiós, porque sé que es lo que le pediste a Sabrina. Pero antes… Amy, realmente te amo y nunca podré perdonarme el haberte decepcionado y herido. Un amigo verdadero jamás lastima a un buen amigo… Y tú fuiste eso para mí. Mi mejor amiga. La mejor que jamás podré volver a tener

_ Sabes que es mejor así… Déjame ponerme una chaqueta para bajar y abrirte. Gracias por venir a decírmelo. Pero no es a mí a quien deberías decirle todo esto, sino a ti mismo…

_ Tienes razón…

  ¿Acaso ese era la sensación de sentirse encontrada?, se preguntó Amy para después ignorar aquella pregunta y el deseo de conocer aquella respuesta.

  

   Salió junto a Christopher y entraron al ascensor que los bajó hasta la planta baja.

_ Adiós Christopher…_ le dijo a abrirle la puerta.

_ Adiós Amy… Gracias por escucharme…_ dijo y se alejó de allí, mientras pensaba aquello que no se atrevió a decirle, para no aturdirla más: <<  Por cierto, me di cuenta que te amaba cuando vi que te marchabas el día que me fuiste a visitar en el hospital… Solo sé que al fin llegaste, cuando para ser honesto, ya no te esperaba. Y al fin te encontré… Un cambio inesperado que jamás pensé que llegase a mi vida >>

   Amy caminó hacia el ascensor después de darle la espalda a la entrada de aquel edificio. Entró, pero se sintió que no podía marcar el número del piso en cual ella vivía. Se salió de él y entendió qué era lo que su ser ansiaba.

   Ella también se había enamorado de él. De ese nuevo Christopher. De ese hombre que había ido a buscar su perdón y había ido sin importarle si se mojaba con aquella lluvia.

   Él la amaba como había soñado que el Mr. Darcy de sus sueños la amase.

   Se subió aún más el cierre de su chaqueta y corrió hacia afuera, después de abrir la puerta. Él debía seguir allí, en algún lugar. Miró hacia su derecha y hacia su izquierda, hasta que lo vio.

_ ¡Christopher! ¡Christopher!_ gritó con toda su fuerza.

   Él la escuchó y pensó que soñaba al ver que ella corría bajo aquella lluvia hacia donde se encontraba él.

_ Espera… Espera…

_ Amy, ¿Qué haces? Te estás mojando…

_ Espera… Te creo y te perdono…

_ ¿Qué?_ la miró con extrañeza y emoción.

_ Toda mi vida pensé que las cosas buenas tomaban su tiempo. Tanto así, que tan solo sucedían en las películas románticas… O en los libros… Pensé que las posibilidades de encontrar a alguien como tú, era una entre un millón… Y estoy hablando del Christopher  de carne y hueso. No del aristócrata… Ese no me interesa en lo más mínimo. Realmente no me agrada el aristócrata… Pero el hombre que tengo en frente de mí, sí…_ sonrió.

_ ¿Y?_ dijo al acercarla hacia él con una sonrisa en su rostro, rozando con ternura su quijada con su mano derecha.

_ Sí, tengo miedo… Miedo que seas un sueño y no pueda verte otra vez.

_ Soy real… Y no pienso irme de tu vida… Créeme cuando lo digo de esta manera…

   Christopher la atrajo hacia él y la besó como había ansiado desde que había descubierto que la amaba. Sí, realmente la amaba, como nunca antes  había pensado amar a alguien.

Un Cambio InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora