Capítulo V

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Reflexión (2)

Llegué a casa agotado, odiaba todo lo sucedido hace un momento, es que acaso no podía disfrutar terminar bien un día sin terminar discutiendo conmigo mismo o el hecho de que todo fuera un desastre sin solución.

Ya tenía la cena lista mi Nana y si tengo una vida cómoda, no como otros chicos ricos sino más bien, yo oculto que tengo dinero y esta vida ya que no la puedo disfrutar plenamente, así que prefiero pasar desapercibido. He lanzado mi mochila lo más lejos posible mientras tomaba asiento en la mesa de la cocina.

-Hola Gil- le digo a mi Nana sentándome.

-Hola joven señor, no debería estar aquí vaya al comedor- No quiero, tratame normalmente, mi madre no está, así que no se preocupe- respondí mientras me levantaba a buscar una botella de agua- Está bien mi señorito - dice mientras me coloca los platos enfrente.

-¿Cómo estuvo su día?-la miró y agachó la cabeza-al parecer no fue tan bueno-termina de decir y comienzo a comer en silencio.

Al cabo de un rato, termino y comienzo a lavar mis platos, otro regaño por parte de Gil de que no debería hacer eso ya que ese es su trabajo.

Le agradezco por su trabajo y me retiro a mi habitación. Subí las escaleras y meditando estás palabras entre en mi habitación:

"Busca en invierno lo que no pudiste encontrar en verano”

Siempre venía esas palabras absurdas a mi mente, cuando tenia un problema o más bien un pensamiento sin salida. Lo que querían decir era simple: lo que no pudiste encontrar en su momento, búscalo nuevamente pero ahora en otro lado.

Yo quería buscar una respuesta a esta situación, pero no la encontraba y por más vueltas que le diera al asunto simplemente no estaba. ¿Qué más podría hacer para que mi mente no se preguntara lo mismo? ¿Qué debería hacer si la vuelvo a ver o mejor que haré si tengo que hablar con la nueva?... Actuaré como siempre lo he hecho, me haré a un lado si siento que no puedo manejar la situación.

Lo meditó por un rato y termine de hacer mis tareas. Tome mi móvil y le envie un mensaje a mi hermano y comencé a escuchar música con mis audífonos realmente no quería pensar en nada más y me dormí en mi escritorio.

Al día siguiente me levanté para ir a correr y alistarme para irme. Tomé una ducha luego de correr, y me vestí para bajar a desayunar. El timbre comenzó a sonar y me pareció extraño, ya que nadie por lo general venía a esta hora, y mucho menos tocaban el timbre.

Nuestro mayordomo abrió y era la chica nueva, parada en el umbral de la puerta saludándome.

Eres Mi Nueva VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora