Padme Petch es nueva en Hawkins.
Pronto, encontrará un nuevo misterio que resolver. En ello la ayudarán los chicos de las bicis y la chica de el número once.
No solo intentará averiguar el misterio en Hawkins, también resolverá el suyo.
Ubicado d...
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Mamá pasan cosas extrañas en Hawkins, sobre todo conmigo.
...
—Mamá.—llamé a mi madre. Ella dejó de cortar la verdura para centrarse en mi.
—¿Si?— le preguntó.
—¿Cuál es tú número favorito?— le pregunté. Mi madre frunció el ceño confusa por la pregunta. —¿Cuál?
—Siempre me gustó el diez.
—¿El diez?— la mujer asintió. Dafne dejó de leer para estar atenta en la conversación. —Entonces, ¿Tú me tatuaste el número en la nuca?
Mi madre palideció. Dafne se levantó del sillón incómoda. Eso me demostró que ambas sabían algo.
—¿Por qué no me dijeron antes?— les pregunté.
—¿El qué?— me preguntó mi hermana sonriendo levemente. Me acerqué a ella y la abracé. Al principio, se tensó, pero después me correspondió el abrazo lentamente. —Mamá, es hora.
Deje libre a mi hermana y mi madre,con un movimiento de mano me indicó que tomara asiento.
Así lo hice y la miré seria.
—Mamá, pasan cosas extrañas en Hawkins. Sobre todo conmigo. ¿De dónde viene ese número??
—Cariño, yo...—Dafne la miró con el ceño fruncido y Jane comenzó a contar mi pasado— Nosotros vivíamos aquí, antes de que nacieras. Tu hermana era feliz aquí, era amiga de una tal Nancy Wheeler. — reconocí el apellido e intui que era miembro de la familia Wheeler.
—Todo era perfecto, hasta que llegaste tú. La noticia era reciente y fuiste inesperada. Cuando fui al médico me dijeron que eras una niña sana pero...con distintos organismos que uno normal. Eras distinta. No convenía que nadie supiera sobre tus diferencias, pero alguien se lo comentó a científicos que experimentaban con seres humanos. Cuando naciste, te arrebataron de mis brazos y nos ordenaron a abandonar el pueblo. — no me crié con mis padres, fue con unos malditos científicos— Tuvimos que hacerlo o de lo contrario te harían daño. Pasamos ocho años sin saber nada de ti. Tanto tiempo que Dafne se olvidó de que tenía una hermana. Aún era pequeña en ese entonces. —Miré a mi hermana que se encontraba cabizbaja escuchando la historia. —No la culpes, Padme. —me miró severamente. Negué lentamente. —Bien. En tu octavo cumpleaños volvimos a verte. Pero, te habían borrado los recuerdos ya que creían que eras un simple fracaso. No demostrabas síntomas de habilidades sobrenaturales, ni nada parecido. Así que, volviste. La única marca que te dejaron fue ese 10 en tu nuca. Nunca te dijimos porque iba a ser demasiado extraño para ti. Ahora comprendo que tus habilidades solo permanecían escondidas.
—Woah. —fue lo único que pude decir. Estaba en shock. Por eso cada vez que preguntaba sobre alguna foto de pequeña se negaban a darme el marco. —Soy un experimento...
—¡No Pad!¡No lo eres!— exclamó Daf acercándose a mi. —Nunca pienses eso. Eres distinta, pero eso te convierte en especial. —le sonreí.
Ahora sabía todo.
Mentía tan bien, que hasta el estafador cree sus historias.
