Padme Petch es nueva en Hawkins.
Pronto, encontrará un nuevo misterio que resolver. En ello la ayudarán los chicos de las bicis y la chica de el número once.
No solo intentará averiguar el misterio en Hawkins, también resolverá el suyo.
Ubicado d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•••••
-¿Me veías?¿En tus sueños?- Preguntó. Ella asintió. Eleven y Padme hablaban en el parque mientras los chicos exploraban con sus bicis por ahí.
-Entonces, somos...prácticamente hermanas. - dijo intentando asimilar rápido. Ha aprendido, que en Hawkins debes asimilar rápido.
-Tú...tú no recuerdas nada. - la señaló con su dedo índice.
-Ya bueno...da igual. - dijo intentando cambiar de tema. Aún seguía con un aspecto sucio y los adultos que pasaban a su lado las miraban confusos. -Oye...¿Que te parece si cambio un poco? Siempre jugué con mis muñecas y bueno...ahora tengo oportunidad de hacerlo con alguien. - Sonrió tímida, no sabia si querría aceptar.
-Si. - afirmó. -Vale.
Sonrió excitada, podía jugar como en esos programas que veía mamá.
Le cogió la mano y la ayudó a levantarse. -¡Vamos!¡Te llevaré a casa!
-Casa. -esbozó una sonrisa.
•••
Jane se distrajo al escuchar un sonido en la habitación de una de sus niñas. Con temor observó la escalera.
-¿¡Dafne!?- gritó dejando el libro a un lado. Con lentitud subió dos escalones. -¿Eres tú cariño?¿Que tal está Nancy?- preguntó.
Al ver que nadie contestaba prosiguió subiendo.
-¡Soy yo, mamá!- gritó Pad desde su habitación. El corazón de la mujer volvió a latir con un ritmo normal.
-¿Por qué has entrado por la puerta trasera?- preguntó confusa.
-¡Eh..no quería molestarte!- inventó una excusa rápida.
El rostro de Jane se relajó y esbozó una sonrisa.
-¡Oh cariño! ¡Tu nunca me molestas! Si necesitas mi ayuda para algo, estoy aquí abajo. Ah y...no hagas nada raro. -Padme intuyó que se refería a sus poderes.
-¡Vale!
Mientras tanto, en la habitación de la ojiazul; Padme explicaba las instrucciones de la ducha. -Hacia aquí es caliente, quema; hacia allá, fría. - El miró con el ceño fruncido -Asiente si has comprendido.
